Analizando el actual contexto marcado por la crisis económica internacional y la voracidad del sistema económico libremercadista aplicado a ultranza, es ineludible tener en cuenta la importancia de contar con parámetros ético-morales firmes. Sí bien en hoy en día existen muchos discursos que hablan de la “ética y la moral”, lo “bueno y lo malo” que abarcan ámbitos tan diversos como la política, la economía y hasta en el deporte, tristemente da la impresión que estos no pasan de ser la repetición sistemática de “slogans” y frases huecas que dejan de lado la verdadera utilidad de la ética y la moral.
Según el Príncipe ruso Peter Kropotkin, pensador de corte anarquista y filósofo versado en los temas ético-morales, es necesario tener claro, no sólo el origen de la ética y la moral, sino también es importante tener en cuenta para qué las necesitamos, por lo cual éstas deben tener un sentido, cuestión que muchas veces se ha dejado de lado ante el falso parámetro de justicia y verdad que para algunos representa el mal llamado “libre mercado”.
Dentro de este orden de ideas, hay que destacar que la ética y la moral han ido paulatinamente perdido su significado práctico, por lo cual han sido reducidos a convertirse en simples productos que sirven para justificar el estado actual de las cosas.
Llama la atención que esta problemática no es nueva, ya que hace casi 100 años, Kropotkin consideraba la urgencia de retomar el carácter revolucionario de los conceptos ético-morales, ante el amoralismo de su tiempo, debido a que sabiamente pensaba que una revolución sin ética y sin moral es un movimiento, sin sentido y cuyo único destino era el fracaso.
Es un hecho que la historia nos muestra que las necesidades del hombre van más allá de la simple utilidad personal egoísta y el pragmatismo cínico, pues de ser estos los factores determinantes en las metas de la humanidad, la vida social simplemente jamás hubiera sido posible.
Finalmente es necesario tener en cuenta que el fin de lo ético-moral es la felicidad, la cual puede tener muchas definiciones y alcances, pero esta jamás será verdadera, ni completa, sí no se toman en cuenta las necesidades generales de la sociedad, por lo que la alternativa egoísta y depredadora que actualmente prevalece está orillando al mundo a una crisis de valores, la cual surge debido a su propia naturaleza voraz y escasa de sustancia.