En la jornada electoral del 5 de junio, la gubernatura de Aguascalientes quedó en manos de Teresa Jiménez, candidata de la alianza Va por Aguascalientes (PAN-PRI-PRD). Según los resultados del INE, obtuvo 53.77% de los votos, 20 puntos por encima de la morenista Nora Ruvalcaba (33.52%). La que se convertirá en la primera gobernadora de la tierra de la gente buena ocupó la alcaldía del municipio capitalino en dos ocasiones (2016-2021) y actualmente ocupa una diputación federal de representación proporcional. Hizo una licenciatura en ciencias políticas y una maestría en administración pública. Además de juventud, tiene preparación académica, experiencia política y apoyo de los votantes. Pero no solo debió enfrentar al aparentemente invencible movimiento de Morena, sino al gobernador panista Martín Orozco, aunque la apoyó el presidente de su partido Marko Cortés.
El asunto llama la atención sobre la voluntad popular aguascalentense, porque sobre la ahora gobernadora electa pesan acusaciones de corrupción en la construcción de un parque solar, además de que, aunque envió sus propuestas por Twitter, no estuvo presente en el segundo de los dos debates organizados por el INE durante el periodo de campaña. Al parecer la cultura política de los electores se reduce emitir su voto, pues ni las acusaciones y la ausencia de la ganadora afectaron de manera importante las preferencias electorales, con todo y que se registró la participación ciudadana más baja en la historia de los comicios estatales (45.99%). Pero esta apariencia adquiere rasgos diferentes cuando se ven los resultados más de cerca. En esto resulta muy útil el trabajo publicado el 14 de junio por Eryck Diego Aguilar Chávez en La Jornada Aguascalientes(https://www.lja.mx/2022/06/asi-voto-aguascalientes-un-analisis-de-los-resultados-de-las-elecciones-2022/).
De acuerdo con los resultados oficiales del INE, Morena ganó en esta ocasión más votantes que los otros partidos políticos con respecto a 2021, cuando se eligieron a los integrantes del congreso local y las alcaldías de los 11 municipios en el estado. Pero también hubo distritos donde la preferencia del voto regresó al PAN, después de favorecer a Morena, aunque el blanquiazul también perdió votos en favor del café/morado (Pantone 1805). Al menos en la capital estatal, destaca que los distritos del oriente se inclinaron por Nora Ruvalcaba, mientras que los del norte y el centro favorecieron a Tere Jiménez. En el oriente se ubican nuevos fraccionamientos populares; el norte alberga a los sectores más ricos de la sociedad hidrocálida y en el centro predominan las clases medias.
Tal vez, entre los votantes de este lugar que salieron a ejercer su derecho, el número de pobres no alcanza para inclinar la balanza hacia el lado del partido mayoritario. O el número de conservadores se mantiene todavía por encima de los electores que quieren cambiar algo de su sociedad. Aunque también existe el conservadurismo que busca pequeños cambios para mantener las cosas como están, lo cual no quiere decir que los pequeños cambios les favorezcan, en detrimento de los sectores progresistas.
El bajo porcentaje de participación ciudadana en esta jornada electoral sugiere que haber presentado solo mujeres como candidatas desmotivó a muchos votantes. También puede pensarse en el escepticismo general hacia los partidos políticos, más hacia unos que otros, pero dentro de cierta órbita tradicional en nuestra cultura política de escasa participación y menos discusión centrada en propuestas. Las expresiones culturales del conservadurismo incluyen la idea y sus consecuencias de que el mejor lugar y destino de las mujeres está al servicio de un hombre. Y en Aguascalientes abundan los ciudadanos que piensan de ese modo, sobre todo entre los sectores populares, a donde no han llegado los derechos humanos y sus etcéteras modernos.
Teresa Jiménez se convertirá en la primera gobernadora de Aguascalientes después de unas elecciones con seis candidatas. Además de ella y Ruvalcaba, contendieron Anayeli Muñoz de Movimiento Ciudadano, Martha Márquez por el Partido del Trabajo y el Verde Ecologista, quien declinó en favor de Ruvalcaba y, por último, Natzielly Rodríguez de Fuerza por México.
Otro rasgo que singulariza al siguiente gobierno estatal aguascalentense consiste en que durará cinco años; pero esto responde más a un calendario institucional que al vigente en los imaginarios que le dan sentido a la existencia de los aguascalentenses. En el reloj de las mentalidades locales, el bienestar material tiene más importancia que las ideologías. Y lo urgente reemplaza a lo importante: las carencias hacen que muchos prefieran dinero para lo inmediato que labrar un futuro a mediano y largo plazo.
Independientemente de injusticias y pecados anteriores, después de cuatro años, los pobres y adultos mayores de estas y otras latitudes esperan que las promesas de la 4T mitiguen los agravios de un sistema caduco y una clase política depredadora y carroñera.
Pero en Aguascalientes todavía hay más temor a cambiar el rumbo que a seguir en las mismas y votaron que mejor así.