¿Acuerdos en lo oscurito?

Esta colaboración debió haber sido entregada el lunes pasado, pero entre el proceso revolucionarioinstitucionalista para elegir a su candidato a la gubernatura mexiquense que es, sin duda, el más importante de los que se habrán de llevar a cabo en este país durante 2017, y el desarrollo del enfrentamiento Trump versus México, solicité a mis editores un aplazamiento para poder tener la certeza en torno al nombre del(a) elegido(a) y atender y entender la reacción y actuar de las cuestionadas, repudiadas y señaladas autoridades federales mexicanas en torno al representante de los norteamericanos y su incomprensible odio hacia el resto del mundo, empezando por nuestro país.

Iniciemos con lo importante.

Mis tres asiduos lectores conocen mi animadversión hacia peña nieto y su séquito (su nombre en minúsculas es apenas un atisbo al sentir) y el propio señor presidente se ha encargado de demostrar una y otra vez públicamente las razones y por qués: incapacidad, novatez, insensibilidad, mentira, decepción y hambre, son apenas algunos términos que podrían describir su actuar, su administrar y su ser. No miento cuando digo que en mis más de cuatro décadas de existencia, es la primera vez que me encuentro a una figura presidencial tan cuestionada, despreciada y señalada. Vamos, ni siquiera el buen Carlos Salinas recibió tanto odio en tan poco tiempo… pero ese no es el caso hoy.

Es cierto, detesto las decisiones que su graciosa majestad ha tomado. Me encabritan sus explicaciones y me cuaja su paternalismo simplista. De verdad es molesto escucharle tratar de defender lo indefendible y, por supuesto, su maldita condescendencia. Pero él nos representa y es quien da la cara al exterior. Él, frente al mundo, es México. Si para unos es una figura y para otros un figurín no es importante ahora.

Hoy, el presidente tiene mi apoyo, mi solidaridad y mi compromiso. Es cierto, como a millones de mexicanos más sus decisiones me han afectado y golpeado, pero estoy seguro que coincidimos en que antes de cualquier cosa (empezando por él) está mi tierra, mi pueblo y mi gente; por ello ofrezco mi apoyo y solidaridad para hacer frente a la locura y caprichos del vecino norteño.

Tiene absoluta razón Carlos Slim, lo importante es la unidad y el trabajo interno, es cierto que la estadounidense es una economía de innegable relevancia para nuestro país, pero no es la única, así que adiós a la dependencia unilateral y bienvenida la verdadera economía global, especialmente la asiática.

Todos los sectores coinciden, todas las corrientes, todos los actores: el presidente y México necesitan el respaldo y compromiso de todos para sobrellevar de alguna forma el reto que plantea el dirigente norteamericano.

Este es un gran momento para demostrar de qué estamos hechos y por ello sugiero al jefe del Ejecutivo federal que no lo deje pasar y aproveche la oportunidad que, sin querer, el nuevo inquilino de la Casa Blanca le brinda para congraciarse con los mexicanos.

 

LA CARNE AL ASADOR

Pues parece que ya se definieron las cosas en el territorio mexiquense y me tengo que tragar mis palabras. En una anterior entrega yo juraba y perjuraba que Alfredo del Mazo no sería el candidato del PRI. Mi lógica era simple: siendo familiar directo del presidente de la República, Alfredo del Mazo Maza tendría que enfrentar el desánimo, la molestia, el encono y los señalamientos de la población no solo por el lazo familiar, sino también por el increíble peso de las culpas que se atribuyen a peña y su partido y amistades por la pobreza, el gasolinazo, el desempleo, la inseguridad y la crisis social de este México nuestro.

Si de verdad deseaba gobernar la entidad que mayor número de votantes aporta a la democracia y sus amigos y familia querían verlo ocupando la casa oficial en Paseo Colón y el sillón más bonito del palacio de Gobierno en Toluca, era imposible que le enviaran a participar en un proceso en que tendría que enfrentar no solo a los aspirantes de otros partidos y fórmulas, sino también a una generalizada molestia contra el partidazo y sus seguidores. Por eso presuponía que en este proceso electoral el partidazo sacrificaría a otro(a) suspirante, pues las posibilidades reales de continuar gobernando al Estado de México son peligrosamente pequeñas.

En fin.

Alfredo del Mazo Maza, por el Revolucionario institucional en una grandiosa candidatura de unidad; en el PAN, como siempre, tienen un relajo “interno” y todavía no alcanzan a discernir si será la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota quien los represente; en el PRD se barajan todavía cinco nombres (Juan Zepeda HernándezJavier Salinas Narváez, Max Correa Hernández, Eduardo Neri Rodríguez y Plácido López Miralrio), y por Morena va Delfina Gómez. Hay otros nombres cuyo papel en ese proceso, como oportunos e inigualables satélites del partidazo, será dividir y pulverizar el voto.

El Financiero hizo recién un ejercicio (http://bit.ly/2j4RSkl) con diferentes escenarios y participantes. La nota es que si la candidata de Acción Nacional fuese Josefina Vázquez Mota, la tierra del presidente tendría amplias posibilidades de pintarse de azul…