Conversamos con el escritor y minificcionista mexicano José Luis Zárate, sobre su escritura breve, el microrrelato en sí, la twitteratura y el pato.
«Todo es fantástico»
José Luis Zárate
Semblanza:
José Luis Zárate Herrera (1966. Puebla, Puebla. México). Es uno de los escritores mexicanos más reconocidos y respetados dentro del género de la ciencia ficción, aunque también ha desarrollado trabajos literarios de otros géneros. Su obra abarca ensayo, poesía y narrativa, y permite considerarlo parte de un movimiento renovador en la literatura mexicana de finales del siglo XX, que abandona el nacionalismo imperante hasta aquel momento y busca volverse más universal y cosmopolita.
Como entusiasta de la literatura fantástica en general ha trabajado en diversas oportunidades por la divulgación de esta clase de literatura en su estado natal y en su país, y es uno de los socios fundadores de la Asociación Mexicana de Ciencia Ficción y Fantasía y del Círculo Puebla de Ciencia Ficción y Divulgación Científica.
José Luis Zárate ha obtenido varios premios nacionales e internacionales, entre los que destacan el Premio Más Allá (1984), el Premio Kalpa (1992), el Premio MECyF (1998 y 2002) y el Premio UPC de ciencia ficción (2000).
Sus novelas de mayor renombre son Xanto, novelucha libre (1994), La ruta del hielo y la sal (1998) y Del cielo oscuro y del abismo (2001), que forman una trilogía, llamada por el autor «Las fases del mito», sobre personajes icónicos de la cultura popular. En ellas el Santo (el luchador/superhéroe fílmico mexicano), el conde Drácula y Superman, respectivamente, son vistos desde la perspectiva que tendrían los habitantes de sus propios mundos ficticios. Entre sus libros de cuentos destaca Hyperia (1999), que toma elementos de muchas vertientes distintas de la ciencia ficción y se convierte en un panorama muy completo de los intereses del escritor y del estado del género fantástico a fines del siglo XX.
Nos interesa conocer tu definición de literatura fantástica:
Ouch. La verdad no la tengo muy clara. Verán, nada es real. Son letras ¿saben? Madame Bovary y Campanita son de la misma materia de las que están hechos los sueños, si soñaras con un teclado en la mano y una excelente mecanografía.
Pienso en lógicas internas, que desarrolles tu premisa sin importar cuál es. ¿Cuáles son las reacciones de una mujer que descubre que su vida no tiene sentido? O ¿cuál es la reacción de una mujer que descubre que todos la han olvidado y por ello pierde sustancia? Es el papel del escritor desarrollar esa premisa de una forma atractiva. Seguir la lógica de su propio relato.
Todo es fantástico, según lo veo yo.
¿A qué lector quieres llegar con tu literatura, qué otro lado les quieres mostrar con tus obras?
Yo era un gordito aislado que tenía ganas de que el mundo fuera muy interesante (y lo es, pero no de la forma en que lo creía), como lector en esos años en que no se me ocurría siquiera escribir, quería un atisbo de maravillas.
Eso quiero ser, llegar a un lector de ese tipo, a alguien que vea un destello de un horizonte más grande, complicado, enorme, secreto, oscuro, brillante de lo que parecería a siempre vista, por medio de alguna de mis palabras.
¿Quiénes son tus influencias literarias o de qué otras artes te prestas para inspirarte?
Tres básicamente. Jorge Luis Borges, Lewis Carroll, Chesterton. Los tres desarrollan premisas lógicas hasta sus últimas consecuencias que, muchas veces, llegan al delirio y lo desorbitado. Amo a Stephen King y sus hermosas páginas que parecen paja y al parecer no narran más que el día a día, qué belleza. Amo el cine. Soy de una generación visual y mi imaginación se nutre de luces en una pantalla gigante. La música es imprescindible (de toda pero sobre todo OSTs).
Menciona algunos de los escritores que en la actualidad están cultivando el género fantástico:
Alberto Chimal, of course. Imprescindible
Bernardo Fernández BEF, increíblemente divertido
Verónica Murguía, woao, qué prosa tan maravillosa.
Principalmente trabajas el género del microrelato en tu obra, ¿podrías describirnos qué es un microrelato para ti?
Bueno, trabajo de mole, de chile y de manteca. Microcuento, novela, ensayo, cuento largo, de todo. Para mí un microrelato es un golpe sonoro que rebota en la montaña enorme del lector, es un relámpago que ilumina durante un instante los paisajes internos de quien lo lee. Es una colaboración autor/lector en donde uno da un fragmento y el otro lo llena de significados.
¿Qué busca el microrrelato, qué elementos narrativos se conjugan en una minificción?
La belleza estética, por supuesto. Ésta puede ser desde el presentar un universo en un grano de polvo, hasta jugar con las memorias colectivas. Hablo del micro-micro relato. 140 caracteres o menos.
¿Qué elementos narrativos? Los que sirvan al propósito del lector, tan variados como pueda uno permitírselos.
Existe una discusión entre lo que es literatura comercial y la literatura apegada a ciertos estándares, la cual reprueba a menudo el producto a través de internet por considerarlo efímero. ¿Cuál es tu opinión al respecto?, pues cultivas la llamada twitteratura en la práctica y has presentado conferencias al respecto:
¿Qué es más bello, un copo de nieve que se derrite o un diamante eterno?
Depende de tus parámetros estéticos.
A mí me gustan ambos. Entiendo que algunos deseen leer las fechas de caducidad en los envases del hecho artístico, pero para mí no es importante.
¿De qué forma relacionas o te vales de la fotografía para crear obra literaria? ¿Cómo se da dicha relación?
Una imagen dice más que mil p… nahh. La fotografía nos muestra una porción del instante escogida por el fotógrafo, es huku para los ojos. Uno puede leer tantas cosas es una imagen y eso es lo maravilloso. Que no es una lectura única. Mil veces me sorprendo al descubrir lo que cada quien ve en una imagen. Cada interpretación es un ojo nuevo y me gusta eso para inspirarme. Qué tantas versiones pueden sacarse de cada imagen.
¿Qué viene para ti, qué estás escribiendo actualmente? ¿Hay proyectos nuevos en puerta?
Muchos. En fechas inmediatas una novela de amor entre Juana de Arco y Gilles de Rais.
Ah, se nos olvidaba: ¿y el pato?
Al principio tenía un fin estético -el máximo contraste se logra con amarillo sobre negro-, para los avatares de Twitter en donde acostumbran poner fotos que, al ser diminutas, no se aprecian detalles. Pensé en algo que fuera rápidamente identificable: el patito de hule (pensé en una abeja pero dada mi atlética figura podrían creer que yo era Pistachón Zig-zag). Después me puse a pensar en la imagen y me gustó lo que significaba.
El patito de hule significa que es el momento de jugar: en el baño el pato está vivo, es un pato de verdad con aventuras reales, donde puede enfrentarse a submarinos y ballenas o navegar plácidamente haciendo cuack cuack.
Los minicuentos (y en si la literatura) es un juego parecido. Vamos a jugar. Te cuento una historia y veamos a dónde nos conduce. Es un juego serio (muchas aventuras de los juguetes son tragedias pero al mismo tiempo divertidas en la imaginación). Es un contrato en donde todo es posible.
Al gustarme mucho el horror siempre pensé en usar símbolos como murciélagos o monstruos, pero un patito de hule me parece perfecto para decir: es el momento en que tú y yo veamos adónde nos puede llevar la imaginación.
Z
Nota: Entrevista primeramente publicada en nuestra edición XIII.