I
En el 2016 —de acuerdo al Informe Mundial sobre las Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito — 5.6% de la población mundial consumió drogas. 275 millones de personas, de un total aproximado de 7 400 millones de habitantes en el mundo, son asiduos al uso de sustancias estimulantes, depresivas, estupefacientes o alucinógenas. ¿Por qué?
Droga es toda sustancia de origen natural, vegetal, animal o sintético que genera una dependencia, emocional o física, en la persona que recurre a su consumo. El alcohol es una droga legal, al igual que el tabaco y el azúcar, que se encuentra en la mayoría de las casas, a disposición de cualquiera. Pero, una cosa es tomar unas cervezas el fin de semana y otra es estar dispuesto a tomar alcohol metílico, como solución ante la abstinencia. ¿Cuál es la diferencia entre el cerebro de un consumidor y un no consumidor?
¿Cómo se llega al consumo recurrente y compulsivo de drogas? 34 millones de personas son asiduas a anfetaminas y estimulantes de prescripción médica. Algunos usan clonazepam, diazepam, fluoxetina, metilfenidato y dextrometorfano, como otros comen pastillas mentoladas o mastican chicle. El clonazepam es un ansiolítico, el diazepam y la fluoxetina son antidepresivos, el metilfedinato es un psicoestimulante y el dextrometorfano es una droga disociativa. Este último, sin ir más lejos, es un psicotrópico de venta libre en las farmacias, ingrediente activo de varios de los mejores jarabes para la tos.
II
Aldous Huxley publicó en 1954 Las puertas de la percepción, un ensayo acerca de las drogas alucinógenas, desde su propia experiencia con el uso de mescalina. Decía que la realidad únicamente se mostraría tal cual es, cuando dejásemos que nuestra mente abriera las puertas de la percepción. Las drogas, para Huxley, no alteraban el mundo sino que lo descubrían.
Thomas de Quincey escribió Confesiones de un inglés consumidor de opio relatando sus largos años enganchado a la sustancia. Su final como consumidor fue más feliz que el de muchos. Rehabilitado, recopila sus notas acerca de los viajes con opio y las publica, lo cual le resulta en un rotundo éxito editorial. En Requiem for a dream de Darren Aronofsky Marion termina en posición fetal, después de vender su cuerpo en una fiesta de temática erótica. Mantiene relaciones sexuales con una mujer, ante la mirada de múltiples espectadores, a cambio de heroína.
Para abrir las puertas de la percepción y ver la realidad como es, ¿qué opciones contemplaría Huxley? ¿Inhalaría orines y excrementos fermentados durante varias horas para percibir la realidad bajo otra impresión?
En Trainspotting de Danny Boyle, Allison grita desespera cuando descubre que su bebé Dawn ha muerto debido a una sobredosis de heroína. Sin saberlo, cada vez que Allison amamanta a su bebé le transfiere la droga por medio de su leche. Un día, mientras ella se encuentra intoxicada, el pequeño Dawn es incapaz de seguir soportando la droga en su cuerpo y fallece. Cuando la madre despierta y descubre el cadáver de su hijo, ante el dolor, le pide a sus compañeros otra dosis.
A ninguno de los invitados de la casa le importa que, en el cuarto continuo a ellos, el cadáver de un menor de edad se encuentre en descomposición, prefieren ignorar el olor antes que irse. Se dice que cuando alguien toca fondo puede cambiar su vida radicalmente. También se dice, en el mundo de los adictos, que la heroína es la reina de las drogas.
34 millones de personas en el mundo son asiduas a los opioides y 18 millones son adeptos a los opiáceos. Ejemplos de los opioides son la codeína, morfina, metadona y oxicodona. Muchos de ellos recetados en el tratamiento contra el cáncer, algunos únicamente en sus etapas más agresivas. Son drogas controladas que se mantienen en los hospitales, autorizadas a ser administradas a pacientes con una gran carga de dolor físico. ¿Qué es lo que provoca que una droga de este nivel sea usada, por su propia voluntad, por personas que no la necesitan? ¿Cuál es la dolencia del consumidor?
En la lista de las drogas favoritas de los consumidores se encuentra un polvo blanco, fino, del cual el primer corte es el mejor. A ella, Roberto Saviano le dedicó su libro CeroCeroCero, en cuyo inicio se le advierte al lector que todo el mundo consume la droga. Maestros, albañiles, doctores, amas de casa, financieros, corredores de bolsa, abogados, dentistas, niñeras, enfermeros; es posible que el lector reconozca en miembros de su entorno laboral, social o familiar un asiduo a la sustancia y, si no es capaz de hacerlo, se debe a que el consumidor es el lector mismo.
