Una historia sin fin

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Parece que a nuestros políticos les gusta jugar con la poca memoria que como mexicanos tenemos. Sin embargo, lo de Fausto Vallejo no tiene nombre. Resulta que el exgobernador de Michoacán pretende volver a ser alcalde de Morelia, pero ahora ya no por el PRI, sino que está en busca de un partido que mejor le acomode.

Por el largo historial de Fausto Vallejo, la opción partidista viable es Morena. Sin duda alguna, Andrés Manuel también tiene interés en que el exgobernador de Michoacán acepte la invitación para unirse a su partido. Muchos especialistas, tanto periodistas como politólogos, esperan el trámite para que esta alianza se concrete.

Este movimiento político le está representando un problema a Andrés Manuel pues simpatizantes de Morena están precipitando su salida del partido. La incómoda figura de Vallejo Figueroa al interior de Morena sería un gran obstáculo para su líder que va en pos de la presidencia de la República.

También hace evidente lo que muchos de sus críticos hemos señalado: Morena no es más que una pifia más de la política mexicana, donde la «amnistía y el perdón» predicado por Obrador no es más que la misma impunidad que predomina en el resto de los partidos.

Pero no nos olvidemos del problema: la resurreción de Vallejo. Si existe un grave peligro para México es su poca memoria.

Fausto Vallejo Figueroa ganó la elecciones a la gubernatura de Michoacán en el 2013. Su victoria se debió en mayor medida a los escándalos en los que se vieron involurados tanto Leonel Godoy, quien fuera gobernador de la misma entidad en el periodo del 2008-2012, y el PRD debido a las conexiones que tenían con el crimen organizado; ni cómo olvidar al incómodo medio hermano. Gracias a estas desgracias el PRI volvió a recuperar a Michoacán.

Pero la historia no termina aquí. Fausto Vallejo, tras encontrarse delicado de salud, dejó la gubernatura a Jesús Reyna García, quien fue detenido en abril del 2014 por tener nexos con los Caballeros Templarios. Sin embargo, el gobieno de Fausto ha sido infausto y por ello no debe de ser olvidado. Un verdadero gobierno de terror y muerte; la división de la Familia Michoacana y la creación de los Caballeros Templarios llevó al estado michoacano a una cruenta guerra. Podemos señalar a las acciones del entonces presidente, Felipe Calderón, que «desbarató» a la Familia.

Tanto Vallejo como Reyna no fueron impotententes durante sus gobiernos, sino que fueron cómplices. No puedo borrar de mi mente aquellos vídeos de la Tuta charlando plácidamente con Rodrigo Vallejo Mora, hijo de Fausto, quien constantemente le ofrecía al líder de los Templarios todas las «facilidades» para salir del cerco en el que estaba acorralado por parte de las fuerzas federales.

La justicia es ciega, y he aquí la mayor ironía, pues aún con toda la evidencia visual y de testimonios Rodrigo Vallejo salió de prisión sin castigo alguno. Mientras que su padre fue sacado, con apoyo del PRI, de la escena política. La impunidad reinó en Michoacán mientras que por sus suelos corría a torrentes la sangre de cientos de inocentes. El gobierno estatal escondía a los capos de los Templarios, apoyándolos también en su lucha en contra de la Familia.

Es por esto que los michoacanos, especialmente los morelianos, no deben de olvidar esta historia que muchos vivieron en carne propia. No deben de perder su memoria sino que deben de utilizarla para impedir que vuelva al poder un hombre que dejó una terrible herida en el corazón del pueblo michoacano. Olvidar sería caer en una historia sin fin.