“Imponer cambios legislativos, sin que los ciudadanos previamente los hayan comprendido, es simplemente decretar la fecha de caducidad de cualquier disposición regenerativa”.
Ibiza Melián.
La idea utópica de un gobierno justo, democrático y del pueblo quedó sepultada el 1 de Julio, al término de la jornada electoral ya se preparaban los cientos de miles de funcionarios de casilla para contar voto por voto el resultado menos predecible en la historia político electoral del país. Ni el mismo Andrés Manuel López Obrador –ahora presidente electo-, podía creer el efecto de su campaña y hasta cierto punto, del hartazgo social.
El tsunami Lopezobradorista no sólo fue efecto de la campaña morenista, sino que además, ya había en los mexicanos un sentir de cansancio por las mismas viejas prácticas de corrupción. Los mexicanos estaban cansados de tanta violencia, de toda la inseguridad en el país pero, una gota que derramó el vaso de la decepción gubernamental, fue la constante burla del poder ejecutivo al admitir que México estaba mejor que antes.
En un país violento, pobre, desigual e inseguro, no era de sorprenderse que, frente a un ejercicio democrático para elegir al gobernante, los mexicanos no elegirían un cambio. La Presidente de Morena, Yeidckol Polevnsky, afirmó en una entrevista para el Semanario Proceso (2180) que el 1 de Julio recibieron una votación de más del 90% de mexicanos no afiliados a Morena, lo que podría significar el apoyo moral a Obrador pero no necesariamente a su Movimiento de Regeneración.
Ahora bien, la campaña del entonces candidato a la Presidencia de la Republica, López Obrador, se enfocó en desacreditar el Pacto por México y el impulso de un paquete de reformas que a mediano y largo plazo, los únicos beneficiados serían los mexicanos. Andrés Manuel aseguró que de llegar a la Presidencia, cancelaría la mal llamada reforma educativa y energética, lamentablemente, Carlos Urzúa, próximo Secretario de Hacienda y Crédito Público, afirmó que si bien no habrán más gasolinazos sí se harán ajustes al precio de la gasolina dependiendo la inflación y que además, la reforma energética no va a ser cancelada, pero si se revisarán los contratos petroleros para evitar corrupción.
Además de cancelar la reforma energética, también prometió un crecimiento económico en nuestro país del 4% por año, pero las predicciones económicas de Carlos Urzúa son otras, Urzúa asegura que el crecimiento económico de México no será como el que propone el presidente electo, sino que será apenas del 2.5% anual y con una esperanza del tipo de cambio con el dólar de $19.00 MNX.
Otra de las tantas promesas de Obrador fue que, al ser Presidente de México, no usaría la seguridad nacional para resguardarlo, que a él lo cuidaría el pueblo mexicano. Bajo ese discurso pobre de el que nada debe nada teme, Andrés Manuel tuvo que retractarse cuando la próxima Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez, afirmó que es imposible que el Presidente de México no tenga seguridad personal. Con ello, el próximo Presidente de México aseguró que no usará al Estado Mayor –que además va a desaparecer- sino que será un equipo de ciudadanos quienes estarán encargados de protegerlo.
Dijo también Andrés Manuel que el entonces coordinador de la campaña en los estados del occidente-noroeste del país, Marcelo Ebrard, no ocuparía cargo alguno durante la Administración Federal. Dijo muy seguro López Obrador que Ebrard acompañaría la campaña porque éste fortalecería el proyecto de nación en los estados donde Morena aún no estaba muy presente.
Con tantas promesas realizadas durante la campaña de López Obrador no era de sorprenderse que algunas resultaran siendo más que mentiras, destruyendo así la idea utópica de un gobierno justo, democrático y del pueblo, porque uno de los causas más desastrosas en la política mexicana fue entregar el Congreso de la Unión a un solo partido, puesto que Morena tiene en la cámara de diputados Mayoría Absoluta y está a poco de conseguir la Mayoría Calificada. Sin duda un error histórico.
Los errores son caros, pero cuando se trata de elecciones, diputados, mayorías y control, los errores pueden ser mortales para historia democrática de un país. Vale la pena recordarle al ahora presidente electo las razones por las cuales los mexicanos votaron por él. Los mexicanos votaron por un gobierno nuevo, un gobierno que elimine las mismas viejas prácticas del sistema político, votaron para acabar con la corrupción y no para continuar con el mismo intercambio político y económico del actual gobierno.
Debemos luchar por un país justo, un país democrático sin mayorías aplastantes, un país en donde el Presidente no sea más quien decida el futuro de nuestro país sino que, junto con la sociedad se construya el camino por el cual tengamos la oportunidad de crecer y cambiar política, económica y socialmente…