Relájate, respira… imagina

No, mis muy estimados(as) ocho lectores(as), el título no es invención mía o sugerencia del editor.

La historia a propósito es bastante simple: es el nombre de una lista de reproducción musical creada para los pequeños y la frase me gustó, así que decidí hacerla mía (espero no violentar alguna ley, mandato, reglamento o algo).

Como sea, ayer por la tarde estaba en proceso de ordenamiento de ideas para dar forma a la entrega de esta quincena mientras escuchaba un debate entre empresarios de primer nivel sobre el desarrollo de la amadísima 4T y las oportunidades que la actual situación podría traer consigo para emprendedores creativos e innovadores; al mismo tiempo leía las últimas noticias relacionadas con el sismo de ayer y sus incontables replicas a lo largo de la jornada, y me enteraba de cómo un juez había detenido (por el momento), la puesta en marcha del tren maya, o al menos uno de sus tramos gracias a un amparo interpuesto por varias comunidades del pueblo Ch’ol para evitar la construcción del tramo 1, el que correrá de Palenque, Chiapas, a Escárcega, Campeche, aunque no es definitivo.

El punto es que no resistí la tentación y acudí al servicio de transmisión de música, podcast y videos digitales para escuchar por qué tal recomendación había aparecido en la línea de tiempo de la red social que revisaba en ese momento.

Fue una grata y hermosa sorpresa.

Mientras se reproducía, olvidé por un momento ese oscuro afán que tengo en contra de los partidos, los políticos y algunos oscuros personajes de las fuerzas de seguridad pública en diversos niveles cuyas acciones, rostros y frases andan viajando en la red de redes.

Decidí dejar para los que saben el análisis sobre la persecución federal en contra de las factureras, aquellas que evitaron con sus malas artes la llegada de miles de millones de pesos en impuestos a las arcas de la Federación y con ello, por supuesto, la inversión de esos recursos para mejorar la calidad de vida de quienes habitamos la hermana república de pejelandia.

Tampoco quise saber absolutamente nada del semáforo naranjarojovioletaverdeazulamberíndigo en donde se encuentran las diferentes regiones del país y mucho menos la cantidad casos confirmados (191 mil 410), o el número de víctimas mortales (23 mil 377). No, ni siquiera me interesó escuchar al doctor López-Gatell “en la conferencia número 116 del día número 23 de la nueva normalidad”.

Preferí escuchar a Pim Pau, a María Elena Walsh y a Cantoalegre y sus temas “Soy aire”, “Canción Del Jacarandá” y “La tierra es la casa de todos”, respectivamente, aunque para ser honesto el tema que más disfruté fue “Umbae” de los primeros, quienes se autodefinen como “un proyecto argentino/brasileño de arte y educación para las infancias”.

Así pues, gracias a la escucha de esa música y esas voces y sus instrumentos, no quise saber nada de la nube de polvo del Sahara llegando al país, nada de la sangrienta lucha entre grupos delictivos y las autoridades, nada de la contaminación por el irresponsable actuar de la mayoría. Nada de nada.

Por 60 minutos olvidé mis fallas y errores y me convertí en un niño cantando al monte y asombrado ante la visión de una estrella fugaz…

Como decía, el título de la selección musical simple y sencillamente me gustó porque, seamos honestos por lo menos un segundo: nuestro mundo, nuestro país, nuestra realidad, están hechos un verdadero caos.

Sería buenísimo detenernos un poco, tomar consciencia de nuestras funciones básicas y elementales y visualizar algo mejor para todos.

¿Idealista? Quizá. Todavía deseo darnos otra oportunidad, aunque en realidad no estoy tan seguro…