La cocaína se mueve por todos los círculos, sus consumidores son un grupo diverso, amplio y multifacético. La soda inhibe la sensación de hambre, cansancio o dolor. Todo brilla más, todo va más rápido. Es parecido a tomarte 15 tazas de expreso doble de un solo golpe.
En el 2016 había 34 millones de personas que consumían opioides, 34 millones eran adeptos a anfetaminas y medicamentos controlados, 21 millones eran usuarios de éxtasis, 19 millones eran asiduos a los opiáceos y 18 millones inhalaban cocaína. Pero los usuarios de todas estas drogas juntos, aunque son un número importante – 126 millones -, no son competencia para otra droga. La más consumida de todas, algunos la consideran la más noble. Legal en países como Holanda, Uruguay, Costa Rica y Portugal, es llamada de diversas maneras: Hierba, café, verde, Mary Jane, mota, María, marihuana. En el 2016 se calcula el número de consumidores de cannabis en 192 millones de personas.
En Pulp Fiction de Quentin Tarantino, Mia Wallace está a punto de morir de una sobredosis de heroína que se suministra al confundirla con cocaína. Logra salvar su vida al serle inyectada una dosis de adrenalina directo a su corazón. Una sobredosis de marihuana es probable que te origine: hambre, sueño o confusión excesiva. Pero no te lleva al hospital. Contrario -por ejemplo- al LSD cuya duración del efecto no puede ser alterada o reducida, para contrarrestar los efectos de la marihuana basta con comer.
La marihuana puede ser suministrada siendo fumada, bebida, vaporizada o comida. Contrario a las otras drogas nombradas en este ensayo, el cannabis no produce una dependencia física. Pero, aunque ésta no exista, dejar el hábito de su consumo no es sencillo. Se experimenta dolores de cabeza e irritación como signo de mal humor, es lo que se conoce -en términos populares- como “andar erizo”. El uso reiterativo y prolongado de la droga provoca pérdida de memoria y dificultades del habla.
III
Un día escuché la anécdota de un chico -de clase media baja, perteneciente a un barrio problemático- sobre la final de la copa del mundo del 2014 que se jugó en Brasil. Aseguraba haber visto el partido Argentina vs Alemania. Su viaje había sido de un tipo distinto al que se asocia con la palabra. Sin moverse de México, el día en cuestión provisto con una lata de inhalante, un puño de estopa y una radio, encontró un lugar silencioso, alejado de los curiosos, en uno de los cerros de su ciudad, donde inició su viaje. Estaba en el estadio, gritando con la afición.
Conozco también a una niña -estudiante de colegios privados, miembro del cuadro de honor- que, por consejo de una amiga, puso una capa de resistol blanco en toda su lapicera, esperó unas horas y después inhaló el olor de la plasta viscosa que se había formado en el fondo.
IV
¿Por qué una persona siente curiosidad por probar las drogas y otra persona no? De acuerdo con la Sociedad Médica Estadounidense de Adicciones, ASAM, la adicción es una enfermedad cerebral. El consumo de drogas no origina ni es consecuencia de ninguna enfermedad mental, sino que es en sí mismo una enfermedad. A su vez, la Organización Mundial de la Salud califica al alcoholismo como una enfermedad progresiva, crónica y degenerativa, anunciando que es la tercer causa de muerte en el mundo.
¿El 5.6% de la población mundial está enferma? De ser así, ¿por qué se enfermó y cómo habrá de curarse?
Al libro base de la asociación civil de Alcohólicos Anónimos, se le conoce como el Libro Azul, en él se detalla que el programa basado en 12 pasos para la recuperación del alcohólico ha dado tan buenos resultados que, incluso hombres que todos los médicos daban por desahuciados, han dejado de beber. El precepto, en el cual gira toda la filosofía del programa, es el de aceptarse derrotado ante el vicio y buscar apoyo en una fuerza superior. No es una asociación religiosa, pero sí es una organización que transita por los senderos de la espiritualidad.
