Reseña literaria «El ser, las religiones y la fantasía: Las 12 pruebas de la serpiente» por Augusto Montero Razo

Rara vez encontramos libros de narrativa mexicana contemporánea que estén dedicados a la fantasía; es un género poco explorado por los actuales escritores nacionales. No es de extrañarse que en un país donde la violencia y el crimen abundan, esos sean los temas favoritos para ser contados. Simplemente las narconovelas que inundan los escaparates de las librerías de renombre son los bestsellers de hoy día. Pareciera que en un país tan cruento no hubiese espacio para imaginar una aventura donde las fuerzas del bien y del mal (a nivel simbólico y no al estilo policiaco) chocaran para decidir el futuro de la humanidad: no, sencillamente no; pero si lo hubiera, ¿por qué México?

La fantasía suena más de un reino muy muy lejano como los cuentos de hadas que nos leían de niños; o de un país no tan lejano, pero sí mágico por toda su cultura literaria respecto a ese género como la Tierra Media de Tolkien, el armario de Narnia de C. S. Lewis o ya de perdida el Colegio Hogwarts de J. K. Rowling. Sin embargo, hablar de fantasía en un país latinoamericano suena tan extraño como hablar de lo real maravilloso en Europa. Y a pesar de eso, la literatura mexicana debe incursionar en todo género pues no hay géneros exclusivos de algún país en el mundo literario.

En este caso tenemos Las 12 pruebas de la serpiente escrita por un mexicano quien no sólo gusta de la literatura fantástica, sino que se nutre de la riqueza tanto espiritual como del bagaje cultural de varias religiones del mundo antiguo para crear su obra. Gerardo Solórzano Gutiérrez, nos presenta en su obra una suerte de apocalipsis donde seis elegidos (Javier, Miu, Adrián, Sebastián, Lucas y Carmina) son guiados por un gurú de nombre Julián a través de varias partes de la nación mexicana en una búsqueda espiritual para poder vencer a Hans y Ana, miembros de un clan oscuro conocido como el clan Hanasmussen, quienes son una suerte de vampiros que desean controlar el mundo aprovechando un evento cósmico que devastó a la tierra. Estos seis héroes deberán luchar contra sus propios demonios si es que quieren poder salvarse a sí mismo y con ello al futuro de la humanidad.

El viaje que recorrerán está impregnado de una mezcla de la religión griega, budista, azteca, egipcia y cristiana. El escritor desea dar a conocer las religiones de estas culturas antiguas, no con la idea de dar una enseñanza histórica, sino incursionar al lector en una reflexión introspectiva; conjuntar las enseñanzas de esas religiones con el fin de sacar el mayor provecho a sus virtudes: tal y como deben hacer los personajes de la novela para alcanzar sus metas.

El título del libro no es gratuito; en conjunto los seis héroes de esta historia deben superar las doce pruebas del camino de la serpiente (cuyo camino desciende por los círculos del infierno dantesco) para alcanzar su objetivo. Pero, ¡Ojo!, he dicho juntos, pero no revueltos; si bien la meta es triunfar como equipo hay desafíos que tendrán que pelear solos pues los demonios a enfrentar se nutren de los demonios internos de cada cual. Pelean unas veces como equipo y otras como individuos: justo como la humanidad lo hace para llegar a sus metas.

El libro en total no sólo es una aventura épica de lucha entre el bien y el mal, también invita al lector, a través de las enseñanzas de vida que tienen las religiones antes mencionadas, a una reflexión sobre lo que hay dentro de cada uno de nosotros y cómo debemos combatirlo para alcanzar un grado superior del ser. Eso último es ya opcional, como un agregado extra que tiene esta obra; pero más allá de dicha reflexión está el goce literario por una obra que se crea una aventura fantástica a partir de la sabiduría de estas antiguas religiones.

A manera de cierre deseo agregar que un verdadero aporte de esta obra a las letras mexicanas yace en el gusto del autor por no delimitar su escritura por el hecho de casi no haber una cultura literaria de fantasía en nuestro país. El crear un hábito de que se incursione en un género poco explotado en las letras mexicanas (más allá del relato de terror) y así abrirnos paso como lectores a un mundo lleno de aventuras, amor y mucha magia.