Gracias al determinismo histórico, el amor perdió el halo intemporal que lo hacía superior a otros sentimientos, supuestamente más vinculados con las condiciones materiales. Envidia y orgullo, frustración y satisfacción, pérdida y beneficio suelen asociarse a los estados financieros. Reducido a producto de lugares y momentos concretos, como nosotros mismos, reconocemos al amor bajo las diversas formas que adopta en el tiempo y el espacio. Sin embargo, todavía no gozan de aceptación general el rumbo que ha tomado la evolución del amor y ciertas formas de amar: entre personas del mismo sexo o de ambos o que se lo han cambiado.
Mientras los feminicidios en parejas predominantemente heterosexuales se suceden impunemente, la comunidad LGBTQ sostiene una lucha planetaria contra la discriminación, que cierra las puertas del amor para unos y las abre para otros. Al menos las del amor de pareja, para excluir la diversidad.
Distinguimos las formas simultáneas del amor a los familiares más cercanos: padres y hermanos, cónyuge e hijos. Todas marcadas por el tabú del incesto. También se ama a una mascota, cierta actividad o algún sitio especial, en ocasiones hasta la extravagancia.
A menudo el amor se confunde con la amistad, en un asunto que ha inspirado canciones, dramas y películas serias y cómicas. Meterse con la comadre o el cuñado. Aunque casi siempre las diferencias entre uno y otra parecen estar claramente establecidas para todos, los transgresores encuentran la frontera difusa, motivando respuestas tan feroces como las dirigidas contra los amores prohibidos. Desde luego, la lista negra incluye las aventuras ocasionales o periódicas, centradas en el placer erótico.
En la era de los matrimonios efímeros, el conservadurismo y lo arraigado de las tradiciones han impedido que la familia pierda su campo gravitacional y sus miembros se dispersen, como fragmentos de un planeta destruido por un cataclismo cósmico. Ello no impide que dichos cataclismos ocurran, según indican la reducción en el número de integrantes de los hogares y el aumento de los hogares unipersonales, con gente que vive sola. Vestigios siderales en busca de una órbita propia. Según el INEGI, en 2014-2017 pasaron de 9 a casi 11 por ciento del total de hogares en el país.
Curiosamente, el conservadurismo lleva a formar familias entre personas de la diversidad sexual, para cumplir funciones análogas a las de familias heterosexuales. Hay diferencias tan sutiles como se guste en la manera y los motivos para asumir los géneros, pero se comparte la función general de dar protección y afecto, procurar el bienestar y contribuir al desarrollo humano de sus integrantes. Junto con las uniones perecederas o conflictivas, la formación de parejas que rompen las convenciones se ha considerado parte de la crisis de la institución familiar. En 2020 México tenía 125 millones de personas en más de 35 mil hogares familiares, mientras que la población que no vivía en hogares familiares apenas sumaba cinco millones de personas, aunque crecía más rápidamente que la de hogares familiares.
También la amistad reporta registros de su estado crítico. Se le llama amigo a cualquier contacto en Facebook o cliente en línea, hasta que a usted lo internan en la cárcel o en un hospital, presenta un libro o sufre un fracaso que le permite conocer a sus verdaderos amigos. Si dentro y fuera del libérrimo internet el amor se confunde con la amistad o el sexo, la amistad por su parte se confunde con la actitud colaboradora o incluso sumisa, básica en complicidades y otros enjuagues ilegales o inmorales.
Igual que todo lo humano, las expresiones de amor y amistad están determinadas históricamente; hacen referencia a necesidades y valores de unidad y solidaridad. Un cambio muy evidente en las relaciones de pareja tiene que ver con las luchas de las mujeres por la equidad de género. El empoderamiento de la mujer ha propiciado logros, desde el lenguaje incluyente hasta leyes e instituciones que garantizan el ejercicio de sus derechos, pero la resistencia al cambio de mentalidad persiste pese a los esfuerzos realizados.
Un paso importante ha consistido en abandonar la idea de la pareja como complemento, para asumir voluntariamente la de un vínculo libre entre dos personas completas y responsables de sus decisiones, lo cual no está exento de riesgos. Empezando porque nunca o casi nunca se había intentado establecer este tipo de relaciones entre géneros. Y siguiendo, porque sin remedio se arrastran restos del modelo de relación dominante, el machista.
Entre inventadas y heredadas, las identidades de amantes y amigos están en un doble proceso de construcción y restauración, en el que la libertad juega un papel preponderante. Y donde las probabilidades de fracasar aumentan en la medida que las relaciones se apartan de lo conocido.
Pero los resultados del desarrollo humano se conocen viviendo sus procesos. Y más en el amor y la amistad.