“Sería tan fácil llevar un arma cargada a la escuela como entrar a ella con una calculadora” Eric Harris, perpetrador de tiroteo en el colegio Columbine.
Es el 20 de Abril de 1999 y las once horas con diecisiete minutos marcan el momento en que cientos de estudiantes del Colegio Columbine se trasladan a comer a la cafetería.
Eric Harris y Dylan Klebold, no asistieron esa mañana a su clase de filosofía, decidieron no aplicar su examen de filosofía china, porque en realidad se encontraban cumpliendo con un itinerario que le costaría la vida a una docena de estudiantes.
El plan original, consistía o contemplaba, hacer explotar dos bombas de 10 kilos en la cafetería de la escuela, para después ejecutar a los sobrevivientes con un arsenal de armas que habían logrado reunir y ocultar durante un largo año.
Las bombas no lograron detonar y durante más de media hora la comunidad académica y estudiantil fue objeto de la frustración y animadversión de los dos tiradores.
Eric Harris y Dylan Klebold indiferentes y carentes de toda emoción humana; disparaban a sus compañeros mientras corrían entre los pasillos o yacían paralizados en el piso de la cafetería.
Sobre la Masacre en el Insituto Columbine se ha hecho un extenso y prolífico trabajo de investigación periodística, que a su vez, ha requerido de una amplia recopilación de material audio-visual que involucra amenazas de los perpetradores, testimonios de las víctimas y material de grabación de cámaras de seguridad en el interior del instituto.
Bowling for Columbine de Michael Moore, ganadora del Oscar a mejor Largometraje Documental en el 2002, contenía todo el material audio-visual explícito relacionado con el tiroteo en la cafetería, El Docudrama Zero Hour, contenía grabaciones policíacas y una extensa recopilación de entrevistas y testimonios de víctimas.
Existen adaptaciones cinematográficas sobre la masacre que han sido aclamadas por la crítica y cinéfilos como: Elephant de Gus Van Sant, que obtuvo la Palma de Oro y el premio a mejor director en el festival internacional de cine de Cannes. Se suman a la lista de adaptaciones cinematográficas: The Class, Zero Day, Dawn Anna, Duck! The Carbine High Massacre, Heart of America, The Only Way y School Shooting.
Si la masacre en Columbine ha generado una extensa investigación o producción fílmica, se debe en gran parte, a la imperante necesidad de discutir y analizar el incremento e intensificación exponencial de la violencia en la sociedad.
Tiene que ver con la reflexión sobre la perdida de empatía social, tiene que ver con la discusión por el acopio y venta de armas, tiene que ver con la crítica a la segregación social, tiene que ver con la crítica a la xenofobia, tiene que ver con el desarrollo de sociedades con pánico y odio hacia la alteridad, tiene que ver con los límites de convivencia y tolerancia social.
Sin embargo, Documentar, indagar, investigar, noticiar, reseñar, informar, hacer crónica, incluso, hacer historia evenemencial y enterar, juzgar y prejuzgar nada tiene que ver con compartir contenido por simple morbo.
El pasado 18 de enero, en un colegio privado de Monterrey, un adolescente atacó con un arma de fuego calibre 22 a su profesora y compañeros asesinándoles a sangre fría. El video circula por redes sociales y se comparte de manera viral.
La tragedia se ha convertido en un espectáculo circense de morbo, sangre e indiferencia, muestra de una sociedad en quiebra incapaz de sentir empatía.
Kafkiano, dantesco aterrador y pavoroso es entender que se necesita la misma sangre fría para jalar el gatillo de un arma o compartir este tipo de material audio-visual.
En México el sector infantil es de los más vulnerables y expuestos a la violencia, como caso al límite de lo absurdo, Juan David Hernández Rojas, con solo 11 años, oriundo de Matamoros Tamaulipas es un niño que el 2016 ganó un concurso de ciencia y tecnología al presentar La mochila antibalas, invento que incorpora una alarma, un GPS y una placa de acero para detener proyectiles.
Según instrucciones de Juan David. “la mochila se pone en dirección del peligro y uno se cubre la cabeza…, en caso de robo se activa la alarma para llamar la atención de las personas y pedir ayuda, en caso de secuestro se activa el GPS”.
La masacre en Columbine también tiene un lado oscuro en el que apremia el morbo, en el 2005 Danny Ledonne programó el video juego Super Columbine Massacre RPG, juego de rol en el que se recrea el tiroteo del instituto. Eric Harris al ser fanático del video juego DOOM programó y creó varios niveles y mapas, The Harris`s Levels, circula aún por la red.