Entre el cada vez más reconocido género anime, se pueden encontrar varios puntos en común en las historias que se han narrado a través de los años.
Temas como la soledad, la amistad y los amores prohibidos son algunos de los que se pueden encontrar frecuentemente en este tipo de películas, pero lo maravilloso que tiene este género es que por más comunes que suenen las tramas, ninguna historia se parece a otra.
Porque si algo hace bien el anime es retratar al ser humano en sus momentos más tristes y en sus más felices de una manera muy sencilla en la que es muy fácil sentirse identificado con el sentimiento, en la mayoría de los casos utilizando la magia y espíritus para ilustrarlo.
Y, como en todo buen género, siempre habrá joyas escondidas, que por mejores que sean no llegan a recibir el reconocimiento por parte del público que se merecen. Lo cierto es que la mayoría de las veces esto sucede por falta de popularidad del director o de la misma casa productora del resultado audiovisual.
Las siguientes cintas (no todos largometrajes), son algunas de las historias que se han mantenido distantes, ya sea por estar a la sombra de nombres tan reconocidos en el medio como lo son Studio Ghibli o Hayao Miyazaki (por mencionar unos), pero igual de merecedoras de ser vistas y compartidas con el mundo.
HOTARUBI NO MORI E (Takahiro Omori, 2011)
Este cortometraje relata el pasar de los veranos de la pequeña Hotaru junto a Gin, un espíritu que vive en el bosque.
Año con año la amistad de Gin con Hotaru crece tanto como lo hace ella, hasta el punto en que esa amistad quiere convertirse en algo más. Sólo hay un problema: en el momento en que Gin sea tocado por un humano, desaparecerá.
5 CENTÍMETROS POR SEGUNDO (Makoto Shinkai, 2007)
La distancia, la soledad y los amores imposibles son los protagonistas de esta colección de tres capítulos que narran las etapas de la vida de Takaki, quien tras encontrar el amor a temprana edad, no logrará tan fácil desprenderse de ese sentimiento, incluso cuando hay otros corazones de por medio.
EL JARDÍN DE LAS PALABRAS (Makoto Shinkai, 2013)
Es tan grande el amor que siente por la lluvia, que Akizuki decide no ir a clases los días que amanezca así; en su lugar, irá a un parque a sentarse a practicar su más grande pasión: hacer zapatos. Es allí donde conocerá a cierta mujer que sin saber absolutamente nada de ella, hará que sólo esté esperando a que llueva para volver a verla.