Spy Thy Neighbor

“Every country became a battleground.”
Fareed Zakaria

Pensar en espías y agentes secretos suele asociarse a pistolas, trajes elegantes y varios amoríos, todo esto no es más que el resultado de años y años viendo películas que explotan la idea de un súper humano que puede salvar una nación antes de que llegue el fin de semana.

Ahora que las series de televisión se han consolidado como la mejor fuente de entretenimiento inteligente, el tema de los espías ha llegado a la pantalla chica, pero The Americans es el único ejemplo que rompe con los estereotipos de elegancia sin fundamento, acción en extremo coreografiada o las conspiraciones confusas y sin fin.

Esta serie protagonizada por Keri Russell y Matthew Rhys nos da una visión más cercana a la realidad, demostrando que los miedos y las paranoias de la Guerra Fría no han sido superados.

Creada por el ex agente de la CIA Joseph Weisberg, este drama ambientado en los ochenta, durante la presidencia de Ronald Reagan, muestra los pormenores de unos agentes de la KGB infiltrados en Estados Unidos que se hacen pasar por Elizabeth y Philip Jennings, un matrimonio cliché del sueño americano.

Cada capítulo ofrece una introspección a la doble vida de los personajes, que por un lado buscan derrocar el símbolo capitalista, mientras que por otro educan a sus hijos como estadounidenses, con todos los privilegios y dificultades que ello implica.

Estos personajes no son solitarios ni deben ser invisibles, al contrario, su trabajo es el de crear una familia, fomentar lazos personales mientras atacan al enemigo desde dentro. El choque de culturas provoca una obvia distancia entre los protagonistas y pone en riesgo su matrimonio y la confianza entre ellos, cuestión especialmente riesgosa considerando que su unión se reduce a una misión por la patria y no al verdadero amor.

Desde el primer capítulo se logra cimentar las bases para el resto de las temporadas, recreando exitosamente la época y la paranoia de ambos países. ¿Por qué conocemos a estos personajes justamente en este momento de sus vidas? La respuesta es complicada; cuando conocemos al matrimonio Jennings, además del obvio secreto, es evidente que no tienen una conexión emocional y el espectador tiene el privilegio de ver cómo surge esa posibilidad al final del episodio piloto.

Aquí no hay explosiones o complots gratuitos, pero no significa que no se puedan encontrar sus rastros. Es justamente ese equilibrio el que hace de esta serie una propuesta importante entre todos los estrenos y otras series políticas como Homeland o House of Cards.

No es difícil comprender los dilemas morales de esta pareja que trata de salvar su relación viviendo en los suburbios idílicos de América, mientras tratan de mantenerse fieles a los principios de su nación.

Por otro lado, hay suficiente acción, misterio, sexo y pasión para explotar los rincones más curiosos del espectador. Además se logra una gran dinámica llevada por la protagonista femenina, tan necesaria en la actualidad y tan desperdiciada en otras series.

El mayor riesgo de The Americans es la de situarla en los ochenta, pues los más jóvenes pueden sentir que esa época no representa ninguna emoción conocida; sin embargo, la oportunidad de reconocimiento viene con los hijos de los protagonistas, especialmente Paige que trata constantemente de encontrarse a sí misma sabiendo que no tiene todas las piezas para hacerlo.

También se puede sentir empatía con la historia del vecino, Stan Beeman, que resulta ser un agente del gobierno encargado de defender al país de espías soviéticos. Es este personaje el que más puede representar al pueblo estadounidense que observa la serie, pues se maneja desde la constante sospecha, busca que todo se reduzca a un dilema en blanco y negro, y pierde su frágil equilibrio cuando cruza sus líneas morales.

Y si aún creen que los espías infiltrados ya no existen, es bueno recordar que en 2010 varios agentes “dormidos” fueron descubiertos y enviados de vuelta a Rusia a cambio de unos agentes estadounidense descubiertos por ese gobierno. La serie está inspirada en estos hechos y los guiones deben ser revisados y aprobados por la CIA antes de entrar a producción para evitar filtraciones.