Para Elma Correa
Hay una fuente aparente cristalina [con fango en el fondo]
puertas todas abiertas, rumores de una cabellera que cae
cae
pelazo que cuando dormita enmarca los pies, los dedos de fotografía
el cabello es pretexto de velocidad, angustia, las muchas formas de maldecir
Es ella
barre letras agita los lentes y manos de gatos dorados
no cree en la justicia que le nace a los de canon, alega, grita y manotea
es ella y el sopor de la tarde sobre un pavimento reblandecido
Es ella y es Mexicali
calor que levanta alucinaciones al final de la carretera
Es ella
arma el juicio en público, sostiene las pruebas frente a sus ojos
como el carnicero levanta un bistec sangriento
¿De qué manera un pedazo de carne puede probar la inocencia del que escribe?
Es ella que sangra
arma angostos senderos en los que sola se pierde
pregunta mientras conduce por reseco pavimento
arma el párrafo, atraca en espuma cervecera dormita sin dejar de recordar
pero nada de eso existe
no hay fotos de su última angustia
ya borró la serie de este registro
ninguna imagen le satisface, no la atrapa lo suficiente, nada le colorea el espíritu
se ha ido en
el vapor de un verano tenaz
en carcajadas que salpican la última cerveza de esta hora feliz.