Recientemente llegó a mí un reportaje que tocaba un tema sensible, le resumiría diciendo que era sobre niñas que cuidan fetos de juguete, mientras en el mundo grupos organizados de féminas luchan por el aborto como derecho.
Los Ksi meritos
Los juguetes ksi meritos son muñecos coloridos (en realidad son fetos) de la marca Distroller y que se han convertido en los favoritos de las niñas entre 6 a 12 años en México y algunos otros países.
Vienen en su incubadora, tienen cordón umbilical, puedes vacunarlos y cuentan con un sinfín de accesorios como pañales, comida especial, sueros, vacunas, etc. Como la misma marca lo explica, son fetos, es decir bebés que no llegaron a término del embarazo (o bien prematuros) y como tales precisan de cuidados extremos al punto de tener que llevarlos incluso al médico. En las mismas cajas dicen los productores: “Están a 2 de ser un cigoto” (cigoto es la unión del espermatozoide y el óvulo a partir de la cual se forma el embrión).
La idea de los Ksi meritos (que ya su nombre nos va dando una idea, casi son meros bebés) nació para un público adulto ayudándoles en el proceso luego de un parto prematuro o un aborto natural o espontáneo, el producto se vendió como pan caliente y ahora son las más pequeñas de casa las víctimas de esta moda. Una forma bastante retorcida de llevarles el tema del aborto natural o inducido a las niñas de nuestra sociedad.
De ser un artículo para superar una muerte pasan a ser el juguete “ideal”, ¿ideal para qué tipo de niñas?
El aborto no es un juego
Distroller que es la marca que creó los productos religiosos tan famosos de «Virgencita Plis» menciona: “… queremos que desde pequeños aprendan darle valor a un ser vivo”. ¿Es acaso esto una apuesta por la humanización de la sociedad o una utilización clara de las niñas para intereses que respondan a los tradicionales grupos de poder?
Ocurre, y no casualmente, que sectores de ultra derecha han puesto en marcha campañas contra el aborto luego de que éste se legalizara en la Ciudad de México, esto al punto de crear un frente anti aborto que busque revertir este logro legislativo y evitar que se multiplique en otros estados. Política, conservadurismo y religión nuevamente se unen para decidir sobre el cuerpo de la mujer, en este caso incluso antes de que la fémina sea adulta.
Pese a las muñecas, el aborto es una realidad que, por incómoda, se está prefiriendo ignorar o bien se busca cortarla con este tipo de modas y la raíz de esa mata infinita sigue intacta.
¿Qué hacemos entonces con la realidad latente que América Latina tiene la tasa más alta de abortos inducidos? Hay leyes «altamente restrictivas», y las estadísticas no hacen más que incrementarse.
En 2008 se realizaron 4,4 millones de procedimientos para interrumpir embarazos en América Latina, en un 95 por ciento de los casos de manera clandestina e insegura, según investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se descubrió desde entonces que la tasa mundial de abortos fluctúa entre los 28 abortos por cada mil mujeres entre los 15 y los 44 años de edad, una cifra alta como para seguir optando por no tocar el tema y hacer muñequitas que le digan a las niñas que abortar está mal según la derecha política, la religión y la dualidad de la sociedad.
Los abortos no se frenan volviéndolos ilegales
“Quien quiere abortar, lo hace y ya” fue la frase de una mujer a otra durante un velatorio de una amiga fallecida por un aborto casero, frase imborrable como cierta.
Algunos expertos opinan que ha habido repuntes en las tasas de abortos, aunque bien podría no ser un repunte sino llana contabilidad de ellos. Lo que sí es claro es que los abortos están innegablemente en estrecha relación con la educación y la emancipación de las féminas del mundo, algo irrefrenable gracias al trabajo organizado de los últimos años.
El nivel de inseguridad de los procedimientos para interrumpir los embarazos no deseados en la región latinoamericana es altísimo, del 95 %. La OMS indica que las latinoamericanas y caribeñas que quieren interrumpir sus embarazos recurren a comadronas tradicionales, a médicos y enfermeras, que generalmente proveen servicios más seguros, o tratan de hacerlo por sí mismas.
Desde brebajes con hierbas y plantas semi tóxicas hasta procedimientos quirúrgicos secretos y complejos, el uso de fármacos legales, automutilaciones, suicidios incluso. Más del 90% de la población responde a religiones con posturas fuertes y claras contra el aborto, y ni siquiera el miedo a un Dios decepcionado y dolorido detiene a millones de mujeres. No se puede seguir tratando el tema desde la religión, no está siendo efectivo, es momento ya de pasar a la justicia, las oportunidades y fundamentalmente a la educación.
Patriarcado y mujer objeto
Mujer, la realidad borbotea allá afuera de este texto y allá afuera es donde está el campo de batalla.
Los Ksi meritos son solo juguetes pero nos viene a recordar cómo nos quiere ver el mundo machista: con vestidos de flores, haciendo tareas del hogar, cuidando hijos, respondiendo a religiones, siendo ejemplares. Apostemos por romper esos patrones y busquemos la liberación y la revolución de las mujeres, solo necesitamos amor y sororidad. Es la única forma que no haya más funerales de mujeres que sin oportunidades ni futuro decidieron abortar.