Poema de Armando Tleyotl

Colillas de cigarro

Hay dos colillas de cigarro
aún humeantes
papel color azul
encima de una banca metálica
del parque
—por poco me siento en ellas—.

Tiendo a pensar que
hace un momento
una pareja charlaba
cariñosamente esta noche
sentada bajo la pálida luz del farol
que los iluminaba
como ilumina todavía
las anchas hojas del árbol 
más cercano.

Otro tenderá a pensar, tal vez,
que eran dos que discutían
acaloradamente
sobre una diferencia 
que en un principio era trivial.
Otro más, tenderá a pensar quizá,
que eran un par de maleantes
que planeaban un crimen
que llevarán a cabo más tarde,
y entonces comienza una historia.
Etcétera.
Cada quién tiende a imaginar,
lo que espontáneamente le viene
sobre lo sucedido 
o lo que sucederá.
Incluso algunos
ni siquiera han de reparar en ello,
simplemente ven
dos colillas de cigarro
fuera de lugar.