Medrano escribe —siempre— con los ojos cerrados, con la boca entreabierta, con la mente en bandolera, ¿cuántas palabras hacen falta para que surja el arte?, media docena, diez mil, si lees a Diego y no lo descubres, eres un letramuerto.
«La impotencia me la trae floja».
«Lo mío es locura, pero metódica».
«Las ideas no se matan, se copian».
«Un día sin sol es como una noche».
«No existen frases de seis palabras».
«El ajedrez no es un juego de damas».
«Ninguna mujer es fea por donde mea».
«La resignación es el suicidio cotidiano».
«Lo que te hace diferente te hace único».
«La música japonesa es una tortura china».
«Los escritores desayunáis egos revueltos».
«En los aviones se pasa el tiempo volando».
«Las ventajas del nudismo saltan a la vista».
«La frigidez es un problema de nunca acabar».
«El arte acaba donde empieza la propaganda».
«Si la sociedad te da la espalda, tócale el culo».
«Hay ranuras que no merecen una vida entera».
«Ser malo no es más que vengarse por anticipado».
«Si a Gardel le gustaban los tangos, a mí los tangas».
«Los actores y los mosquitos mueren entre aplausos».
«La confianza mata al hombre y embaraza a la mujer».
«Estudio la muerte para llegar a ser un cadáver muy culto».
«El arte surge allí donde comienza a evitarse la comodidad».
«Después de los setenta, todos pertenecemos al sexo débil».
«Para un erudito debe de ser terrible perder el conocimiento».
«El amor consiste únicamente en compartir un solo paraguas».
«Hay tres tipos de personas: los que saben contar y los que no».
«El tiempo es el mejor maestro, pero asesina a todos sus alumnos».
«Las vírgenes pasaréis muchas Navidades, pero ninguna noche buena».
«Nacemos desnudos, húmedos y hambrientos; después la cosa empeora».
«La única vez que tuve razón fue la que pensé que me había equivocado».
«El dermatólogo es el único médico que puede dar diagnósticos superficiales».
«La crisis comienza por un paraguas, y el amor verdadero con la lluvia siempre incesante».