Marialuisa
con ojos de nube diciendo
mi abuela cuenta de un pueblo
de orillas rotas
y esquinas de comején ausentes
dice de animales que se hicieron árboles
y árboles que bufan en las noches
corriendo en su quebradero de ramas
en una sola noche
la calle se cobija de todas estaciones
en la memoria de mi abuela
no hay silencio
pero sí un motor cansado en los metales
y un hedor a óxido
entre su tiempo de palabras extraviadas
mi abuela es un pueblo quieto
a veces laguna
otras
marejada de sueño sin cogollos
pero las más
el mar
mi abuela toma aguardiente
sonríe
mira el sol
y yo le miro el sol muriendo entero
en los sus ojos
enormes barcos
rojos y oxidados
sin marras y sin velas
en su malecón me calmo
me recuesto
meto los pies en el agua de sus ojos
azules después de tanto tiempo
y me duelen sus barcos
y el olor a fragancia deportiva de los que fueron sus amantes
debajo de mis pies los peces miran
beben de mis plantas sus raíces
los ojos de mi abuela son esteros
y su voz
un bosque que mira y que refleja
en el mar me dejo
derramando el vaso de lo que veo
habito mi estómago
repleto de peces
y todos estos suyos barcos
que no dejan de dolerme todo el tiempo.