Relato «Precarios» por Yunuen Díaz

Renuncio a trabajar cada cinco minutos, no asisto a mis citas, llego tarde siempre, tengo un barco roto en el bolsillo, llevo una balsa de medusas en el saco, aun me puedo enamorar a primera vista pero no me alcanza para pagar un hotel.  La corriente de gente, la corriente económica, la corriente ideológica: flotar como un maniquí de grandes y abiertos ojos. No tengo tiempo de pensar en casi nada, no tengo tiempo de alcanzar el tiempo, no tengo tiempo de pensar en el tiempo: el tiempo es precario. Viajaba por un beso que aún no recibo, me quedé dormida en la estación equivocada, me quedan tres monedas en el corazón, son como tres islas. Extraño tanto a alguien que aún no he conocido y no sé cómo decirle que le he perdonado todo: la escritura es precaria. Hace unas horas olvidé que tenía pecho, me ahogaba, acá las manos, acá los ojos, acá la historia y las historias.  A esta hora la gente sale de trabajar y la ciudad oscila, una pregunta vuela y es un pájaro, la ciudad se inunda de pájaros y puentes y deseos.  Mr. “Señor de al lado” lleva un zapato roto, yo también, sus manos y las mías se aferran al tubo del metro, sus manos y las mías chocan, sus manos y las mías se deslizan sobre el día, sonreímos con largos dientes, nos apena mirarnos a los ojos, somos los personajes sórdidos de un cuadro de Kirchner. La economía es precaria. Al lado una mujer vende sueños en cajetillas de cigarros, un poeta da las últimas noticias, los niños atrapan moscas para arrancarles las alas. Otra vez me perdí, otra vez sorbo islas, sorbo libros, bebo poemas de manera desesperada, mi frente pegada al vidrio, mi frente pegada a marzo, una estación y otra, no sé por dónde ando, no sé cómo llegué y no sé cómo he logrado no perderme, o cómo me perdí sin llegar antes: pego mi frente a las nubes, voy y vuelvo, olvido a dónde voy, la única urgencia que tengo es aprender a volar. Saco a pasear unos libros a la calle, te busco en mi bolsillo, el teléfono dice que no has pensado en mí. Dejar de ser precaria.

 

 

Semblanza:

Yunuen Díaz (Ciudad de México, 1982. Maestra en Arte por el Instituto Cultural Helénico. Es autora de Vértigo y fruto, Instituto Mexiquense de Cultura, 2008; y Aromarena, de próxima aparición bajo el mismo sello.  Fue participante del proyecto Arteshock de TV-UNAM en la categoría Arte del cuerpo, con su obra Poesía en la piel).