Pavimento tras las elecciones
Un cuerpo se estampa contra la banqueta.
Le atribuiremos gravedad.
La tetera y su chiflido continúan.
Ajusta bien los audífonos
entre transacciones transnacionales.
La Bestia y su chiflido continúan.
Una pantalla nublada entre la sal
por cinco horas extras de aeropuerto.
El silencio que ensayaste para aquellos parientes
que de alguna manera encontraron
cartuchos de paz entre tu guerra.
Pero esta noche estamos solos
y conseguí la visa a tu escollera
y te levanté un ladrillo y una barricada
un calor y un cuerpo.
*
Salmo
Conducimos
entre asientos
de seguridad
y notas bíblicas.
Pasaron dos años
en el precipicio
de la escalera:
barandal
de amenaza.
Mi madre era joven,
yo coleccioné ventanas:
cuidados reacios
que llamó deber.
El tiempo la giró
y la hizo de lado,
yo me rendí
a un hogar forastero.
Y ella, que en sus décadas
veló la ética
bajo una penitencia,
hoy abre su costilla
para verter un río
tan manso
como el salmo.
*
Desde arriba
Veo sus manos girar la válvula
y la llave que estornuda en el hogar.
Veo el brillo ondulado de su pelo:
árbol de ópalo y listón.
Veo piernas si están sentadas,
aunque es más fácil si copulan.
Veo las aperturas de hojas y palmeras,
los caldos burbujeando sobre la estufa.
Pero no sus ojos, no sus emociones —a menos que arrojen
algún objeto, imploren al cielo, o se encorven llorando.
El tiempo se acorta a las seis y a mediodía
y descifro mejor sus rastros después del movimiento.
Desde arriba, los relojes no son más que variaciones
de una raya horizontal.
Semblanza:
María Cristina Hall (Nueva York, 1991). Mexicoamericana, poeta y activista en temas de deportación. Estudió la licenciatura en escritura creativa y ciencias políticas de la Universidad de Columbia y tiene maestría en estudios de traducción por parte de la Universidad Pompeu Fabra. Traduce del español y del catalán y es profesora de inglés en el Tec de Monterrey. mcristinafernandez.net @MCristinaFdz