Poema de Arman Tleyotl Carrillo

Mi sombra y yo

Puesto que es la mañana

y que los rayos del sol me llegan por la espalda,

a mi sombra le tocó el ir adelante 

   —silueta con boina

   que avanza tendida en el pavimento—.

Voy como tras de mí mismo

mientras piso las hojas secas

que han dejado caer 

los fresnos del parque

en enero.

De mi sombra sobresalen los codos,

porque doblo los brazos

al sostener los tirantes 

de la bolsa con ropa para la lavandería

que llevo a la espalda,

la cual, 

limpia ya,

más adelante mi sombra

de igual manera vestirá.

De repente 

suelto el tirante derecho y alzo el brazo,

tan solo por ver 

cómo mi sombra imita el movimiento.

Bajo el brazo

y ahora suelto el otro tirante

y levanto el brazo izquierdo

haciendo con la mano en alto

la señal roquera de los cuernos.

Vuelvo a tomar los dos tirantes,

y mis brazos con los codos doblados

en mi sombra parecen ser alas.  

Ufano, las cierro y las despliego

un par de veces.

Unos pasos después

descuelgo la bolsa de mi espalda

la hago bola

la levanto por sobre mi cabeza

de tal forma que mi sombra 

sostiene un balón de baloncesto

y apunta hacia la canasta

para realizar el tiro ganador.

Juego con mi sombra mientras ando,

pues no quiero que se sienta

—durante el frente frío—

tan solitaria  

como me siento yo. 

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