Quedan pocos días para disfrutar de la adicción a Remedios Varo que de nueva cuenta nos trae el Museo de Arte Moderno (MAM) a la Ciudad de México. Y si ustedes son de los que no han acudido al recinto a disfrutar de esta sala dedicada a una de las máximas exponentes del surrealismo porque se preguntan ¿otra exposición de Remedios Varo, qué de nuevo me puede ofrecer? Es momento de que se sacudan el prejuicio y no dejen pasar la oportunidad de adentrarse en las obras clásicas de la pintora, desde su intimidad.
Pues, además de volver a ver sus cuadros más representativos como La huida, 1961; Vagabundo, 1957; Roulotte, 1955; Mujer saliendo del psicoanalista, 1960; El gato helecho, 1957; Carta de tarot, 1957; Creación de las aves, 1957; o su tan gustado Ciencia inútil o El alquimista, 1955 por el dominio de la técnica que demuestra en el manejo de la luz y sombras; en esta ocasión el MAM nos ofrece la comparativa con algunos de los dibujos, bocetos y estudios que darían vida a estas pinturas.
Por si esto fuera poco, también se acondicionó un espacio en el que, a manera de recámara, se muestran objetos personales y de aprecio para la artista, que van desde fotografías de sus gatos, piedras preciosas, piezas prehispánicas, parte de su biblioteca personal, cartas, directorios con teléfonos y direcciones de los allegados, dibujos, bisutería, una característica pipa larga, entre otros.
Así también, durante todo el recorrido se podrá hacer un complemento de los momentos en la vida de Remedios Varo que la llevaron a la creación de cada etapa de sus obras más conocidas, gracias a la presencia de correspondencia entre ella y algunos artistas y amistades, y fotografías entre éstos y la propia familia de la pintora. Y, por qué no, textos propios en los que nos regala un panorama más amplio de lo que ella concibió como “surrealismo” y la forma en que envolvió su vida entera.
Adictos a Remedios Varo. Nuevo legado 2018 permanecerá abierta al público hasta este 24 de febrero.