En la historia del segundo “debate” entre los candidatos a la gubernatura del Estado de México hubo varios intentos de protagonismo y, al parecer, ningún triunfador, aunque al final (por supuesto), todos ganaron (je).
Muy sonrientes y tratando de mostrarse dueños de sí, los aspirantes partidistas, Josefina Vázquez Mota, de Acción Nacional; Delfina Gómez Alvarez, del Movimiento de Regeneración Nacional; Alfredo del Mazo Maza, del Revolucionario Institucional; Juan Zepeda Hernández, del de la Revolución Democrática, y Oscar González Yáñez, del Trabajo, así como la candidata independiente Teresa Castell de Oro Palacios, se lanzaron al ruedo de los señalamientos y réplicas que rayaron entre lo ridículo, lo absurdo y lo patético.
Entre cinismos y guarridos
“Nos quedan menos de 30 días para acabar con el PRI, con este sistema que miren cómo nos ha dejado. Vamos requetebien, los demás partidos han declinado, han ido bajando, más de 42 por ciento de la gente del Estado de México nunca votaría por el PRI. Entonces estos resultados me dan la respuesta de por qué están tan enojados, preocupados”, dijo la simpática lopezobradorista.
“Alfredo, cuando gobernaste Huixquilucan permitiste que el crimen organizado controlara tu municipio. Aquí se atrapó al Indio y al JJ, que declaró que había comprado a tu policía. Alfredo. Tú nunca cuidaste a nuestras familias, tú cuidaste al crimen organizado”, le espetó Josefina al primo consentido del sexenio.
El aludido, antes, había intentado atacar la yugular de la maestra Delfina, quien se convirtió en una especie de saco de box en el ring político mexiquense: “reconozco que hay malestar en los ciudadanos, pero si elegimos a quien no tiene capacidad, el enojo puede ser retroceso. Delfina no está preparada para gobernar el Edomex. El futuro de nuestras familias está en juego, tenemos que ser muy responsables en la decisión que tenemos”.
También Juan Zepeda hizo lo suyo y le cantó un tiro derecho a don Alfredo, quien por momentos parecía más atento a las cámaras que a las disertaciones de sus archienemigos: “hace un mes, cuando empezaba esta campaña, las encuestas me colocaban en un lejano cuarto lugar, pero hoy esas mismas encuestas me ponen tercero y estoy a un punto de rebasar a Delfina. Este tiro, Alfredo, es entre tú y yo, y voy sobre ti. Este final va a ser de fotografía y te lo voy a ganar”.
En tanto, hasta la abanderada “independiente” se sumó a la refriega en contra de la elegida por el tabasqueño (el de las entrevistas a modo y la campaña permanente): “cuidado Delfina, porque los únicos que podemos decirles cerdos y marranos, somos nosotros los ciudadanos. Delfina nos divide a los mexiquenses. Te pido que no le mientas a la gente. Ella también es parte del poder, ella también es un partido”.
Vamos. Hasta el bonachón y carismático primer petista mexiquense resaltó: “bueno, la verdad es que cuando los escucho digo, bueno, quién sabe en qué fantasía andarán, te dicen que van a hacer empleos, que van a hacer esto y lo otro y no te dicen cómo. Nosotros te dimos una propuesta concreta de cómo lo vamos a hacer”.
Una piara mexiquense
Lo cierto, mis estimados, es que el análisis en torno a lo sucedido el día previo al festejo de las madrecitas en el Instituto Electoral del Estado de México será materia de estudio real y verdadero para los entendidos de la ciencia política y los sabedores de las mismas lides, quienes seguramente podrán explicar las razones para tal demostración de ineptitud, ignorancia, soberbia y orgullo.
Yo, como dice la canción, soy un pobre venadito que habita en la serranía y entre mis capacidades no se encuentran las herramientas y elementos para argumentar a favor o en contra de la propuesta de cualquiera de los citados protagonistas, quienes son los que de verdad saben y conocen y han caminado y bla bla bla(jejeje) el territorio que pretenden, quieren o están encaprichados en gobernar.
Lo que sí sé es que las mexiquenses son tierras y territorios que cuentan con una enorme riqueza que no ha terminado de acabarse en casi 90 años: han atestiguado el surgimiento, fortalecimiento y detrimento de hombres y mujeres, programas, causas, proyectos y demás; ya ofrecieron al país dos titulares del Ejecutivo federal (¿gracias?); cuentan con un increíble bagaje cultural; ofrecen al visitante experiencias de diversa índole, y, entre otras tantas, es la entidad más importante del mosaico social, político y económico mexicano.
En menos de 25 días, los compatriotas de esa entidad saldrán a las urnas para elegir al menos peor, dar un voto de castigo o, simplemente, cumplir con un deber ciudadano.
El 4 de junio, con y sin promoción oficial de la autoridad electoral en turno, los amigos de ese gran estado podrán elegir al próximo titular del Poder Ejecutivo de entre Delfina, Alfredo, Josefina, Óscar, Juan y Teresa.
No sé a ciencia cierta quién de ellos ganará. Lo que sí puedo asegurar luego de la penosa muestra de este 9 de mayo en el IEEH, es que el gran perdedor será el propio Estado de México y eso, créame, es una verdadera pena…