“I asked myself about the present: how wide it was,
how deep it was, how much was mine to keep”.
Kurt Vonnegut
¿Qué es la depresión?, ¿cómo se padece?, ¿existe alguna solución? Diversos artistas han intentado responder estas interrogantes; en su labor, y con el paso del tiempo, se ha mitificado este sentimiento y hasta se ha asociado a la creatividad y la genialidad.
El cine ha impuesto ciertas perspectivas sobre la depresión, y aunque siempre es complicado ejemplificar algo que se siente en el alma, existen varios ejemplos que funcionan para explorar la mente de alguien con este problema.
La película Taxi Driver (1976) de Martin Scorsese es un gran ejemplo que muestra la óptica misma de una persona con depresión que termina aliando su problema con otros sentimientos extremistas como la idea de violencia, venganza y heroicidad para darle sentido a su vida.
Esta película, escrita por Paul Schrader durante una etapa depresiva, nos encamina por la vida de Travis Bickle un hombre que prefiere vivir de noche y cuyo problema de insomnio lo vuelve hipersensible a un lugar que no puede devolverle ni un poco de compasión. Mientras más recorre y devela las calles de una ciudad que nunca permanece estática, más cae en la desolación y la extravagancia sanguinaria.
Para el espectador siempre ha existido una fascinación por comprender este tipo de actitudes; ¿es tan difícil ser feliz y estar a gusto con la vida que se te presenta? Esta necesidad de exploración es indispensable para el ser humano, es una manera de prevención y reconocimiento. Se trata de poder identificarse con los personajes, pero reconocer el límite que los hace a ellos tan irreversibles y a nosotros tan curables.
A veces se relaciona la depresión con la idea de que una persona piensa demasiado en todo. Tal vez el problema no está en el pensamiento sino en el desciframiento de uno mismo, pues una persona con este problema conoce sus cicatrices internas aunque no pueda explicarlas. La mejor manera de transmitir esta sensación es usando el elemento del diálogo interno.
Ya sea hablando con uno mismo o usando un narrador, diversas películas han logrado abordar el tema; basta con ver películas de Woody Allen como Blue Jasmine, You Will Meet a Tall Dark Stranger o Irrational Man para comprender la profundidad de esta necesidad por explicar la depresión, la tristeza y la melancolía. ¿Qué hace diferente a la película de Scorsese? El hecho de que no se queda explorando la superficie filosófica que desata una depresión; acompañar a Travis es bajar al inframundo para encontrar al animal herido que origina el problema.
El propio guionista definió la circunstancia contradictoria del protagonista que lo vuelve tan vulnerable a ideas extremistas: la soledad. Por un lado, Travis se siente alejado del mundo y una parte de él se asume moralmente superior, por lo que es fácil para él alejar a otras personas. Pero por otro lado, el personaje añora la compañía y repudia ese vacío que no desaparece dentro de él; se puede considerar que se trata de una fantasía natural e infantil, pero el paso del tiempo la enrarece, obstaculiza y ridiculiza por igual.
De esta gran decepción surge su acción heroica, pero el título no le va a un personaje como él. Su último deseo es morir después de cometer un crimen supuestamente justificado, en defensa de un tercero representado por una niña prostituta, ¿quién podría necesitar más ayuda?
Travis busca una muerte notoria porque considera que en la fama ya no sentirá esa soledad. Pero la acción falla y la última escena sugiere el inicio de un nuevo círculo de violencia, un nuevo grado de alienación y tristeza que imposibilitan una nueva acción heroica, pero no descartan la inmortalidad.
Una ciudad que procrea violencia siempre se sentirá más atraída por un derramamiento de sangre sin explicación que por el rescate de una niña víctima de esa violencia.