@aldoalejandro
El gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, no se anduvo por las ramas este domingo. En la Plaza del Ángel habló de conflictos, señaló culpables y retiró el velo a ciertas verdades que todos saben y nadie se atreve a señalar.
El mandatario calificó al federalismo como una gran mentira porque no hay reglas parejas para todas las entidades, sobre las que se ejerce un control político mediante el presupuesto y la canalización de recursos: “es la zanahoria o el garrote, te portas bien y aplaudes al presidente, no le cuestionas nada, asistes a todas las ceremonias como objeto decorativo, te dan recursos. Difieres del primer tema y te dan el garrotazo, no lo podemos aceptar jamás”.
Por ello anunció la segunda revolución mexicana, que peleará con ideas, valores y a través de las instituciones, “una revolución de las conciencias contra la corrupción y la impunidad que es el cáncer que destruye la vida nacional… esta nueva lucha será contra un régimen corrompido y corruptor, que se ha valido de recursos públicos para perpetrarse, mismos que deberían ser destinados para el desarrollo social, la salud, la educación de sus hijos e hijas, pero que en su lugar se desvía para el beneficio del partido del Presidente de la República”.
El gobernador habló de una Marcha por la Dignidad que se dirigirá a la Ciudad de México y un movimiento para exigir un auténtico federalismo fiscal y una batalla frontal contra la corrupción cuyo objetivo es la captura de César Duarte, caso por el que exigió al presidente peña la detención con fines de extradición del exgobernador y el cese de la represalia contra Chihuahua para que se le liberen 780 millones retenidos por la Secretaría de Hacienda.
Dijo que el ex gobernador prófugo de la Justicia, “los tiene amenazados, porque además de ser muy bueno para robar, también sabe cantar. De ahí el ya inadmisible retraso de traerlo al país” y eso -dijo- fue lo que molestó a la administración que encabeza don peña, haber exhibido “el modus operandi para la perpetración del régimen corrupto”.
En fin. El panista Corral Jurado pudo haber tenido sobre sí todos los reflectores, pero eligió una mala época para pelearse con la Federación. En primer lugar tenemos los divertidos dimes y diretes entre los pre-candidatos a la presidencia y sus respectivas huestes; en segundo, está la bonita tradición especulativa en torno a la conformación de las ternas aspiracionales para representar a los partidos en el Senado y el Congreso federal, tema que siempre atrae a morbosos, participantes, analistas y especialistas y, por último, su lucha o la lucha de Chihuahua, podría ser vista y clasificada solo como un simple, llano e intrascendente asunto de carácter electoral.
No miento.
Recuerde que en el proceso del próximo 1 de julio se elegirá otro presidente (¡por fin!), 128 senadores, 500 diputados federales y se renovarán las gubernaturas de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán y la Ciudad de México. Con ello puedo comentarle, por ejemplo, que para esas campañas los partidos gastarán (tirarán a la basura) un total de 2 mil 148 millones 166 mil pesos. ¿Quihubo?
Ahora supongamos sin conceder que a usted no le interesa este asqueroso asunto de la política mexicana, pero en el escritorio de su compañero hay un periódico en el que se anuncia como exclusiva la lista de los candidatos al Senado por el Revolucionario Institucional y cualquiera de sus rémoras. ¿Le generaría curiosidad?
Podría leer nombres como el del leal e institucional EX secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y su paisana Carolina Viggiano Austria, quienes buscarían las curules para Hidalgo. Quizá también estarán incondicionales de peña merecedores de un reconocimiento transexenal, como Luis Miranda Nava, Ildefonso Guajardo Villarreal, José Calzada Rovirosa, Gerardo Ruiz Esparza, José Narro Robles, Enrique de la Madrid o José Reyes Baeza.
Y habría más: Augusto Gómez Villanueva, José Carlos Lozano Rivera Rio y Lorena Martínez Rodríguez, por Aguascalientes; Héctor Pablo Ramírez Puga y Mariana Benitez Tiburcio, por Oaxaca; Miguel Alonso Reyes, por Zacatecas; Héctor Gutiérrez de la Garza, por Nuevo León; Beatriz Pages Rebollar y doña Claudia Ruiz Massieu, por la Ciudad de México; Eruviel Ávila Villegas, César Camacho Quiroz y Carlos Iriarte Mercado, por el Estado de México; Rubén Moreira Valdez, por Coahuila; Yulma Rocha Aguilar, por Guanajuato; Mercedes del Carmen Guillén Vicente, por Tamaulipas; Sylvana Beltrones Sánchez, por Sonora.
Jorge Carlos Ramírez Marín por Yucatán; Esthela Ponce Beltrán, por Baja California Sur; Marco Antonio García Ayala, por Baja California; Georgina Zapata Lucero, por Chihuahua; Juan Antonio Ixtláhuac Orihuela, por Michoacán; Jorge Estefan Chidiac, por Puebla; Raymundo King de la Rosa y José Luis Toledo Medina, por Quintana Roo;
Jorge Herrera Caldera, Rubén Escajeda Jiménez y Esteban Villegas Villarreal, por Durango; Beatriz Paredes Rangel, por Tlaxcala; Manuel Andrade Díaz, por Tabasco; Carlos Jiménez Macías, por San Luis Potosí, y Manuel Añorve Baños, por Guerrero.
De todo lo que ha leído hasta este punto, ¿qué le provocó más indignación?
Por supuesto el gobierno federal ya reviró y desestimó las acusaciones del gobernador Corral, quien sigue en su dicho. Meade, Anaya y López se siguen diciendo cositas malas y perturbadoras, mientras al interior de los partidos buscan no a los mejores o más convincentes, sino a los que garanticen impunidad y olvido.
Lo sé… es un asco.