Poemas de José Luis Bernal

A Lolita

Variaciones libres sobre el motivo erótico

perverso de la novela Lolita, de

Vladmir Nabokov.

 

1.

Muchas veces en la vida

supe quemar las naves.

Hoy, con menos arrestos,

no me faltan agallas

para amar a Lolita.

2.

(Pero los sabios dicen

ante la Belleza

fallecen los poetas,

flores sensibles

que muchas veces

merodean lo satánico.

Nunca lo supe:

fue pervertida por el Diablo).

3.

Me extasié

frente a un rostro

infantil, unos bucles,

sus vírgenes botones

y candor;

y esas piernas moviéndose

al compás de la salsa,

ese olor a gardenias en el sexo.

4.

La gocé muchas veces.

Pero no fui el primero.

Y una tarde

me gritó varios nombres:

y así irrumpió en el templo

donde tengo mis imágenes.

 

A bayoneta entró,

sin balas,

dispuesta a perforar,

hacer añicos,

con la sonrisa y el desplante

de ejércitos que arrasan

ciudades indefensas

donde ya sólo quedaban creyentes.

5.

Y todavía quisiera

rogarle no destroce

los marfiles delicados,

los mármoles de exquisito tallado,

los retablos dorados,

cuyo valor es místico,

-vinculado al aroma del incienso

que sube y busca el Cielo,

no a la guerra, el sadismo y el sexo-.

6.

Y aún quisiera rogarle

no pisotee mi interno,

donde queda mi amor:

la deseo,

igual que deseaba Baudelaire

la botella de ajenjo;

la desean mi carne

y las garras del alma;

y aún quisiera gritarle:

“te amo”,

mientras saco,

con los ojos hinchados,

un clavel rojo

y un pañuelo blanco.

 

Entonces se abalanza, quedo mudo.

Y no evito su abrazo.

 

 

En el homenaje a Raúl Renán en Radio UNAM,

el 30 de septiembre de 2015

 

Nosotros los de entonces…”

Pablo Neruda

 

Después de tantos años,

Raúl, hermano,
y de tantas amadas

que nos han olvidado,
nuestras “queridas cosas”[1] aún nos unen;
y somos otra vez,

-pero más viejos-,

siempre los mismos
nautas hondos,

y los mismos
amantes incansables

de leer versos ajenos
y de escribir los propios,
con lápices sacados

del morral de los sueños.
Hasta que nos muramos,
hasta el dulce momento

de nuestro último aliento,
que nos una de nuevo

con el Verbo.

 

 

Malos agüeros en la web

 

1.

Podría haber dicho

mi fuero interno:

“Ésta es una mañana

feliz, de febrero,

ya casi primavera;

desperté con la mente

borbotando canciones;

Hermano Sol

me abría las ventanas,

Hermano Viento

es fresco

y huele a naranjas”.

2.

Pero leí un cyber-mensaje…

 

¿Dónde, ahora, Paloma Mensajera

que del Vesubio me traía tu voz?

 

¿Dónde, ahora, paloma tan fiera?

Antes de que llegara

no quería que viniera.

La habría corrido

a soplos de veneno,

que no intentara abrirme cicatrices

que supuran por dentro.

 

Que quitara los garfios

de otra imagen

tuya, también,

muy tuya,

que ya no me dolía

más que de lejos.

3.

Absorto ante tu foto…

¿Dónde, tu cuerpo ahora, Afrodisia,

y el tibio olor a rosas de tu monte?

 

¿Dónde, tus lindas manos, expertas

en coger a los hombres por el pito

y exprimirlos en llanto?

4.

Guerrera persa

que conoció mi andanza

por tus Mil y Una Noches,

¡no quisiera recordarte!

 

¡Ah, criadora de aves agoreras,

que en tus delirios sueltas a volar

por los cielos virtuales!

5.

Mas, deja aprovecharme,

despechado,

de tu loca osadía.

 

Yo, que solo quería

seguir viviendo:

sin masturbarme

ante fotografías.

 

 

Semblanza:

José Luis Bernal. Nací en la Ciudad de México un 26 de noviembre de 1950. Estudié Letras italianas y doctorado en Letras clásicas en la UNAM, en donde fui catedrático de tiempo completo en la Facultad de Filosofía y Letras, en el Dep. de Letras italianas, impartiendo durante 30 años asignaturas del plan de estudios, destacando las relacionada con Historia literaria, Poesía italiana del siglo XX, y traducción literaria (tanto de prosa como de poesía). Me he destacado en la investigación, la traducción no sólo literaria, y en la escritura creativa. Soy poeta, traductor políglota. Desde hace tres años estoy jubilado y me dedico más a la literatura. Entre muchos otros títulos, soy autor de la traducción integral a nuestra lengua de los Cantos de Giacomo Leopardi publicados por Ediciones La Veleta, de Granada, España, en 1988. He publicado 5 libros de versos y estoy trminando el sexto. Colaboro con notas y comentarios en varios blogs sobre literatura y política. Actualmente reaprendo el griego bíblico en un grupo en yutube, y colaboro como asesor lingüístico en dos blogs de latín y griego.

 

[1] De las queridas cosas, poemario de Raúl Renán.