VIDA
tú que vas y vienes
presente, callada
austera y omnipresente;
abrázame.
Te veo pasar cada día
y en la agonía de las noches contaminadas;
te anhelo
como si no fueras
lo único que poseo.
Sé que a veces huyes de mi propio cuerpo
y desfilas jovial
frente a mis ojos necios
ansiosos de verte.
Exáltame y roza mi piel.
De esa seguridad que adjuntas
sobre tu existencia,
embriágame.
Arrastrarme por los pasillos,
porque en ocasiones
siento que te pierdo y lloro.
Acaríciame la frente,
lame mis entrañas
Y bésame los ojos.
Convénceme,
te lo suplico.
Sé que en ti moran mis sueños
mis pecados y días felices.
No he dormido bien desde…
ya no recuerdo,
me invade la duda,
mi mente se asusta
y me carcome una terrible angustia.
Ahora preciso saber
si te sueño o he muerto.
Edifica para mí
una fortaleza de bonanzas;
tú,
vida hostil que hueles a ambrosía.
Seduce a mi carne de nuevo
y póstrate sobre mi cuerpo.
El reloj de pared se ha detenido
y corres por la habitación vacía,
por la calle y los rincones;
de un lado a otro desafiando al tiempo.
No he terminado aún de lamentar mis penas,
ni de contemplar
lo que viaja entre mis venas,
este cuerpo corre entre túneles verdes,
sólo te pide que aún no lo dejes.