Sin título V
Bajo la brizna de la infancia
Un jazmín llueve en su espalda
Y se connotan las imágenes como fulgor
De otro lago que mece las sombras
En el agua del tiempo.
Sin título VI
Un diamante estalla en los ciruelos,
anida las ramas de la psicosis oculta en el sueño del páramo
que piensa la textura del borde en el reflejo.
la luz se desliza en la memoria del acuario,
es una carne blanca como la lluvia que juega
con la sal de los jilgueros,
como la noche entrando en el espíritu de las aguas
en medio del sueño
el punto inaudible de su sangre forma los espejos
a orillas del trueno que lo apacigua todo,
que une el fulgor de las formas que se buscan
en la exhalación de los adentros.
Caudal óptico
Una parvada de signos deglute con sus cristales
el estupor que se ilumina.
el oído del diluvio deja abierta la jaula de sonidos
que flotan en el borde de la imagen.
se desdobla un espejo en el fondo de la vista:
hilos de piel costuran los símbolos.
Lago volátil
Las mujeres saben que el sueño
descalzo sobre el umbral
no es una piel de algo
sino la espora deglutiendo
todo el paisaje inamovible:
la nieve que es líquido vientre
de flor eyaculada desde la superficie.
se vierten desde las bisagras
como un diluvio que consagra toda la
amputación del cardumen,
y piensan el latir desde una sombra que arrecia las nubes,
acarrean todo hasta ese arroyo
donde sangran las espigas,
dejando el todo al aire:
ciénega retratada.
Canción del sueño
La nada se entreteje con los parpados del aire,
llueve como hilera entre el envés de los sueños.
Aquella hilera dulce de joyas y escamas
ya no acongoja tu vientre,
se ha vuelto salitre de luz,
impávido surco que se extingue de mareas.
Cierro la memoria.
En este borde flotan riscos que se extienden hasta el alma.
Flotan pies que se abren con las nubes,
Se detiene un círculo entre la niebla,
Dibuja sus manos con luciérnagas de agua.
Hay una ruina líquida detrás del sueño,
Tus cabellos se mecen,
Moléculas explotan en el incesto de los astros,
El ángel se incinera la vista con sal y opio.
Las hileras han vuelto, amor,
los días caen a mis espaldas,
Entran como silbidos en la migraña de la casa,
Y nosotros,
Otro pliegue entre el agua de tu sombra.
Semblanza:
Wilberth Alejandro Rejón Huchin (Mérida, Yucatán, México). Estudiante de la licenciatura en literatura latinoamericana en la UADY. Ganador del primer lugar en el X y XI concurso estatal de poesía de los colegios de bachilleres de Yucatán (auspiciados por el sedeculta). Fungió como editor de la “antología de poesía yucateca contemporánea” publicada en la revista circulo de poesía. Ha publicado artículos y poesía en revistas como: Circulo de poesía, Letralia (de Venezuela), Triplo v (de Portugal), Almiar (de España), Morbífica, Monolito, Revarena, Bitácora de vuelos, Revista sin fin (del estado de México), carruaje de pájaros, Rojo siena, a buen puerto, Mal de ojo y letras s5 (de chile). Dirige la revista de difusión literaria “Marcapiel”. Terminó el taller “Grandes poemas del siglo XX” impartido por el escritor José Díaz Cervera. Fue incluido en la antología de poesía hispana “nómada” (2016) y en la antología virtual poetas del siglo XXI. Es fundador junto con el poeta chileno Rodia Ibaveda del grupo surrealista “Agartha” y miembro activo del colectivo naufragio. Recientemente fue becario del Encuentro Regional de Literatura Los signos en rotación 2016 del Festival Interfaz de ISSSTE-CULTURA, en Mérida, Yucatán.