Mi vida al desnudo tiene chispa. Y está escrita con un desenfado fascinante. La técnica de la autora también me ha sorprendido. «Es poca cosa. Un experimento virtual». Eso me dijo Chus Sánchez cuando supo que iba a leerlo.
Sonia Conde, la protagonista de la historia, es una patosa encantadora que sobrevive en un «modesto hogar, donde impera un sobrio estilo sueco». El personaje está muy bien perfilado.
—¿De dónde sale esta mujer tan real, Chus?
—Se parece a muchas mujeres que conozco, con las que he compartido sus problemas e inquietudes. Están a pie de calle, en la puerta del colegio o la parada del autobús. Sobre todo, quería crear un personaje cercano. Las novelas están llenas de mujeres que han alcanzado el éxito, destacan en sus profesiones, son triunfadoras natas o les acompaña la suerte. No me suelo identificar con esa clase de personajes, y me dije que, muchos lectores, tampoco.
En esta historia no falta el humor. En Literatura, no tengo la sonrisa fácil, y Sonia me ha arrancado unas cuantas. Además, el humor de Mi vida al desnudo es fresco, inocente, franco.
—Chus, ¿eres una mujer con sentido del humor o te lo has sacado de la manga?
—Si se puede sacar humor de la manga, también es mío. Tener sentido del humor nos salva en las situaciones más complicadas, y en eso último, algo de experiencia creo que tengo. Si me hundo, procuro sacar a flote mi sentido del humor, me ayuda a soportar la caída. Me permite disfrazar la realidad, hacerla más amable. Supongo que es un mecanismo de defensa al que recurren muchas personas, sean o no conscientes de ello. Es posible que una cosa me haya llevado a la otra, que haya aplicado el recurso de mi propia vida en la ficción. A veces, la línea que separa ambas cosas es muy fina. Contaba una historia que en el fondo tiene tintes dramáticos, pero no quería que se notara, sino todo lo contrario, quería que resultara animada, entretenida.
«Echo de menos aquel pasado, cuando una mirada te enfilaba desde cualquier ángulo y era suficiente para saber si querías o no dejarte lesionar el corazón. Después del primer beso, si te gustaba mucho, compartías con él tu regaliz negra. No era importante mantener charlas profundas, y además la música endemoniada te lo impedía. Y otra cosa, ya era obvio que nuestros destinos eran trágicos e infernales, no era necesario comentarlo».
Así habla Sonia. Así escribe Chus. Humor, amor, sueños, batacazos y muchas ganas de vivir. «En la caricia del desgastado algodón sobre mi piel, busco lo que aún queda de mí: la mujer que quise ser y no me dejaron».
—Sí, Chus, me lo he pasado pipa con Sonia. Pero hablemos de ti. ¿Qué planes tienes? ¿Para cuándo la próxima?
En realidad no sé si tengo algún futuro literario. Tengo varios proyectos dando vueltas por el mundo editorial, aunque no sé si alguno terminará dando algún fruto. Para ser sincera, hay días que pierdo la esperanza, y otros, me cuesta rendirme. Lo que no he podido lograr, sin embargo, es dejar de escribir, ya que supongo que sería lo más coherente. En este momento estoy terminando una novela en la que estoy poniendo mucho empeño. En cuanto acabe, lo único que he pensado es desempolvar mi viejo blog e intentar divertirme con la literatura, mientras comparto lo que hago con los lectores. Sin más ambición. Por supuesto, la protagonista será Sonia Conde. Me encantará volver a las andadas con una segunda parte. De momento, solo he escrito una primera entrega, te voy a dejar el enlace:
https://soniacondesinsecretos.blogspot.com/2018/03/me-busco-viva-o-muerta.html?showComment=1538497013853#c6091883627105955063