La noticia del día domingo 17 de junio fue la hombrada de 11 jugadores vestidos de verde que ganaron a otros vestidos de blanco en el mundial de soccer. México derrotó a Alemania y medio país manifestó su orgullo por cuanto medio fue posible, especialmente las redes sociales. Amaron a sus 11 representantes y por un minuto se sintieron así, bien chingones por un gol.
Para infortunio del propio país, pocos se percataron de la salvajada que quién sabe quién cometió en Tlatelolco, en la gran Ciudad de México: los restos de al menos dos cuerpos descuartizados fueron esparcidos a lo largo del puente Nonoalco y, créalo, no hay un calificativo que alcance a describir el hecho. Había pedazos de carne humana regados en tres de los carriles de circulación. Había pocas manchas de sangre. Había una manta con un mensaje y palabras alusivas al CJNG (cartel Jalisco nueva generación), a un comandante, a la policía de Garibaldi y, especialmente, a un personaje a quien apodan “el tortas”. Había una declaración real de guerra. Luego la postura de la Procuraduría de Justicia capitalina: “estamos investigando”. Los especialistas en investigación criminal dicen que son grupos de narcomenudistas enfrentados y que ya hasta identificaron a una de las víctimas.
Los mexicanos, esos que aman el territorio y se sienten bien orgullosos de escuchar el himno nacional en un estadio y cantarlo a pecho henchido por si salen en la toma, tampoco se percataron de lo que hizo el todavía presidente enrique peña con los recursos de la Nación, al menos no con el mismo interés que pusieron a una pelota que rebasaba una línea blanca en el campo de un estadio en la tierra del Presidente Vladimir Putin: modificó el estatuto de las vedas que hay sobre 40 por ciento de las cuencas hidrológicas en el territorio nacional y que contienen casi el 60 por ciento de las aguas que están en la superficie de lo que queda de nuestro asaltado país.
¿Qué significa eso? Casi nada: ahora se pueden entregar permisos para extraer agua, lo cual segurito sí festejaron mineras, refresqueras, cerveceras, empresas de desarrollo turístico e inmobiliarias, por mencionar algunas (no necesariamente nacionales y no necesariamente conformadas por buenas personas o por lo menos personas preocupadas por el medio ambiente) y, en especial, algunos organismos y funcionarios del sector público en sus tres niveles. Señor negociazo a costa de los bienes nacionales y en segura afectación a grupos susceptibles, como ejidos, núcleos agrarios, organizaciones de campesinos, indígenas, quienes podrían perder el control de algunas cuencas que hoy controlan para “beneficio” de sus organizaciones, comunidades o ejidos si alguien decide hacerse su campo de golf, o construir un conjuncito habitacional, o extraer algún mineral, o hasta explotar alguna reserva petrolera de esas que dicen que ya no hay.
Lo peor de todo es que ahí no acaban de terminar las malas nuevas. Durante la madrugada del día del partido, tres reconocidos activistas guerrerenses fueron asesinados en lo que fue calificado como “crímenes de odio”. Rubén Estrada, Uriel López y Roberto Vega eran férreos defensores del colectivo LGBT+ (personas lesbianas, gays, bisexuales, trans y más), en esa entidad, en Taxco específicamente. El hecho sucede justo en lo que se conoce como el mes del orgullo, cuando contingentes formados por decenas, cientos y miles de miembros y aliados salen a las calles de las principales ciudades para celebrar el (lento) avance en el reconocimiento de sus derechos y exigir un compromiso tácito por parte de la autoridad con ellos. Quieren ser visibles en el conglomerado social y, por el simple hecho de estar vivos, compartir las mismas garantías, derechos y obligaciones que tenemos todos en este país de diferencias y etiquetas.
Nada extraordinario, al menos eso dice la Constitución General de la República: Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece…
Rubén, Uriel y Roberto no merecían tal fin, eso es un hecho casi tan real como que México juega otra vez esta semana contra quién sabe quién.
Deberíamos prepararnos para otro emocionante gol…