Nunca la comunidad universitaria de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) padeció los estragos de la cruda realidad que persiste al interior de la Universidad. Nunca antes la educación pero, sobre todo, el espíritu universitario, se había visto involucrado tanto en el interés colectivo de los alumnos y trabajadores. ¿Qué pasará después de la huelga de la UAM con su comunidad?
El pasado sábado 4 de Mayo del año en curso, después de casi 93 días de negociaciones, el comité de huelga del Sindicato Independiente de Trabajadores de la UAM (SITUAM) aceptó el pago del 100 por ciento de salarios caídos, el pago del 100 por ciento de prestaciones, así como un incremento salarial del 6.45 por ciento del cual 3.35 por ciento, es incremento directo y 3 por ciento al tabulador, ofrecidos horas antes de ese día.
Con la firma de acuerdos realizado aproximadamente al mediodía del domingo 5 de Mayo, el sindicato hizo entrega de todas las unidades, la Rectoría General y todos los espacios que se tenían bajo resguardo por el SITUAM. En su sesión 454 (urgente), el máximo órgano de la UAM, el Honorable Colegio Académico, aprobó el 7 de Mayo el nuevo calendario escolar. Ante todo esto, quedan tres puntos a debate y aquí una breve reflexión.
Durante los más de tres meses de huelga, existieron reflexiones puntuales, sensatas y objetivas que explicaban las ventajas y las desventajas de la huelga. La opinión y el punto de vista de los académicos y los alumnos permitió conocer el amplio panorama de las diferentes voces al interior de la comunidad universitaria pero ¿qué pasará después de la huelga?
El primer punto necesario es la reflexión colectiva, comprender el nivel y la calidad de información que los estudiantes y los profesores recibieron a lo largo de los más de 90 días de huelga. Lo cierto es que existió al interior de la comunidad un linchamiento para aquellos –académicos o alumnos- que hacían público su apoyo o no a la huelga.
Frente a los linchamientos por posicionarse en pro o contra la huelga se deben detener todo tipo de ofensas e insultos que dañen o puedan afectar el desarrollo personal de cada miembro de la comunidad universitaria. Todos los estudiantes, académicos y trabajadores deben entrar al proceso colectivo de repensar el futuro de la institución y del cómo se puede evitar que un conflicto como estos pueda repetirse en la próxima década.
El segundo punto refiere precisamente a la tarea que debería tocarle a cada miembro de la comunidad universitaria. A las autoridades de la UAM toca buscar a través de cualquier medio la intervención de más universidades en la planeación del siguiente Presupuesto de Egresos de la Federación para que a la educación universitaria se le asigne mayor inversión para educación, investigación, infraestructura, servicios y pagos.
Al SITUAM toca no solo hacer de forma eficiente sus labores al interior de la institución y en los diferentes espacios sino que, como sindicato toca agruparse con sus pares sindicales y en específico con aquellos al interior de la educación universitaria para hacer público y eficaz su exigencia de mejores condiciones salarias al Gobierno Federal para que éste considere sus demandas en la planeación el siguiente Presupuesto de Egresos de la Federación.
Es entonces un trabajo que debe coordinarse entre las autoridades de la UAM y el SITUAM para la gestión de más recursos que cubran la demanda de investigación, educación y las diferencias salariales. Que el enemigo no está al interior ni del SITUAM ni de la UAM, que no existe enemigos en esta lucha por el respeto a los derechos laborales, pero si existen responsables.
Los únicos responsables de que las autoridades de la UAM no pudieran ofrecer algo que superara el 6.45 % al SITUAM, son por un lado, los diputados integrantes de la LXIV legislatura y el Gobierno de México que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Los primeros por no asignar mayor presupuesto a las instituciones de educación superior, y el último por lo mismo pero con mayor fuerza por no garantizar el desarrollo profesional de la educación superior al no incrementar el presupuesto.
¿Qué papel juegan entonces los estudiantes? A los estudiantes les toca sanar, reparar y fortalecer la identidad universitaria que se afectó durante la huelga. Que al interior de la UAM existe una comunidad de trabajadores, académicos y estudiantes, que la reflexión colectiva de nuestro futuro puede unirnos a través de diversas actividades, que no hay fifís, ni chairos, pero si compañeros.
El Gobierno de México debe garantizar la educación superior pero ello no significa que pueda o deba intervenir en la autonomía de las universidades vía sindicatos, académicos o grupos de choque. Ni en la UAM ni en otra institución hermana se debe permitir que grupos ajenos a la comunidad universitaria rompan y sacrifiquen la identidad de los universitarios para implementar sus proyectos de interés.
La base de toda educación está cimentada en la superación y el desarrollo del ser humano en la colectividad. Que la máxima de la Casa Abierta al Tiempo cumpla con sus ideales y se abra siempre al dialogo, al debate, al análisis, a la educación pero sobre todo, a la comunidad. Que la comunidad universitaria de la UAM se encuentra sensible y debe curarse, pero eso solo el tiempo y los compañeros con la verdad como medicina, podrán sanar.
Porque debemos construir un gobierno que garantice la educación superior, un país en donde la educación no sea secuestrada por sindicatos o grupos antagónicos, un país donde el gobierno no se infiltre en las instituciones de educación superior, un mundo libre de ataduras, en donde haya espacio para todas las ideas y las formas de expresión de nuestra libertad. Porque estamos hasta la madre, porque éstas son también nuestras batallas y juntos ganaremos la guerra.