Reseña literaria «_Marabunta_, de Balam Rodrigo, o El fuego inextinguible del olvido» por Will Rodríguez

Llegó a mi mente una invasión de hormigas hambrientas, furiosas y asesinas al escuchar la palabra Marabunta. No dudé que el nuevo poemario de Balam Rodrigo (Chiapas, 1974) fuera una alegoría de la migración cruel y despiadada de una colonia de insectos voraces, o por lo menos la poética referencia a un grupo de individuos que llegan a tu casa y acaban con todo. Al comenzar la lectura de este libro supe que no estaba equivocado al pensar en migraciones, hambre y crueldad, pero sí en el tema definitorio, toda vez que se refería al conflicto fronterizo entre México y Guatemala, en específico al fenómeno social de la Mara Salvatrucha.

El río Suchiate, en la región de Soconusco, Chiapas, es la ruta comercial y de traslado de miles de centroamericanos que a diario se aventuran en busca de una vida mejor, o simplemente de una vida, pues lo que ellos tienen quizá no puede llamarse así. Olvidados por los programas sociales, violentados sus derechos por las policías de México y Centroamérica, estas personas encaran a la muerte ya sea a pie, a nado o sobre La Bestia. En este ir y venir entre el miedo y la esperanza surgen situaciones terribles donde la belleza del paisaje no aminora la frustración. Es el entorno donde transitan los personajes de Balam Rodrigo, quien muy a su estilo nos cuenta historias impactantes a través de una maravillosa estética del lenguaje en versiones formal, regional y caló.

Se trata, en efecto, de un poemario con fuerte dosis narrativa y autobiográfica. Balam aborda su experiencia en el comercio ambulante por la región fronteriza acompañando a su padre, un gran hombre al que amamos con el paso de las páginas. También nos presenta a mujeres y hombres inolvidables: mamá costurera, Orlin tuerto, el cipote maldito, Juan ambiguo y Mara Noemí, cuyo nombre tatuado es motivo de desgracia. De estas vidas atormentadas por la precariedad no puedo evitar el rescate de aromas y sabores del pollo en sílabas, los fermentos de la pulpa de café, el aguamiel de las cañas de azúcar, la torta de pan francés con milanesa y quesillo, el aguacate, las tortillas, los frijoles, la sal… humildes alimentos que cuando hay hambre se convierten en los más exquisitos manjares.

Marabunta es un libro que nos proporciona valiosa información e imágenes fidedignas del fenómeno migratorio en Centroamérica, que si bien ha sido ampliamente estudiado por la sociología y difundido por los medios, es uno de los entornos menos presenciados por la gente que no es oriunda de esa región, toda vez que no se trata de un atractivo turístico. Por el contrario, es una zona peligrosa y conflictiva, evadida hasta por los funcionarios de gobierno. Sin embargo, el autor la presenta no como tema de un documento didáctico, sino como una obra de arte que se abre paso con el machete impío de la poesía.

Son siete los capítulos de este poemario y cada uno es anécdota y continuidad.

Los ceiberos trashumantes. Describe la sólida relación entre padre e hijo. El señor se dedica a vender diversos productos en pueblos y ciudades de Guatemala. El hijo es amigo, ayudante, confidente. Ambos deambulan por esta región del mundo que no tiene patria.  Atraviesan el Suchiate con el temor de perder sus mercancías; recurren a la ayuda de un hombre que tal vez les robará; habrá que confiar. Los pájaros son portavoces del hambre, el peligro, la enfermedad, el odio y la muerte. Y ellos, padre e hijo, son sustancia del aire; transitan libres en él porque no hay murallas ni alambre de púas. Dios está con ellos, no requieren pasaporte.

El cíclope de Dios. Aborda el recuerdo de Orlin, hombre honrado, tuerto a causa de un balazo; ayuda a preparar las tortas que en ocasiones se venden, y después se hace la suya con puras sobras, pero el resultado es un banquete divino. Mientras tanto La Bestia, el ferrocarril que transporta a los migrantes hacia el sueño americano o la fatalidad, avanza por los rieles que como marimba reproducen música funesta.

Lengua de dos filos. Representa el peligro de andar por territorios maras. Pero hay que trabajar, hacer el cambio de pesos por quetzales, estar siempre alerta con la navaja para defenderse y dibujar con ella, si es preciso, una línea en la garganta del enemigo. Balam dialoga en comunión poética con Jorge Luis Borges al pasar el susto de un asalto. El gentío de la vendimia los ha salvado a él y su padre.

Siglos de tinta fantasma. En Tecún Umán un grupo de mujeres asalta con violencia al padre, arrebatándole las cosas y gritándole “mexicano ladrón” como para hacerse las víctimas y provocar un linchamiento. Él regresa a casa deprimido, aunque “en condiciones de miseria nada hay que pueda llamarse hogar, sólo la muerte”. Camino a Tapachula, rememora “su infancia a caballo entre ceibas y cafetales”; también piensa que en la ciudad todos somos perros y ratas imitando a los humanos. Por su parte, mamá costura y se pincha un dedo en presagio del peligro.

Marabunta. Fuerzas Especiales Antimara rondan Tapachula, encuentran a Juan López, de oficio albañil, de beneficio borracho y drogadicto. Lo golpean y encarcelan. Por si fuera poco, en el bote es interrogado, también a golpes, por maras que urgen saber a qué bando pertenece, pues lleva en el brazo un tatuaje que dice Mara, pero es por su esposa Mara Noemí, no por la pandilla. Bajo el mando de Carlos Monzón, alias El Cipote, lo dejan moribundo. Su mujer lo identifica y se lleva al hospital lo que queda de él. Pulula en esta estirpe un sida tapachulteco que “se quita con limón”.

Insomnio de Centroamérica. Serie de cinco apartados poéticos en continuidad numérica con el sueño americano: Llaga en el éxodo, versos íntimos, imágenes épicas como un canto a la derrota. Poemas de silicio, la paradoja de exigir trato justo a los migrantes del norte cuando en el sur los despreciamos. Los xenófobos, el racismo mexicano denunciado por los países vecinos del sur. Ensoñación de amor, feminicidios, muertas y heridas en una danza infinita con el odio. E Insomnio de la muerte, cuando la libertad no tiene nombre ni fronteras.

Las orillas del mundo. Prosas poéticas que sintetizan el concepto general del poemario tanto en lo referente a los sentimientos del poeta como a la problemática de un entorno donde los nómadas no tenemos casa, no tenemos tierra, no tenemos cielo. Mamá borda las aguas del río y nosotros, al soñar, compartimos con ella nuestras vivencias. Balam Rodrigo se revela escritor y habla de literatura con su padre, que en paz descanse.

Agradezco de corazón la oportunidad de comentar este libro. Su lectura me ha sensibilizado en torno al sufrimiento de los migrantes de México y el mundo, y me ha confirmado que hay una maravillosa poesía “en el fuego inextinguible del olvido”.

 

Marabunta (Praxis, México, 140 p., 2018). ISBN: 978-607-420-237-3