Desde mi olvido es una novela mágica. Embrionaria y todo, vuelve a subyugarme. La falta de oficio de la autora no pudo con su talento. Recuerdo que la primera vez que la leí, hace doce años, se me metió muy adentro. Estaba leyendo obras grises, por no decir mediocres, para un evento literario, y Desde mi olvidofue el diamante entre mondas de patata.
Hablemos claro. Estaba leyendo las obras que se presentaron a la segunda edición de los Certámenes Imprimátur. Como había ganado la primera edición con Egregios, me tocaba ser uno más entre los miembros del jurado, y en vez de leerme las obras finalistas como todos los jurados del mundo, me leí todas las obras, unas doscientas entre novelas y relatos. Raro que es uno.
Hablaba hace poco de los oasis literarios, de las obras que te llegan después de tragar arena y achicharrarte. Pues aquel segundo certamen también tuvo su oasis. Ocurrió un sábado por la tarde. La novela era de Victoria Alonso, una chica de poco más de veinte años. Empecé a leer y sí, aquello era original, tenía ritmo y una extraña magia.
En esta novela corta lo que menos importa es la inexperiencia de la autora. La genialidad que despliega lo cubre todo. Narrada en primera persona por Théo de Anjou, podríamos decir que la autora desaparece antes de empezar a narrar. Podríamos decir que el narrador es el protagonista. Podríamos decir que hubo desdoblamiento literario.
Recuerdo que hablé con la autora. Me reveló que había escrito esta historia de un tirón, en muy poco tiempo, y que le había salido del alma. Quizás ahí está la clave. Se dejó un pedazo entre las páginas. Algunos autores escriben sin ton ni son y Victoria escribió su ópera prima con mucho ton y sobrado son.
Desde mi olvido fue quizás uno de los libros menos leídos. Porque no estaba disponible. Era imposible o casi imposible conseguirlo. Tal vez un ejemplar usado. Y de repente consigo una caja de libros. Y lo pongo en la microlibrería Reynaert. Y escribo esta crítica resucitadora.
Desde mi olvido está ahora disponible. No quedan muchos ejemplares porque finalmente la Fundación Imprimátur los ha distribuido todos menos los que yo tengo. Se hicieron dos mil. Quedan treinta. Me enviaron cincuenta, gratis, pero ya he vendido o regalado veinte.
No, Desde mi olvido no está en Amazon.
No, no encontrarás ni una mísera reseña.
No, nadie escribió sobre esta novela.
No, no he hablado con Victoria.
Sí, me gustaría entrevistarla.
Sí, escribe, pero poco.
Sí, con el alma.
Sí, siempre.