Tinta negra / Black Ink.
Xánath Caraza. 2016.
Translated by Sandra Kingery
Pandora lobo estepario Productions, Chicago.
Cuando recibí Tinta negra / Black Ink, el último poemario de Xánath Caraza, le tomé cariño de inmediato. Aún sin haberlo leído. Puede decirse que es porque ya tengo en mi estante cinco de sus libros entre mis poemarios favoritos. O porque somos hermanas migrantes entre lenguas y países que coinciden en su tierra mexicana. Puede. Pero, al recibirlo me atrajo la portada, obra de Silvia Santos. Me cautivaron sus azules. La hilera de manos hechizantes surgiendo del agua, clamando. La sangre negra goteando hacia un corazón con arterias cortadas. ¿O es un corazón mutilado que emite mensajes en símbolos antiguos?
Me gusta la sobriedad de Tinta negra / Black Ink. Las páginas sin enumeración. Las letras romanas que anuncian los poemas, treinta en total, con sus versiones en inglés por Sandra Kingery, la traductora de Xánath. Me gusta el epígrafe inicial de un poeta norteamericano-puertorriqueño, de nombre Louis Reyes Rivera, que dice: “Never be afraid of the inner sounds you hear”. Sé del cariño y la admiración de Xánath por este poeta, porque me la transmitió con el poema “Bullet Cry”, sobre el asesinato de Malcolm X. Ver al poeta a destiempo, escucharlo en video, me conmueve profundamente. Y me acerca de otra manera a la obra de Xánath.
El primer poema nos revela su mundo poético. Y también su historia de vida como migrante en “el norte”, pero el “norte” que la guía, su estrella polar, está en el sur, “mi sur” como dice. Vive en estos dos mundos desconectados por una frontera, que es una herida, con “muros metálicos”,
…límites creados / culturas forzadas a darse la espalda…
La herida es flor de ruptura de
…dos corazones / madres e hijos / padres y hermanos / pasado y presente…
En el sur,
…esperan las madres orgullosas / a los hijos e hijas tragados / por la flamígera
arena del desierto…
A este dolor tan grande que une a los del sur que van al norte, o viven en el norte, y sus queridos en el sur, sólo la poesía puede traer consuelo. Y Xánath se asume como poeta:
…Somos manos que escriben, que trabajan / limpian y guían en la oscuridad más grande…
La poeta, con las arterias cortadas, sangra su dolor y nostalgia en palabras escritas con cibernética tinta negra en la pantalla de su computadora:
…Rojo atardecer llena / mi pantalla y la tinta negra / empieza a sangrar.
Y la tinta corre gozosa y consciente durante los otros 29 poemas que hablan menos del norte que del sur. El norte es donde “las palabras dulces se desvanecen / las redes de acero se han construido / protecciones ante el miedo”. Sólo queda:
La creencia de poder estar
la ilusión de construir con otros
los recuerdos que se niegan
El norte tiene pocos referentes, salvo las arenas del desierto, palabras como “acero”. Y el Río Hudson, que corre por tres de sus poemas. El Hudson no es cualquier río. Cautiva también a Xánath, al presenciar desde una ventana, su oscilación de agua dulce y agua salada, en mareas apenas perceptibles. Cautivan las aguas frías, barridas por el viento. Saltan como peces las palabras, surgen los recuerdos, cantan los versos:
La distancia barre la atemporal memoria
sed de jugos ámbares, líquida poesía
el hambre por las palabras traiciona
esencia de flor envuelve la noche
te siento y te escucho, poesía.
El sur es lo que la poeta anhela, con el “llamado de águila”, con cuyos ojos
descubro el verde que te rodea
selva olmeca que humedece tu canto
líquido sentimiento, eterna voz
Y aunque los anhelos vienen como apremiantes mareas, los sueños del sur siempre desvanecen:
Sueño de barro
en el vacío se quiebra
constante sequía del alma
Sueños que caen al silencio
engullidos por tornados
de melancolía
Los hilos de seda que teje Xánath entre el norte y el sur, “mi sur”, se fijan con tinta negra en la pantalla de su computadora. Incansablemente teje:
Cada día te he pensado
invocado, cada día
lágrimas, deseos
y versos en la almohada
entre sueños te perdía
a media luz te encontraba
cada día tus labios
bebieron mi agua
Xánath no teme evocar los sonidos que escucha en su interior. Los convierte en palabras llenas de magia, palabras que respiran como “fosforescente verde”, como “canto de caracolas”. “Tatúa” las páginas con “líquidas pulsaciones” para dejarnos “dorados pensamientos”, “recuerdos ámbares”, “piel ardiente” y “lágrimas de sangre”.
La poeta Xánath Caraza escribe con tinta negra, sangre negra para nutrir las arterias cortadas de su propio corazón y el corazón de otros como ella. Escribe para dejarnos versos en la almohada.
Semblanza:
Paula Busseniers es originaria del norte de Bélgica; profesora de la Universidad Veracruzana, campus Xalapa, Ver.; co-autora de artículos y capítulos de libro relacionados con la enseñanza del inglés; co-traductora de Huesos de jilguero, antología de poemas de Janet Frame, poeta neozelandesa, editado por la UV en 2015; integrante de “Voceras”, un grupo de mujeres que leen poesía en foros de la ciudad por puro placer, y en facultades y mercados a favor de la Universidad; escribe en español, inglés y neerlandés.