Apología
Mi madre
Caminaba por las nubes
Que habitaban nuestro patio
Sobre los días donde la angustia
No corría por nuestra cuenta
Por el hambre –no sólo de pan–
Que nos acosaba siempre
Mi madre
Remendada por los sueños
Hacía fuego con el pecho de unas varas
Ponía su olla harta de milagros
Condimentaba un Dios recreado
Por verbos y adjetivos: tres piscas de un Padre
Que más que nuestro era de nadie
Y el llanto de una noche que ahora nadie recuerda
Mi madre era de barro como mi cuerpo
Y tu cuerpo y el cuerpo de su cuerpo
Que nadie nunca supo si culminó en sal o en ceniza
Ella volaba porque nació pájaro
Andaba por los cielos
Y los mares de su llanto
Con telas forjadas de noche
Bordadas de luna menguante
Y de astros que en sus ojos se apagaron
Rentaba una casa olvidada por el tiempo:
Sin tregua
[sin pan
[sin vacas
[sin sus hijos
No había mucho qué contar bajo aquella constelación
De barro y otate:
Mi madre era una ofrenda al peso de la noche
[y aun así
La guerra se extendió
En su cuerpo varias décadas de hastío:
Comía poco
[lloraba ajeno
Y decía que pronto volaríamos de su campo
Aquel día mi madre llovió a ojos descalzos
Y escondió el cuerpo entre las ramas
De su sombra, era como ver un río
Desbordado por la angustia
Adolorido en el cauce y en sus piernas
Atosigado en la amplitud de su figura
Después de eso ya no supo de nosotros
Y nosotros
[sus pedazos de tierra fértil
No escuchamos más su canto
Mi madre ya era un ave de silencios
Gaviota de plumaje legendario
Volaba como un adjetivo
Casi indescriptible
[como un sustantivo falto de cuerpo
[de objeto
[de forma
Ella era mi madre
Nadie supo si alguien murió en su pecho
O si Dios mandó por su piel de maple
O si nosotros [su racimo de hijos] la dejamos bajo aquella
compañía que es el olvido
Hastío
Porque morir de ayer es morir de hastío
dejando la piel entre las flores
el idilio
llorando el olvido que regresa
pensando lo que es ahora
[nunca
[siempre
es el día en que morimos
el día que no es día sino llanto
el llanto que no es llanto sino sueño
el sueño que no es otra cosa que morir de hastío
Semblanza:
Emmanuel Rocha (Planeta Tierra, 1994) presente… Pirómano, trovador callejero y creyente del pastafarismo. Cantor de cuentos, promotor de la lectura y la cultura. En 2016 le dijeron que ganó “Los Juegos Florales de Zapotlán el Grande”. Aparece en distintas antologías y ha publicado textos en revistas web e impresas. Gusta del pajarete, los tacos, el pulque y los huajes.