El cine nacional enfrenta distintos problemas durante todos los estados de creación. Desde la falta de apoyo integral para dar inicio a una producción, hasta el indiferente olvido en el que caen la mayoría de los trabajos ya realizados, las películas mexicanas deben luchar el doble, el triple, por tener una oportunidad de llegar a espectadores generales. Por un lado se encuentra un presupuesto destinado a comedias y remakes tardíos con los mismos actores de siempre, más allá de la sobreexplotación de su imagen; y por otro lado está la complicada forma de distribución en el país. Es fácil notar que las cintas de más éxito son también las más fáciles de digerir, pero eso es en gran parte porque al público se le ha considerado demasiado básico para lidiar con tramas más complejas que usualmente se encuentran en trabajos de corte independiente.
Ciertamente existe el circuito de festivales para complacer al lado más intelectual y tradicional del público, pero la idea de que sólo unos cuantos “conocedores” tengan acceso a estos trabajos es demeritar la labor de todos aquellos que participaron en la película, desde el guionista hasta los actores. Es claro que, como sucede con cualquier tipo de arte, el creador requiere que el público vea su obra. Es parte de un proceso natural en el que se deja en manos ajenas el producto final para ser juzgado, admirado, criticado, resignificado, etc. No conceder a estos títulos la misma oportunidad que otros sí tienen por su naturaleza más simplona y comercial, es ignorar, y hasta enterrar, posibilidades de crecimiento cultural.
Lo bueno es que esta cuestión es tan real que es inevitable la búsqueda de una solución. Es casi imposible acceder a grandes compañías para hacerlas cambiar de opinión, pero siempre sobran espacios si se sabe dónde buscar. En los últimos años, la manía internacional de darle prioridad a las películas de acción, remakes, revivals, reboots y secuelas se ha traducido en pocas oportunidades para cintas independientes en la pantalla grande. En vez de quedarse en un vacío, estos trabajos encuentran un hogar, aunque sea temporal, en distintos medios como los servicios de streaming y espacios de cine club. Estos últimos se han convertido en elementos indispensables para artistas que comienzan sus carreras o para aquellos que simplemente no pueden participar en la lucha millonaria de las grandes cadenas.
Quizá lo más interesante de esta necesidad es que la idea misma de un cine club, o cualquier otro espacio cultural, permite el crecimiento de una idea; una idea que involucra un acercamiento más directo entre artistas y observadores. Los ansiosos y desconfiados creadores tienen más oportunidad de interactuar con aquellos que verán su obra terminada, mientras que los espectadores pueden sentirse realmente cerca del proceso creativo, lo cual termina por ser una gran inspiración para aquellos que buscan ingresar a un mundo de por sí caótico, impredecible y siempre cruel. En ese sentido, estos lugares, en especial en un país como el nuestro donde hay serios problemas para priorizar la cultura, se convierten en vórtices de calidad con posibilidades infinitas para conectar, conocer y desarrollar más arte.
Mientras que la ironía underground es el querer mantener sus lugares desconocidos e intocables, mucho se hace actualmente por levantar otros que esperan una publicidad fuerte gracias a las redes sociales. Finalmente, existe un interés por atraer al público y llenar el espacio con nuevos talentos y nueva gente. Es así que diversos nombres comienzan a darse a conocer y, después de unas cuantas caídas, Terminal Coyoacán busca recobrar el lugar que había ganado. Aunque es muy cierto que Coyoacán y sus alrededores tienen amplias ofertas de entretenimiento, tanto a nivel masivo con las plazas comerciales, como a nivel íntimo con pequeños y medianos comercios, siempre es interesante encontrarse con una comunidad que busca abarcarlo todo.
