Tras el resultado de las famosas encuestas de Morena, para definir a su candidato por la Jefatura de la Ciudad de México, quedó en evidencia que Andrés Manuel continúa jugando con la democracia al interior de su partido.
Los principales reclamos que ha tenido AMLO es que a él le encanta promover su imagen junto con la de los demás candidatos, lo vimos con Delfina y su campaña en el Estado de México; pero lo que últimamente lo ha llevado a ser el blanco de los ataques por parte de sus propios partidarios es la imposición de candidatos ya sea para gobiernos locales y estatales (no hablemos del federal pues esa candidatura es únicamente para él y nadie más) por parte de su dirigente nacional. Y es que con eso que las encuestas siempre le favorecen, eso da mucho en qué pensar.
Sin embargo, Andrés Manuel había logrado acallar a sus detractores internos con promesas de una mejor posición política a cambio de su silencio. Ya saben, la vieja táctica de: “Calladito y hay huesito”.
Pero esta vez me parece que la decisión que tomó Morena, por no decir que fue únicamente su dirigente nacional, fue un grave error. ¿Por qué? Porque algo que Ricardo Monreal se había dedicado a hacer fue a promover su imagen como futuro Jefe de Gobierno.
Su imagen de hombre honrado, libre de culpas y con una visión de cambio le ha permitido colocarse como uno de los artífices del acelerado progreso que ha tenido Morena dentro de la Ciudad de México. Esto había puesto en Jaque al PRD que ya veía sus días contados como partido dominante en la capital del país.
Nuevamente la desidia y la ambición personalista de Andrés Manuel le han costado caro. En el tablero de ajedrez político, el PRD no ha perdido el tiempo en este conflicto AMLO-Monreal y al abrirle las puertas del Sol Azteca a un caprichudo, pero astuto, Ricardo Monreal como candidato a la Jefatura de Gobierno, buscan darle un reverso al juego y darle el Mate a Morena, por lo menos en la Ciudad de México, y recuperar su preponderancia política en la capital.
Y a pesar de que Andrés Manuel diga que estar en Morena no se trata de buscar puestos (pero eso sí, que nadie se meta con la candidatura a la presidencia) lo cierto es que a Monreal lo “chamaquearon”. Esta jugarreta de AMLO tampoco era una sorpresa. Perdón, no demerito en nada a Claudia Sheinbaum creo que ella puede hacer un buen papel pero hay que ser sinceros, está siendo utilizada como el contrapeso de Monreal.
El jefe de la delegación Cuauhtémoc ha demostrado una fuerte influencia en la capital conducido bajo sus intereses personales, algo que aterró a Andrés Manuel quien no acepta ningún otro interés que no sean los de su partido, es decir, los designios del supremo líder.
Pobre de los apóstatas que estén en contra de la voluntad de Andrés Manuel; Delfina, al final de su campaña, dejó de lado la imagen de AMLO y demostró que por su cuenta podía atemorizar al PRI en su máximo bastión. Toda apostasía merece una reprensión y para el caso de Delfina fue el completo abandono por parte de Andrés Manuel y sus fieles a esa “lucha permanente” por lo que consideraron elecciones ilegales.
¿Cuál es el inconveniente con el caso de Monreal? Que él se dedicó a crear una base de apoyo que lo respaldara y marchara bajo una visión que el propio Ricardo se dedicó a impregnarles. En este sentido, una ruptura violenta entre Andrés Manuel y Ricardo Monreal, el gran perdedor sería el primero pues iría a las elecciones del próximo año con un partido muy dividido y receloso. El gran vencedor no sería Monreal, sino el PRD, quien tendría unos años más de respiro, al menos en la Ciudad de México.
Cuidado Andrés Manuel recuerda que según la tradición, Bruto también mató a Julio César.