Traducción «El amor caníbal – tres poemas de Paolo Polvani» por Lucia Cupertino

Dare del tu alla noia

Ho alcuni amici che danno del tu alla noia,
hanno soldi e questo credo sia tutto quello che hanno,
mai si sono persi nel guardare il cielo, non sanno
cosa si specchia dentro una pozzanghera, che cos’è un sasso,
un filo d’erba, una lucertola, la forma di una nuvola.
Trovano fastidioso il brusio della politica
e le tasse, si sa, sono vampiri e il governo
ci strozza, è una vera tragedia questa immigrazione
perché sovrasta minaccia incombe
e allora la misura di tutto è il fastidio, la contrarietà
e dunque figurati se leggono dei libri, figurati
il cinema, o la musica, o la danza, o l’arte,
figurati se il canto di un uccello, no,
solo alla noia e al vuoto danno del tu, e hanno
parole imbustate, allineate come negli scaffali di un supermercato
e non conoscono il nome del vento e il gusto
della pioggia e se un pensiero allegro porta con sé una brezza.
È difficile parlarci, non danno del tu
alle onde, alla sabbia, al grido dei gabbiani,
guardare il mare è solo a fini di lucro,
e vivranno poveri, avendo per compagna la paura
di perdere tutto quello che non hanno mai avuto.


Tutear al aburrimiento

Tengo unos amigos que tutean al aburrimiento,
tienen plata y creo que eso es todo lo que tienen,
nunca se perdieron mirando el cielo, no saben
lo que se refleja en un charco, lo que es una piedra,
una brizna de pasto, una lagartija, la forma de una nube.
Encuentran molesto el zumbido de la política
y los impuestos, ya sabes, son vampiros y el gobierno
nos ahoga, es una verdadera tragedia la inmigración
porque se cierne sobresale amenaza
y entonces la medida de todo es la molestia, la contrariedad
y por lo tanto imagínate si leen libros, imagínate
cine, o música, o danza, o el arte,
imagínate si el canto de un pájaro, no,
solo tutean al aburrimiento y al vacío, y tienen
palabras embolsadas, alineadas como en los estantes de un supermercado
y no conocen el nombre del viento y el sabor
de la lluvia y si un pensamiento alegre lleva consigo una brisa
es difícil hablarles, no hablan de tú
a las olas, a la arena, al grito de las gaviotas,
mirar el mar es solo para fines de lucro,
y vivirán pobres, teniendo de compañero el miedo
a perder todo lo que nunca tuvieron.


Piccoli morsi dell’amore cannibale

Vieni, diceva con la voce intinta
nel più profondo miele, vieni che ti
sbrino il cuore, ti sciolgo
questi ghiacci eterni, ti lancio
l’autostima in orbita, in eccesso
di erezione l’ego, ti titillo
la vanità. E intanto pregustava
il sangue come un trofeo di caccia,
uno stendardo, e affilava la lama.
Perché l’amore non è faccenda
per gente sana, t’insinua l’illusione
della felicità da bere a sorsi
ma poi ti atterra, ti divora a morsi.

Pequeñas mordidas del amor caníbal

Ven, decía con voz mojada
en la más profunda miel, ven que te
descongelo el corazón, te derrito
esos hielos eternos, te lanzo
la autoestima en órbita, en exceso
de erecciones el ego, te acaricio
la vanidad. Y mientras tanto saboreaba
la sangre como un trofeo de caza,
un estandarte, y afilaba la hoja.
Porque el amor no es asunto
para gente sana, te insinúa la ilusión
de la felicidad de tomar a sorbos
pero luego te derriba, te devora a mordiscos.


Un piccolo fuoco

Scrivimi.

Mandami un piccolo fuoco,

una striscia di cielo,

una schiera

di sillabe,

un itinerario veloce, matite,

i tuoi confini, una mappa.

Scrivimi.

Uno spartito di adagi

e silenzi,

il sapore di luce

delle parole,

la distanza di un gatto, il mare,

il perimetro dello sguardo.

Un assaggio, un graffio

di solitudine pungente

come la pioggia alla fermata degli autobus,

un calendario propizio, il fruscio

del vestito, una lampada,

un pettine, confondimi

in un labirinto di luci.

Vedi,

mi aggrappo ai dettagli, annaspo

in un’ansa di vuoto,

smarrisco dicembre, dimentico

i pomeriggi in città,

le finestre.

Ma tu rovescia il mio buio, affrettati

a esistere.

Scrivimi.

Un pequeño fuego


Escríbeme.

Envíame un pequeño fuego,
una franja de cielo,
una hilera
de sílabas,
un itinerario rápido, lápices,
tus fronteras, un mapa.

Escríbeme.

Una partitura de adagios
y silencios,
el sabor a luz
de las palabras,
la distancia de un gato, el mar,
el perímetro de la mirada.

Un bocado, un rasguño
de soledad punzante
como la lluvia en la parada de los buses,
un calendario propicio, el crujido
del vestido, una lámpara,
un peine, confúndeme
en un laberinto de luces.

Mira,
me aferro a los detalles, braceo
en los recodos del vacío,
extravío diciembre, me olvido
las tardes en la ciudad,
las ventanas.

Pero tú, vuelca mi oscuridad, apúrate
a existir.

Escríbeme.


Paolo Polvani nació en Barletta (Italia, 1951). Es poeta y fundador de la revista online Versante ripido. Ha obtenido distintos premios literarios y reconocimientos en Italia. Trabaja en un archivo poético de Puglia, su región en el Sur de Italia, del que pronto saldrá un estudio y antología. Ha publicado: Nuvole balene (1998), La via del pane (1999), Alfabeto delle pietre (1999), Trasporti urbani (2006), Compagni di viaggio (2009), Gli anni delle donne (2012), Un inventario della luce  (2013), Cucine abitabili (2014), Una fame chiara (2014), Il crollo di via Canosa (2015), Il mondo come un clamoroso errore (2017) y el más reciente L’azzurro che bussa alle finestre (2018).