Muerte por agua
Una lluvia de enero
Perseguía la lluvia, trataba de tomar cada gota con su boca, llevaba la lengua de fuera para que no se le escapara nada. Hasta que escuchó un silbido, entonces movió la cola, paró las orejas y se echó en el suelo. Y se quedó ahí eternidades.
Atascado en el fondo
Sabía que no podría vivir flotando en ese charco de agua toda la vida, pero algo le impedía salir, sus piernas parecían atoradas en el fondo acuoso, ya ni siquiera intentaba moverse. De pronto se sumergió en el agua lentamente hasta desaparecer. Cuando las lluvias habían terminado, en un hueco de la calle una persona recostada como durmiendo. Se había ahogado.
Lodo en los tenis
Las máquinas rugen día y noche, quieren ganarle a las lluvias de julio. Ella no sabía que junio había anegado el camino. Así que salió a caminar sobre la tierra antes cubierta de asfalto. Nunca regresó a casa. Las maquinas seguían destrozando el asfalto. Nadie escuchó sus gritos cuando el lodo comenzó a tragársela. Un año después, cuando las lluvias de julio levantaron el asfalto, unos tenis cubiertos de lodo flotaron sobre la tierra acuosa.
Semblanza:
José de Jesús Aguilera Silva (Pepe Aguilera). Guadalajara, Jalisco, México. Egresado de la licenciatura en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara, promotor de lectura desde 2008, ha sido tallerista del Programa Luvina Joven de la revista Luvina de la UdeG, es reseñista de la revista Apócrifa Art Magazine, se desempeña como profesor del área de Comunicación en Preparatoria Regional de Tonalá Norte de la UdeG, ha sido asesor en el área de Comunicación de la Secretaria de Educación Jalisco para el desarrollo y fortalecimiento de la Competencia Lectora.