El escritor boliviano parafrasea algunos de los mejores inicios de grandes novelas y los convierte en potentes micro ficciones en los que imagina otras historias para ser contadas por el propio lector en un juego intertextual.
El Quijote
En algún lugar de La Mancha, había una vez un gordito al que todos llamaban Sancho Panza, que se inventó un caballero andante, lo bautizó como Don Quijote, desfacedor de agravios, enderezador de entuertos, amparo de las doncellas, asombro de los gigantes y vencedor de mil batallas; encandiló a todos con las aventuras del jinete de Rocinante y así logró que lo nombraran gobernador de la Ínsula Barataria.
Cien años de soledad
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el Coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella remota tarde en la que vendió secretos al enemigo en la carpa de unos gitanos, que habían llevado la novedad del hielo al pueblo.
Historia de dos ciudades
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación; era el doctor Jekyll y el señor Hyde.
Orgullo y prejuicio
Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa; pero a éste le gustaban otros hombres.
Pedro Páramo
Vine a este pueblo porque me dijeron que acá vive mi padre, un cabrón que nunca se preocupó por mi existencia y mi madre me hizo prometerle que viniera a matarlo cuando ella muriera. ¿Usted me puede decir dónde puedo encontrarlo? Por favor.
Crónica de una muerte anunciada
La mañana del día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó en el penal, a la 5:30 de la mañana, esperando que venga el sacerdote a darle la extremaunción y este no llegó nunca porque lo atropelló una carroza funeraria.
Moby Dick
Pueden llamarme Ismael y bastaría decirles que soy el candidato que, así como el capitán Ahab buscó la ballena blanca, yo seguiré buscando la silla presidencial hasta el fin de mis días.
Ulises
La mañana del 16 de julio de 1904, salía de su refugio en Dublin Leopoldo Bloom, quien más tarde se encontraría en la calle con Stephen Dedalus para unirse al Ejército Republicano Irlandés, pero nunca podrían hacerlo porque minutos después se quedarían en un bar hablando de la vida, de todo y de nada.
Rayuela
¿Encontraría a la maga? El detective había pasado los últimos años buscándola para resolver el crimen, hasta que por fin la encontró en una novela de Julio Cortázar.
El tambor de hojalata
Lo reconozco: estoy internado en un establecimiento psiquiátrico y mi enfermero me observa, casi no me quita el ojo de encima; porque en la puerta hay una mirilla; no se da cuenta que soy yo el que lo observa, buscando el momento oportuno para clavarle el lápiz que había robado de la clase de dibujo.
Lolita
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta, terminó de pronunciar el viejo y volvió a acariciar lascivo a la muñeca inflable que DHL le había entregado horas antes.
La metamorfosis
Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se encontró en la cama transformado en un monstruoso humano.
Me llamo Rojo
Encuentra al hombre que me asesinó y te contaré detalladamente todos los crímenes irresueltos de la humanidad, porque aquí en el purgatorio estamos todos los que fuimos asesinados y nos pasamos la condena contándonos historias.
Conversación en la Catedral
Desde la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú?, el mismo momento que se jodió latinoamérica: cuando los militares descubrieron que podían trasladar el cuartel al palacio de gobierno y los terratenientes hicieron del poder su propia su hacienda.
Semblanza:
Homero Carvalho Oliva, Bolivia, 1957, escritor y poeta, ha obtenido varios premios de cuento a nivel nacional e internacional como el Premio latinoamericano de cuento en México, 1981 y el Latin American Writer’s de New York, 1998; dos veces el Premio Nacional de Novela con Memoria de los espejos (1995) y La maquinaria de los secretos (2008). Su obra literaria ha sido publicada en otros países, traducida a otros idiomas y figura en más de treinta antologías nacionales e internacionales como Antología del cuento boliviano contemporáneo e internacionales, El nuevo cuento latinoamericano, de Julio Ortega, México; Profundidad de la memoria de Monte Ávila, Venezuela; Antología del microrelato, España y Se habla español, México. En poesía está incluido en Nueva Poesía Hispanoamericana, España; Memoria del XX Festival Internacional de Poesía de Medellín y Festival de Poesía de Lima. Entre sus poemarios se destacan Los Reinos Dorados, El cazador de sueños y Quipus. El año 2012 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con Inventario Nocturno y es autor de la Antología de poesía del siglo XX en Bolivia, publicada por la prestigiosa editorial Visor de España. Premio Feria Internacional del Libro 2016 de Santa Cruz, Bolivia. En el 2017, Editorial El ángel, de Ecuador, publicó su poemario ¿De qué día es esta noche? Ha publicado los siguientes libros de microficción: Cuento súbito (2004), La última cena (2012), Pequeños suicidios (2017).