Tras el (dis)gusto de las elecciones en el Estado de México, el triunfo de Alfredo del Mazo el algo innegable, a pesar del coraje y la frustración de la candidata Delfina Gómez por parte de Morena. Entre esta vorágine que dejaron las elecciones resta preguntarse, ¿cómo van a ser las elecciones presidenciales para el 2018?
Se ha señalado que la contienda en el Estado de México no ha sido otra cosa que medir fuerzas entre el Ejecutivo encabezado por Enrique Peña Nieto, primo de Alfredo, y Andrés Manuel, soberano de Morena. En este embate, el vencedor fue Peña Nieto, quien demostró que en el Estado de México quien gobierna es un grupo, y no precisamente el priísta. Empero he aquí la fortuna para Andrés Manuel, pues esta derrota tiene que saber más a victoria.
Del Mazo mencionó en este día que el Estado de México muestra la fuerza que tiene el PRI para el 2018, haciendo referencia a las elecciones presidenciales. Alfredo, se te olvidó que tu victoria no se debió a la fuerza del PRI sino a la necedad de Morena.
El PRI no ganó, perdió. Si lo vemos en las estadísticas del PREP el PRI se llevó el 29.8186% de los sufragios de los mexiquenses. Por otra parte, Morena se llevó el 30.8173% de los mismos. Entonces, mi estimado Alfredo del Mazo, ¿es esa la fuerza con la que irá el PRI en el 2018? Y eso que estos porcentajes están inflados con tantos votos que “mágicamente” aparecieron en las urnas.
Estos primos tienen graves problemas, uno que no lee y el otro que no sabe de simple aritmética. La victoria Del Mazo fue gracias a todas las coaliciones que hizo con todos los partidos habidos y por haber, nuevamente los partidos satélites cumpliendo su misión.
Andrés Manuel, necio en que él puede contra el mundo, en lugar de hacer su propia coalición, quiso ver cómo su partido creía exponencialmente. En cierta medida le permitió ver que cuenta con un apoyo muy valioso en el Estado de México, pero que no puede irse a las elecciones presidenciales completamente solo.
En este juego rumbo al 2018, entran el PRD y el PAN con una alianza de lo más criticada, esto de la unión de la “izquierda” con la derecha como que no es de mucho gusto ni entre los miembros del Sol Azteca. Pero el fin de esta alianza no es vencer al PRI, sino vencer a la amenaza mesiánica encarnada por Andrés Manuel, ¿a poco creen que iba a haber otro candidato por parte de Morena?
Lamentablemente, AMLO sigue estropeando y zanjando su propio camino. Ha dicho que pactaría pero no con los partidos que están al servicio del Estado. El único que aceptaría sería el PT, un partido que a duras penas ha logrado mantener su registro. Mientras más aleje al resto de los partidos, los va orillando a seguir pactado con el PRI o alguna mafufada como la del PRD-PAN, y como vimos en el Estado de México, las minorías también suman y pueden llevar a la victoria, como la de Del Mazo.
La posibilidad del que PRI vuelva a acercarse a estos partidos satélites se hace cada vez más evidente. En menos de un año el partido tricolor no va a recuperar la confianza de la gente que ve empeorar la situación a cada día. Así que ir por cuenta propia también les resultaría contraproducente y esto debe de prender las luces rojas al interior del partido.
Por más guerra sucia y compra de votos, la sociedad ha dejado de creerle. ¿Qué candidato podría serle viable para recuperar la confianza del pueblo? ¿Osorio Chong que sigue sin responder por los 43 normalistas? ¿Luis Videgaray a quien mucho se le ha cuestionado por su trabajo en Hacienda o su “experiencia” como Canciller?
En fin, el PRI está en graves aprietos y su porcentaje en la votación del Estado de México lo demuestran. El partido tricolor tiene que hacer una profunda limpieza que vaya más allá de expulsar a los indeseables del partido, tiene que poner el ejemplo de la lucha contra la corrupción y la impunidad, dejando de protegerlos y entregándolos a las autoridades. Pero claro, esto dejaría al partido con unos pocos o con ninguno, tal vez eso sea necesario para reiniciar, pues hoy ya no son el rival a vencer.