Prepotente, monolítica y nefasta, no merece comentarios […] chabacana, ignorante, desquiciada, sanguinaria, maquiavélica, grotesca, perfumada y apestosa. Hasta que ya no aguantamos más y que se vayan a la punta madre que los recontra mil parió.
Como Madame Bovary – Liliana Felipe
Los cambios de gobierno en sus diferentes espacios de representación sugieren la necesidad de integrar nuevas visiones, perspectivas y agendas al trabajo legislativo y de salvaguarda de los derechos de todos los ciudadanos. La 4 transformación anunciada por el Presidente del Gobierno de México, el Lic. Andrés Manuel López Obrador, no ha sido la excepción desde su comienzo.
La reconfiguración al interior de la Palacio Legislativo de San Lázaro y del Senado de la República permitió conocer que la existencia de miembros antiguos a la política nacional, es decir, rostros, currículos y vidas lo suficientemente conocidos como para dedicarle más tiempo del que necesitan.
El pasado 29 de Noviembre de 2018 la entonces senadora por Representación Proporcional del partido MORENA, Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila, se separó del cargo de forma indefinida para integrarse al gabinete del Gobierno de México aceptando ser la titular de la Secretaría de Gobernación a partir del 1 de Diciembre del mismo año.
La licencia de la ahora Secretario de Gobernación, Olga Sánchez, llegó en el mejor momento de trabajo al interior de Senado. La Secretario puso temas importantes en el debate y el escenario público, se habló y se buscó trabajar en materia de drogas, aborto y sueldos de los altos mandos. ¿Quién continuaría con ese debate?
La activista, directora de teatro y artista Laura María de Jesús Ramírez Rodríguez fue la encargada para no solo ocupar el curul de Sánchez Cordero, sino además de continuar con una lucha y revolución en la garantía de los derechos. Misma lucha en la que ella ha sido participe desde antes de que MORENA fuera gobierno.
Jesusa Rodríguez como se le conoce a la Senadora es sin duda una persona entregada a la defensa y promoción de los derechos humanos. Aunque poco se sabe en el escenario mediático de ella, es bastante la experiencia que respaldan sus afirmaciones y señalamientos en la tribuna y el mundo de la política.
Feminista recia, activista sin temor y promotora del conocimiento universal de la autoexploración como derecho al desarrollo y disfrute personal, Rodríguez Ramírez ha protagonizado ya varios momentos transformados en risas y memes para la opinión pública pero esta Senadora tiene un lucha importante, la de los derechos.
La Senadora ha puesto sobre el escenario político la lucha por la defensa de la vida digna de los animales de todas las especies, sobre la protección y el reconocimiento del maíz, de la libre autoexploración y de la necesidad de una política sensata del uso de la marihuana, el peyote y otros.
Puede que al usuario promedio de internet le causara gracia el hecho de que la Senadora comparó el clítoris con la marihuana, pero no hay más razón que en el argumento que usó la Senadora cuando señaló que “antes no se hablaba del clítoris, ni sabía para qué o cómo usarlo” y en materia de drogas, parece justa esa afirmación.
Puede incluso que a gran parte de los ciudadanos les causará risa y desenfreno en los creativos memes cuando Jesusa Rodríguez afirmó que al comer tacos de carnitas festejábamos la caída de la ciudad de Tenochtitlan. Pero el discurso no solo refiere a un genocidio ocurrido en lo que hoy es la Ciudad de México sino que además busca proteger la vida digna de los animales y eso, pocos lo han defendido.
La apropiación de la opinión pública como recurso para la introducción y adopción de temas coyunturales en la Agenda de Gobierno resulta eficiente. La Senadora morenista ha logrado colocar la defensa de derechos que parecían invisibles en la discusión, toca la pronta información de sus pares y el trabajo legislativo. Porque ella ha demostrado su capacidad performista para apropiarse de las redes y los diarios. No hay mejor persona que pudo ocupar el espacio de Cordero Sánchez. Con su lucha, desde su trinchera.
Porque debemos construir un país que lea, un país feliz y libre en donde la sociedad construya el camino por el cual tengamos la oportunidad de crecer y cambiar política, económica y socialmente; un mundo libre de ataduras en donde haya espacio para todas las ideas y las formas de expresión de nuestra libertad.