Tiempos de malestar e indiferencia

MEX52. GUADALAJARA (MÉXICO), 24/04/2016.- Mujeres marchan en una manifestación contra la violencia de género hoy, domingo 24 de abril de 2016, en Guadalajara (México). La manifestación hace parte de una movilización nacional en la que participaron 27 estados. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México, el 47 por ciento de las mujeres en México han sufrido de violencia. EFE/Ulises Ruiz Basurto

los legisladores y los conductores de la Humanidad, empezando por los antiguos…fueron todos del primero al último, unos criminales por el mero hecho de que al promulgar leyes nuevas, infringieron por ello las viejas, veneradas sacramente por la sociedad y trasmitidas por los antepasados.

Crimen y castigo. Fiodor M. Dostoievski

 

El frío arrecia en esta segunda semana de enero, y así como el aire helado enfría las casas, enfría las almas de millones de mexicanos que han mostrado su indiferencia para con una salvajada más del gobierno federal.

Las protestas por parte de la ciudadanía parecen ir en declive, lo que representa una vez más, el sistema de conformidad en el que nos encontramos; como puntualizara Marcos Roittman (El pensamiento sistémico: los orígenes del social conformismo, 2003), se trata de que el sistema decida por la persona.

Y en este saco que cada vez está más roto –para referirnos a la nación-, las personas, que son millones de ciudadanos parecen haber dado su brazo a torcer.

En los primeros días del año, ante el llamado gasolinazo, las manifestaciones se mostraron con fuerza. Miles de personas, familias enteras salieron a las calles a protestar en contra de una medida más del gobierno que sólo vino a calar hondamente en el ya de por sí malestar nacional.

Conforme pasaron los días, y que pudimos apreciar en algunos lugares, la convocatoria ciudadana, la participación política y pacífica vino a menos. En algunas ciudades incluso, de los miles que se congregaban la semana pasada, ahora encontrábamos si acaso unas decenas.

Lo importante para algunos es que se mantenía el reclamo popular, seguía la voluntad de hacer frente a los daños bien intencionados de parte del gobierno, que por cierto, continua aún esta semana, ofreciendo discursos a manera de explicaciones sin ningún sentido.

Pero buscando números en este acontecimiento en el país, nos damos cuenta de que la cantidad parece ser relevante. Podemos calcular alrededor de unos miles de mexicanos que salieron a las avenidas de las principales ciudades, hasta en algunas poblaciones rurales se tomaron el atrevimiento, de manifestarse.

En suma, que seguramente las personas no llegan ni a los 10 millones, cosa que nos enfrenta al número de habitantes de México, que oscila en los 120 millones. De ahí que surja una cuestión impostergable, ¿dónde están los más de 100 millones de mexicanos?

Es más, ¿quiénes son esos 100 millones de mexicanos? ¿Son los indiferentes o los conformistas? ¿Se trata de irresponsables o antisociales que no tienen afectaciones con lo que sucede en el país?

Algo aún más grave, y que resulta indiscutible: una gran mayoría de mexicanos dice estar informado ya sea por algún medio periodístico o en su defecto, por alguna de las redes sociales.

Hablando de números, de acuerdo a la última encuesta del Inegi (http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2016/internet2016_0.pdf), acerca de la accesibilidad al Internet, se sabe que son más de 77 millones de personas que cuentan con un smartphone.

Es decir, que se entiende que una importante mayoría de mexicanos está informada de lo que ocurre a nivel social, pero entonces si la manifestación es un mecanismo social para expresar precisamente la inconformidad, el malestar generalizado ante las decisiones que se están tomando, otra vez la pregunta ¿dónde y quiénes son esos mexicanos?

Con toda preocupación recordamos las palabras de Gilles Lipovetsky (La era del vacío, 1986), con las que nombrara al tipo de sujeto que se venía gestando desde las estrategias de la era del vacío: el nuevo zombi atravesado de mensajes.

Claro, podrán decir algunos, por eso es que han tenido tanto impacto y popularidad las series y películas sobre zombies, identificación mediante.

Seguramente no es ajeno para quien pueda ver, cómo muchas personas dicen informarse hasta el tope de lo que pasa alrededor, y como esas mismas personas se saturan de información, cansándose en realidad de su entorno.

En una especie de efecto psico social, el sujeto saturado, colmado hasta las narices de información, de noticias, de mensajes, no puede hacer nada más que decirse informado y dejarse caer sobre el sofá lleno de hastío, incluso de aversión al medio social.

La gravedad sobre dejar que al saco roto le sigan sacando hasta la última gota es que como escribiera Dostoievski, se otorga en silencio y en la misma indiferencia mostrada, el permiso para seguir con el crimen de una nación, que seguimos pensando en función de los niños, no se lo merece.

Parece que hoy ya solo queda esperar el mejor desenlace posible a esta telenovela comprada por todos, hace ya más de cuatro años, y mantenerse firme en la manifestación, pero también en la creación de nuevas y más inteligentes formas de protesta, con la intención de sumar participación y restar indiferencia.