Enero llegó a mi puerta y la abrió de chingadazo. Así, sin avisar. Una noche quedé gratamente dormido gracias a los buenos oficios de Baco y Morfeo y al otro día despierto y me encuentro con un nuevo año cuya única novedad sigue siendo la modificación en el calendario, lo cual entonces resta impacto a toda la parafernalia, fiesta y buenaondez que priva desde el 23 de diciembre hasta por ahí del 7 u 8 de enero, cuando caemos en la cuenta: las novedades jamás llegaron y seguimos atrapados en una rueda de la infortuna que, además de girar y girar y girar, se mueve en un vaivén interminable, en un continuo de Möbius (me refiero a la banda que en rollos de geometría y matemáticas tiene una sola cara, un solo borde, algo así como “lo mismo, pero más barato” pues), apabullante y tenebroso.
Han pasado ya 34 días del “cambio”. En las redes sociales (convertidas no solo en los nuevos medios, canales e instrumentos de comunicación masiva, sino también en permanentes jueces y verdugos), la gran mayoría se encuentra atrapada en dos partes: la primera, aquella que denosta, acusa y señala la incapacidad de la nueva administración para dar cumplimiento a todas las populacheras promesas de campaña y la otra, la segunda, la de la defensa a ultranza de cabecita de algodón y todas sus decisiones; es decir, prianistaoficialistaspersonajesañorantesdelpasado contra eso que hoy llaman pejechairos (dícese de la persona que, a pie juntillas, sin mayor esfuerzo de análisis y/o muestra de un gramo de inteligencia, defiende a ultranza al nuevo redentor de este México tan entrampadamente nuestro).
Ustedes, amables cinco lectores, habrán de perdonar la incapacidad, pero no cuento aún con suficientes elementos para evaluar a don López y su chamba. Hay valientes y videntes que incluso a mentadas le califican. Yo simplemente no puedo y por si estaban con el pendiente tampoco le defiendo, para eso están las hordas de obnubilados entes a lo largo y ancho del que supuestamente es nuestro territorio.
Sin embargo, hay algo que me inquietó en demasía: la postura del Comité Clandestino Revolucionario Indígena hecha pública desde allá, desde las mismas entrañas de la selva lacandona, manifestando un absoluto rechazo y desprecio por la figura presidencial, por los proyectos que pretende llevar a cabo y por su “más de lo mismo”. Todo eso sucedió el 31 de diciembre, fecha y discurso en el que el subcomandante Moisés no se anduvo por las ramas: “el mal gobierno” y su “apestosa política” (claro que el vocero oficial del movimiento, Marcos, hoy conocido como Galeano en homenaje al maestro José Luis Solís López -asesinado en La Realidad en mayo de 2014-, habló también, pero de él dieron cuenta ya todos los medios).
Recuerden: hace 25 años, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional irrumpió en el mundo de ensueño creado por el presidente Carlos Salinas de Gortari.
Retomando, Moisés recordó que advirtieron a la gente sobre algo peor a lo que ya estaba llegaría, pero al parecer nadie les hizo caso, nadie les creyó y ahora viven (¿vivimos?) engañados. Por eso calificó a Andrés Manuel López Obrador de ser un mañoso, de mentir y hacer creer al pueblo que está con él. Por eso rechazan el llamado tren maya y la llevada y traída guardia nacional, porque uno es proyecto de destrucción y la otra es, en pocas palabras, la misma gata apenas revolcada.
Cuestionó el empecinamiento cuartotransformacionista de perdonar a los criminales y, tristemente, habló –como dicen-, con palabras de verdad desde el inicio de su discurso: “Compañeros y compañeras todos, estamos solos como hace 25 años. Salimos a despertar al pueblo de México y al mundo, solos. Y hoy, 25 años, vemos que estamos solos…”.
Pero la intervención más importante fue la de Everilda, la comandante zapatista, quien aseguró que en esos pueblos no caben ni manipulaciones, ni engaños, ni mentiras o consultas disfrazadas, y por eso no permitirán proyectos que destruyan a la humanidad y provoquen la muerte de la madre tierra: “por más que intenten humillarnos con las fuerzas represivas como es la Guardia Nacional, no descansaremos en defender nuestra madre tierra porque en ella nacimos, en ella vivimos y en ella moriremos. No nos rendiremos, no nos venderemos y ni claudicaremos y mucho menos traicionaremos la sangre de nuestros compañeros caídos en la lucha…”.
Así las cosas, a los enemigos “naturales” de don López, se suma ahora un movimiento que exigía un cambio real desde hace 25 años, cuando surgieron Zedillo, Fox, Calderón y el peña, cuatro presidentes cuestionados, señalados y mal vistos, aunque todos después de terminado su sexenio, a excepción del último, que demostró cualidades para entrar a ese selecto círculo desde el inicio de su campaña. Hoy, tristemente, un tabasqueño tiene dividido al país… pese a su discurso de amor y perdón.
***
Antes de cerrar, agradezco a ustedes el tomarse el tiempo para leer estas peroratas textuales y, para no desentonar con nuestras tradicionales costumbres, les deseo que cada día de todas las semanas y meses por venir, su vida sea mejor a la que esperaban y superior a la que merecen. Buen año sea para ti, para ti y también para ti…
Imagen de www.launion.com.mx