VILLAURRUTIA (VILLAUPHONUS CORONATUS)
Es un ave pequeña con plumaje blanco y con manchas color café. Momentos antes de trinar expande sus alas con el firme propósito de atraer las miradas de las otras aves. Al instante entona toda una sinfonía musical vibrante llena de amor y de muerte, la cual resuena alrededor de los bosques. Basta decir que sus hábitos son nocturnos, prefiere la luz serena de la luna para peregrinar entre el sueño y la realidad. Sus ojos azabaches hipnotizan al igual que su canto, muchos al percibirlo, han inferido sentirse seducidos ante las notas lúgubres y melancólicas las cuales salen de su pecho. Otros, por el contrario, al detenerse a apreciarlo creen oír cantos de amor y deseo.
LIZALDE (Panthera Lizaldus tigris)
De celestes y brillantes ojos, con grandes garras que destrozan a todo a quien lo observa, este tigre de enormes proporciones es el último en su género. Es de llamar la atención su prodigioso rugido del cual salen versos espléndidos, brillantes y sobretodo multiformes. Aunque en la madurez gusta de la soledad, habría que aclarar que durante algunos años conformó un grupo de especies distintas, a los cuales se les denomino “Poeticistas”. Habría que advertir, a todos aquellos quienes deseen conocerlo, que como bien se sabe, el Lizaldus tigris pierde la cabeza con facilidad. Sus hábitos son nocturnos, pues es de ese modo puede obtener presas con mayor facilidad. Imposible engañarlo, pues cuenta con un olfato impar, un gran trote y una mirada que petrifica a todo quien lo mira.
EL PELLICER (PHAROMACHRUS NITIDISSIMA)
Al igual que sus contemporáneos es un ave de plumaje colorido. Su canto es único en la región sur del país, una de las grandes diferencias que podemos encontrar entre esta ave y su grupo, es que el Pellicer le canta a la vida, al sol, a los trópicos. Prefiere los amaneceres, en especial en las regiones de Curazao, Veracruz y Tabasco. Esta singular ave, entona un canto apasionado y multicolorido, lleno de luz y alegría. Su voz logra expandirse más allá de su tiempo. Como bien se dijo el trópico es el lugar idóneo para encontrarlo, aunque es difícil de ver pues prefiere las altas cumbres para propagar su música.
VELARDE (VELARPHORUS LEBRUNI)
Sin lugar a dudas esta ave es una de las más hermosas que hayan podido existir en nuestro país. Aún su canto continúa ejerciendo una poderosa fascinación en todo aquel que lo escucha. Todos aquellos que tuvieron la oportunidad de contemplarlo, han destacado el parecido con aquella serpiente mítica emplumada de tiempos memoriales. La adoración y respeto que profesa su figura, ha provocado que tanto poetas, como escritores de todas las generaciones se sientan atraídos por este magnífico espécimen. Su canto se alza con fastuosidad en cada uno de los rincones de la tierra. Sus alas son verde esmeralda y su pecho es rojo sangre. Su canto abarca todas las posibilidades imaginadas, por ejemplo: el amor por la tierra, el dolor ante gorrionas prohibidas, la nostalgia ante el terruño extraviado, etc. Por momentos su cantilena parece invadirnos de dolor y desesperanza, pero de la nada su música cambia a un tono distinto, irrumpiendo entre sonidos del amor, deseo y esperanza. Abandonando por completo ante la belleza que le causa el paisaje, expande sus alas y comienza por entonar su proemio, cantándole a la patria con todo su esplendor y alegría.
EL MONSI (Felis Silvestris Carlus)
Este felino gusta de pasear por las calles de la ciudad, es uno de los pocos seres que han podido destacar tanto por sus saltos en la crítica nacional del país, como por su talento en la crónica. Los investigadores han propuesto que El Carlus Monsi o sólo conocido por Monsi, puede sobrevivir con algo de alimento, pero con mucha literatura a su alrededor, de esto se desprende que podamos encontrarlo tanto el bibliotecas como en librerías también llamadas “de viejo”, donde se le puede de contemplar de manera apacible, relamiéndose las garras con libros de poesía y cine mexicano. Por su naturaleza creativa el Monsi prefiere la soledad a los espacios concurridos, su agilidad mental le permite ironizar sobre aquellos que seres que habitan la ciudad. Por momentos humorista, por otros trágico no cabe duda que este minino es a todas luces un referente nacional.
MONTELLANO (Ara Montepodidae)
Se trata de una de las especies de hibrido más interesante que haya podido habitar en nuestro país. Mezcla de ave y mamífero, de hábitos nocturnos, compuesto por un caparazón que lo protege de ser atravesado por cazadores, cuenta, además, con un canto ilusorio con el cual evade a sus presas llevándolos a un sueño profuso. Son bellas notas las que salen de su garganta, algunos han comparado su canto con el de las sirenas, pues cualquiera puede quedar encantado frente a sus notas. De hábitos curiosos se ha notado que este ser, al presentir la muerte se enconcha y no despierta jamás.
REVUELTAS (Centruroide Suffusus)
Este escorpión oriundo de Durango, ha logrado atraer la atención de un sinfín de investigadores, esto porque su veneno despide un aroma peculiar, por un lado un aroma a muerte el cual ha quedado vinculado a su vida: siempre perseguido por alimañas, condenado por acusaciones injustas, con el ángel de la muerte cobijando a su familia. Por el otro una esencia dulce la cual emana de sus tenazas, las cuales le han servido para defender al inocente, comprometerse con las causas nobles y crear una de las obras más tremendas de la literatura mexicana. A esta misma se la conocido como “literatura del lado moridor”. Ante todo, su figura nos habla de uno de los ejemplares más queridos y apreciados por todos quienes han podido indagar tanto en su vida como en su obra, única especie de escorpión, la cual por su rareza ha sido difícil de encontrar bajo las piedras.
Semblanza:
Eder Elber Fabián Pérez (1992, Ciudad de México, México). Es estudiante en la Universidad Autónoma Metropolitana en Iztapalapa, Forma parte del cuerpo editorial de Cardenal Revista Literaria. Ha publicado poesía en revista De-Lirio, Tlacuache, en Buenos Aires Poetry en Revista Hispanoamericana de Literatura y en Poesía entre Neón. Ensayo en la revista El Comité 1973, Círculo de Poesía y en Cardenal Revista Literaria. Además de cuento en la revista Campos de Plumas y en Vertedero Cultural.