Título: Del sur al norte: Narrativa y poesía de autores andinos
Editora: Melanie Márquez Adams
Paperback: 230 páginas
Publisher: El Béisman Press
ISBN-10: 1543208266
ISBN-13: 978-1543208269
Del sur al norte: Narrativa y poesía de autores andinos
Acerca de la obra
Del sur al norte reúne textos de narrativa y poesía, escritos en español desde suelo norteamericano, por autores latinoamericanos procedentes de los países andinos. Al destacar la fluidez de la identidad sudamericana y andina que se rebela ante cualquier tipo de lineamiento en la creación literaria, esta obra contribuye con matices nuevos al gran mosaico de la cultura hispana en los Estados Unidos. Disponible en Amazon: http://a.co/5vOFdTZ
Prólogo de Gizella Meneses
La trayectoria de los inmigrantes se ha definido principalmente por el vaivén, ya sea físico, emocional, psicológico o espiritual. Ese ir y venir desterritorializado y, a su vez, arraigado es la marca indeleble de aquellos que vivimos trazando los pasos entre un país y otro. Como encaramados en un andamio vivimos mirando hacia allá –delineando la cartografía, vislumbrando lugares y señalando un antes y un después. La itinerancia es nuestro impulso, lo que nos lleva a actuar y a vivir, o sobrevivir, lejos de la tierra natal.
Esta experiencia peripatética enrumba a cada migrante, y, en el caso de esta colección, nos conduce hacia el movimiento artístico que viene a ser la producción literaria. Además del movimiento físico inherente en esta literatura migratoria, está el movimiento de la palabra, del género, y de las fronteras que van matizando y creando una plena libertad de escritura. La permeabilidad de este movimiento tematiza esta colección –desde la cofradía de esclavos a la Virgen de los Andes, de los rascacielos neoyorquinos a las entrañas del Uku-Pacha, desde el quechua al lunfardo, de los biruníes a los incas, y de los boleros a las diabladas, junto es una pequeña muestra de lo que es esta colección de literatura andina en los Estados Unidos.
En su poesía, Felipe Hugueño habla de una “descuartizadora desunión entre/lo que pienso mi país y/lo que pienso mi identidad.” Esa misma búsqueda la encontramos en los poemas de Hedda Ibarra, Miguel Marzana, Carlos Mavila, y Eduardo F. Medrano-Salas. Por ejemplo, en “Chinas” de Medrano-Salas, la diablada boliviana y todo el entorno carnavalesco pone de relieve un sentimiento que marca la distancia—la espera del próximo año. O como en el cuento de Julio C. Garzón donde deslinda ese regreso, “La fecha esperada, la de su retorno definitivo, ya estaba cerca”. En su poema, Andrea Naranjo Merino evoca la casa donde creció, la calle, el portal. Ana Varela Tafur, en cambio, propone el regreso a un principio “…sin patria volvamos al continente animal/vegetal”. Esa espera y ese retorno son señales distintivas de la literatura migratoria y designan lo que los griegos llaman nostalgia.
“Ayuni” de Lisette Balabarca Fataccioli explora la literatura fantástica que se inicia con el epígrafe de Charly García. Es un mundo de gente con tres ojos que ha evolucionado de tal forma para crear una sociedad “avanzada”. En este cuento, el concepto del “otro” retrata la experiencia de nuestra narradora y asimismo lo hacen varios en esta colección: por ejemplo, en el cuento “El otro y yo” de Elssie Cano donde evoca las letras borgianas y unamunescas; en “Tu esqueleto” de Natalia López Vazquez donde denuncia el imperialismo; o en “Crisol de razas” de José R. Oliva.