Para que algo sea considerado como enfermedad cerebral debe de ser comprobado por evidencia científica. Los neurólogos deben mostrar cómo el cerebro de una persona adicta es distinto a cualquier otro cerebro. El 94.4% de la población mundial, de acuerdo a aproximaciones de la UNODC en el 2016, no consume drogas. Ésa es la regla, es lo que define la normalidad. Para considerar a la adicción como una enfermedad mental, se debe de comprobar que hay similitudes constantes y comprobables en el cerebro de todos los adictos, que los diferencian de un cerebro normal.
La Sociedad Médica Estadounidense de Adicciones asegura haber encontrado dichos patrones cerebrales. Regiones enteras del cerebro son secuestradas por la adicción, haciendo que la persona recurra a una ingesta obsesiva de sustancias. Para todas las enfermedades mentales, existen medicamentos asignados para ayudar a controlar sus síntomas. En muchos casos sin el uso de estos medicamentos el sujeto es incapaz de permanecer por sí mismo -por su propio uso de fuerza de voluntad- en la realidad. Las enfermedades mentales, como cualquier enfermedad, si no son tratadas a tiempo, suelen empeorar, pero, ¿cómo se cura con una droga la adicción a otra droga?
El modelo de AA ha sido copiado en multitud de países, hay cientos de sedes oficiales de la organización en el mundo. Millares de personas dan testimonio de su éxito, llevan años sobrios. No hablamos únicamente del borracho impertinente que en todas las fiestas hace un desfiguro, hablamos también del borracho que había perdido su trabajo, a su esposa, casa, amigos y familia debido al alcohol.
¿Cómo un adicto -un enfermo mental- fue capaz de cambiar su estructura neuronal, combatir y ganar la batalla contra su padecimiento? Los testimonios de AA hablan de personas que habían llegado hasta las últimas consecuencias por sus vicios, siendo recurrentemente internados en hospitales por congestiones etílicas, se encontraban en tal estado de abandono que lo único que calmaba su padecimiento era un trago de alcohol.
Toda la vida de un alcohólico gira en torno a una sola obsesión: un trago de su bebida favorita. Es cierto que un buen bebedor bebe lo que sea, pero cuando se tiene oportunidad de elegir: hay un tipo de alcohol que se prefiere. En el camino hacia la bebida nada es obstáculo para el alcohólico: ni su familia, ni su reputación ni su integridad física o emocional. Si estas personas han perdido todo respeto hacia cualquier otra cosa que no sea el alcohol, ¿qué les hace desandar el camino y comenzar a privarse de su adicción?
No es la adicción un hábito o fijación sino un trastorno de la conducta, donde los límites entre el placer y el dolor quedan diluidos, en la misma mezcla confusa donde se encuentran combinados el amor y el odio. El hedonismo es la doctrina que aboga por el placer sensorial e inmediato. El masoquismo es, a grandes rasgos, la conducta por la cual se obtiene placer por medio del dolor. El proceso de adicción es lo que Freud nombró la eterna lucha de los dioses Eros -amor- y Tánatos -muerte-.
El consumidor comienza su peregrinaje en el mundo de las drogas por el efecto de placer que encuentra en éstas, pero invariablemente ante un consumo prolongado, abusivo e inadecuado de la sustancia, termina padeciendo dolor. Pero no se puede detener, calma el dolor con otra dosis y cuando el dolor vuelve, necesita otra dosis para calmar la ansiedad.
V
La experiencia de cada consumir se basa en su propia condición física y mental. Dependiendo en qué estado integral se encuentre la persona, serán los efectos que la sustancia genere en ella. La potencia del efecto dependerá de la tolerancia que el cuerpo del usuario haya desarrollado o, lo que es lo mismo, cada vez la dosis necesaria para alcanzar el efecto deseado es mayor. En el argot de los consumidores, se podría decir que un pacheco puede estar todo el día quemándole las patas al diablo, sin poder colocarse.
La primera vez que alguien experimenta con una droga es un momento irrepetible en su vida. Su cuerpo está completamente limpio de la sustancia, será la primera vez que su cerebro la asimile. Para muchos la primera vez pasa inadvertida y no es hasta la segunda, tercera o cuarta vez cuando el golpe aparece, cuando por primera vez se saben drogados.
No importa que no lo hayas vivido antes, inmediatamente te das cuenta cuando la realidad ya no es la que era. Conozco a un chico cuyos amigos planeaban reuniones con el único objetivo de drogarlo con marihuana. Pero él, por más que sus amigos lo intentaran, no notaba ningún cambio significativo en su estado de conciencia. En una de las tantas sesiones, cuando varios comenzaban a dar la causa como perdida, el amigo en cuestión, preguntó a todos sus interlocutores si ya se habían dado cuenta de cómo se movía el ventilador. Batalla ganada.