Terminal Coyoacán se encuentra en Tata Vasco #31, cerca de la estación Miguel Ángel de Quevedo y a unos minutos del centro comercial Oasis Coyoacán, lo cual la ubica muy bien para cumplir con las exigencias de aquellos que buscan entretenimiento diferente o se quieren alejar de tanta gente, pero dentro de los límites de la zona. El concepto, como sucede con los espacios culturales más arriesgados y ambiciosos, no se limita a un solo tipo de arte. En este lugar podrás encontrar eventos de stand-up comedy, música en vivo, presentaciones de libros y películas, y obras de teatro. Además, el edificio ha albergado a empresas en crecimiento y se mantiene como oficinas para algunas marcas, incluyendo una de cerveza artesanal. La música cobra una importancia aún mayor cuando te adentras y conoces los estudios de grabación dedicados a este trabajo. Constantemente escuchas a los músicos practicar una y otra vez, y no es raro encontrarlos en persona mientras toman un descanso. Por supuesto, esto ayuda a la imagen bohemia, pero seria, que buscan fomentar aquí.
Por otro lado, uno de los proyectos clave es Terminal Coyoacán Radio, que contiene varios programas que abarcan temas como deportes, teatro, cine y música. Con un estudio profesional, la idea es hacerse de un nombre tan serio como cualquier otra estación de radio. Así mismo, estos programas en vivo sirven para publicitar lo que sucede dentro de este lugar y atraer al talento. Es así como llegamos a su conocido Multi Foro. El nombre lo indica todo: cualquier tipo de arte es bien recibido y publicitado dentro y fuera del espacio en las redes sociales y las redes internas que se han generado a lo largo de los años entre éste y otros centros culturales independientes.
En esta iniciativa es donde cobra relevancia el Cine Club. Desde la apertura de Terminal Coyoacán a inicios de 2017, los organizadores le han dado prioridad al teatro y al cine. Como tal, el espacio es adecuado para ensayos y puestas en escena, y no le pide nada a otros lugares dedicados al teatro más independiente o experimental. En cuanto al cine, se buscan ciclos que conecten con un público que se vuelve cada vez más exigente entre tantos servicios de streaming y ofertas comerciales. Lo interesante de esta propuesta es el equilibrio que quieren mantener a largo plazo. Sí, definitivamente se intentan explotar cintas más conocidas dentro de estos ciclos, pero también se busca abrir un espacio para directores con nuevos, pocos o diferentes trabajos. Cada viernes se puede disfrutar de esta ida al cine, pero es indispensable mantenerse al tanto de la cartelera interna para saber qué depara el siguiente mes.
Aunque desde un inicio los ciclos de cine eran parte importante del proyecto, varias situaciones trabaron su evolución. El sismo del 2017 dejó secuelas difíciles de superar y que generaron una gran inseguridad en el público que aún prefiere resguardarse en su hogar que estar dentro de un edificio. Además, el lugar tuvo varias adaptaciones y reconstrucciones que tomaron tiempo y significaron un sacrificio para la comunidad que se había formado alrededor del cine club. A dos años de estos sucesos, los organizadores esperan recobrar la confianza del público para el Multi Foro y todo lo que implica.
Mientras otros centros descansan en diciembre, Terminal Coyoacán busca recuperar a su gente y atraer a nuevos integrantes por medio de un nuevo ciclo de cine que dará comienzo con la cinta Los Que No Saben Volar, del director y productor Hill Díaz, quien además estará presente para interactuar también con los invitados; reafirmando el interés por crear una conexión importante entre creadores y visitantes. Como siempre, será el público quien dé forma y vida al lugar; y es que para los fundadores es de suma importancia que aquellos que se acerquen aquí encuentren más que buen entretenimiento. Existe una invitación permanente para llevar nuevas propuestas y proyectos de cualquier tipo que fomenten todos los principios de creación e interacción con los que se formó este espacio en constante crecimiento.
Te invitamos a leer la entrevista que le realizamos a Beatriz Álamo Rojas actriz, subdirectora y oordinadora creativa de Terminal Coyoacán: https://revistaliterariamonolito.com/entrevistamos-a-beatriz-alamo-rojas-actriz-subdirectora-y-oordinadora-creativa-de-terminal-coyoacan/