Luego, hay aquellos cuentos en que los narradores andinos se ven reflejados en una persona del grupo mayoritario de Estados Unidos; como en el texto de María del Pilar Clemente B., “La niña de las mariposas,” donde la muerte une a dos seres distintos: “Descubrí que yo también tenía lágrimas. Entonces, pensé que las emociones humanas no tenían ni geografías ni fronteras, que hablábamos un lenguaje común”. Asimismo, la narradora en el cuento de María Cristina Gómez, “El vendedor de cortinas”, recalca el sentimiento de todos los migrantes, “Fue la última vez que lo vi porque cuando llamé al almacén días después y pregunté por él, me informaron que se había ido a los Apeninos, a hilar las raíces perdidas de su memoria”.
Presenciamos, además, en estas páginas la identidad ligada a la patria o simplemente a la ciudad natal como en la crónica de Adriana Mora donde evoca esa gran imagen de Bogotá desde Varanasi, India, “Ahhh… Bogotá… allá lejos, gris, lluviosa, una ciudad hecha caos, o mejor un caos hecho ciudad que palpita en el estómago de cada habitante”. Ya sea Pachamama, madre patria o tierra desconocida, varios poetas y cuentistas de esta colección invocan ese sentimiento aun estando lejos del lugar natal. Ellos son: Eugenia Muñoz, Fernando Olszanski, Ana Cecilia Zapata y Melanie Márquez Adams. En la crónica de Márquez Adams, “El color de los lagos”, son los animales que nos dan a conocer el allá y el acá, “Imagina que estamos en un acto de magia; todas las ardillas se transforman en enormes iguanas que prefieren estirarse perezosas bajo el sol en lugar de brincar como desquiciadas a través de las ramas… ahora estás en mi ciudad, Guayaquil”.
Ese ir y venir se muestra en conceptos menos concretos como es la fugacidad del tiempo en “Horas burbuja” de Eugenia Muñoz y el flujo de conciencia en “Vigilia en el Midwest” de Ethel Barja. La creación y las raíces, temas de esta colección, marcan aún más este vaivén por medio del “fanatismo terco”, por la “brújula tuerta”, o por el “horizonte movedizo” como en el poema de Marianella Núñez. Los olores, la comida, el traspaso del tiempo no dejan de aparecer de manera intercalada a través de este volumen como en “Doce granos” de Ivonne Gordon Carrera; el haikú de Gizella Meneses; “Negro es el color del arco iris” de Carlos Villacorta González; y “El hidalgo y el indio” de Hemil García Linares. En cuanto a los diferentes géneros que encontramos en esta colección se incluye, además, rasgos de la novela negra en “La cueva del coyote” de José Castro Urioste.
Finalmente, la crónica narrativa de Pamela Subizar marca un evento actual que ya ha afectado, y afectará, a muchos latinos: la nueva administración presidencial del 2017. Estamos atravesando un momento histórico que va a definir no solo el clima político, económico y social, sino la vida cultural de todo este vasto territorio. Como latinos viviendo en el Norte, y aún más como andinos viviendo lejos de nuestras patrias, es nuestro trabajo—no, es nuestro deber crear esos lazos culturales con nuestros países y por ende con Latino América.
Desde la hiperinflación, a las guerras civiles, desde la destrucción de nuestras selvas a las calamidades climatológicas y políticas, como bien dijo Gabriel García Márquez en su discurso al recibir el Premio Nobel en 1982, “frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida”. Esta es Nuestra América. En palabras de Subizar, “el mensaje ya está claro, la lucha arrancó”.
Semblanza:
Gizella Meneses es profesora de español en el Departamento de Modern Languages and Literatures de Lake Forest College. Enseña cursos de idioma, cine y literatura latinoamericana, español como lengua de herencia, y literatura y cultura latina de Estados Unidos. Actualmente está trabajando en un libro sobre el film noir de Argentina. Sus campos de estudio son: testimonios de inmigrantes latinas/os de primera y segunda generación, y raza y etnicidad en testimonios contemporáneos y coloniales. Ha publicado sobre literatura latina en Estados Unidos y varios cuentos. Su documental Second Generation Stories: Growing Up Latino/a in Chicago se estrenó en el Festival Internacional de Cine Latino en Chicago en el 2010 y en el Festival de Cine Internacional de Illinois en el 2012.