Sara, la protagonista de Sara T. Retrato de una joven alcohólica de Robin S. Wagner, es una adolescente que comienza a tomar a hurtadillas el alcohol del bar de su casa para sentirse mejor. Al desinhibirse por medio de él, logra asistir a fiestas donde lo obtiene de manera recurrente y gratuita. Al principio su ingesta es esporádica pero, casi al finalizar el libro, el vicio de Sara está tan desarrollado que para poder beber durante clases, esconde el alcohol en un frasco de perfume. Cuando ni el alcohol de su casa ni el de las fiestas le es suficiente, permite que un extraño le compre una botella y la viole en la parte de atrás de su automóvil, mientras ella bebe.
VI
5.6% de la población mundial consume drogas, ¿por qué? ¿Qué fue lo que originó la enfermedad? Son sujetos de todas clases y posiciones sociales. Los hay de todos los grados académicos, todas las familias, todos los sueldos, nacionalidades, ocupaciones, religiones, pensamientos, hábitos y géneros. El programa de AA les dice a sus miembros que entre ellos están personas que no tienen absolutamente nada en común, más que el hecho de que son unos teporochos. Teporocho es la persona que ante el alcohol pierde la cabeza, la batalla, la cartera y la dignidad.
La UNODC es la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, ambas palabras están más entrelazadas de lo que convendría. A las drogas se les asocia con el crimen. Hay mitos urbanos acerca de que una vez que te drogas, despierta en ti un impulso incontrolable por la violencia. A las drogas se les relaciona con guerras, guerras por territorio entre grupos o guerra del Estado contra los proveedores ilícitos. Pero los consumidores de drogas, no necesariamente optan por actos vandálicos durante el efecto de alguna sustancia.
No todos cuando se drogan se vuelven un drugo, al estilo de La Naranja Mecánica de Anthony Burgess. Marilyn Monroe era asidua a los barbitúricos y Edgar Allan Poe tenía un apego desmedido hacia el alcohol. Ninguno de los dos desarrolló una carrera criminal. Sin embargo, sí hubo un hombre que probó todas las drogas que se le pusieron enfrente y que terminó cometiendo homicidio. William S. Burroughs, escritor de la generación beat, asesinó a su esposa el 06 de septiembre de 1951 en la Cdad. de México.
Esa noche a Burroughs, completamente ebrio, se le ocurrió poner un vaso encima de la cabeza de su mujer, que se encontraba en el mismo estado que él. Era un juego para pasar la noche, para seguirse riendo. La pistola titubea en la mano temblorosa de Burroughs, su mujer apoya todo su cuerpo contra la pared, lo anima. El escritor dispara, los sesos, la sangre y los líquidos de su mujer lo salpican. La ha asesinado.
Artistas, escritores, músicos, escultores, poetas, dramaturgos, personal administrativo, directores de orquesta, chalanes, peones, viene viene, mecánicos, tortilleras, empacadores e inspectoras de calidad, todos por igual son propensos a ser drogadictos. En papeles, cuadros, cuadernos, chocolate, hielo, ice cream, ángel, chichifli, farlopa, hilos, soda, perico, caspa de satán, clonas o playeras: la droga viene en distintas presentaciones con distintos nombres. Fumada, untada, inyectada, vaporizada, tomada o comida, la droga puede llegar de un sinfín de maneras a tu organismo.
¿Por qué el 5.6% de la población mundial consume drogas? ¿Cuál es el fin de su consumo? ¿Qué es lo que buscan con tal compulsión los adictos en ella?¿Estimular el pensamiento para generar ideas y crear? ¿Pasar el rato? ¿Esquivar la realidad? ¿Qué es lo que orilla a una persona a drogarse todos los días durante largos años? ¿Por qué? Si se lo preguntáramos a un adicto, ¿sabría la respuesta o está esperando a que alguien se la dé?
Bibliografía:
UNODC. (2018). Resumen, Conclusiones y Consecuencias Políticas del Informe Mundial sobre las Drogas 2018. 04 de noviembre de 2018, de UNODC. Sitio web: https://www.unodc.org/wdr2018/prelaunch/WDR18_ExSum_Spanish