Diego Medrano tiene un estilo inconfundible. Dadme un texto suyo sin firmar: en el primer párrafo lo reconoceré. En Pintura, el estilo lo tienen los grandes. En Literatura, también. Aunque la fama y los dineros suelen caer del lado de los vulgares, autores sin estilo para una masa lectora que no entiende de estas cosas.
Vivir esperando es también morir.
La resignación es un suicidio diario.
Sin miedo no hay escritura que valga.
El auténtico lector ya escribe cuando lee.
La música no basta con oírla, hay que verla.
Hay mujeres que tienen la ausencia deliciosa.
Don Quijote es una reflexión sobre la virginidad.
La literatura solo es buena cuando es puro delito.
La comodidad para el artista siempre es peligrosa.
En lugar de entrega, los artistas insisten en el ego.
Qué rojos son tus labios y qué negras tus mentiras.
El arte no es más que una pobre imitación de la vida.
Mi madre dice que soy un sol. Por eso salgo y me pongo.
No puede estar tan mal ser un escritor secreto en Oviedo.
Desintegrarse es la primera parte de todo proceso literario.
Hay libros que se pueden volver contra el lector y destruirle.
Si no fuera escritor, me hubiera gustado mucho ser escritora.
No soy nadie, esa es la cuestión, o tan solo esta mierda de folio.
El cinismo no deja de ser la forma más brillante de escepticismo.
El futuro es cosa del pasado y la prisa no es sino miedo sofisticado.
Mi cama está siempre vacía pero mis lágrimas pueden llenar el mar.
Donde es siempre más feliz el agua es en los cangilones de la noria.
Hay un tipo de literatura que ha perdido ya cualquier clase de perfume.
Una novela solo es verídica cuando los secundarios tienen vida propia.
Me gusta pensar que siempre hay una enfermera detrás de cualquier rubia.
El artesano construye según unas leyes, pero es el artista quien las descubre.
La vida es como el café o las castañas en otoño, siempre huele mejor de lo que sabe.
Ser gordo es genial y no hay nada más sexual con las mujeres que la propia humillación.
Es muy de mañana pero llegará la noche y nos tomaremos la luna a cucharadas para celebrarlo.
Si don Quijote hubiese conocido el sexo cabe la posibilidad de que se hubiese olvidado para siempre de Dulcinea.
Aforismos. Diego Medrano va sobrado. Ya le pueden dar el Nobel. El raro de crimen de Rambal es una joya literaria. Es Literatura con mayúscula inicial. O sea, eso que se puede leer una y otra vez. Diego Medrano se reinventa una vez más. Escribe el libro de siempre, pero desde otra perspectiva. Sencillamente genial.