Poema de Ale Poe

VIDA

tú que vas y vienes

presente, callada

austera y omnipresente;

abrázame.

Te veo pasar cada día

y en la agonía de las noches contaminadas;

te anhelo

como si no fueras

lo único que poseo.

Sé que a veces huyes de mi propio cuerpo

y desfilas jovial

frente a mis ojos necios

ansiosos de verte.

Exáltame y roza mi piel.

De esa seguridad que adjuntas

sobre tu existencia,

embriágame.

Arrastrarme por los pasillos,

porque en ocasiones

siento que te pierdo y lloro.

Acaríciame la frente,

lame mis entrañas

Y bésame los ojos.

Convénceme,

te lo suplico.

Sé que en ti moran mis sueños

mis pecados y días felices.

No he dormido bien desde…

ya no recuerdo,

me invade la duda,

mi mente se asusta

y me carcome una terrible angustia.

Ahora preciso saber

si te sueño o he muerto.

Edifica para mí

una fortaleza de bonanzas;

tú,

vida hostil que hueles a ambrosía.

Seduce a mi carne de nuevo

y póstrate sobre mi cuerpo.

El reloj de pared se ha detenido

y corres por la habitación vacía,

por la calle y los rincones;

de un lado a otro desafiando al tiempo.

No he terminado aún de lamentar mis penas,

ni de contemplar

lo que viaja entre mis venas,

este cuerpo corre entre túneles verdes,

sólo te pide que aún no lo dejes.