Poesía durante el confinamiento por Covid-19, segunda parte, por Xánath Caraza

Escribir porque hay que hacerlo en el tiempo de Covid-19, es lo que ha originado los siguientes poemas en este período de confinamiento.  Hace una semana publiqué la primera parte de esta serie de manera bilingüe en La Bloga. Las traducciones al inglés de esa primera serie son de la Doctora Sandra Kingery quien ha dado voz a la mayor parte de mi trabajo en ese idioma.

En el siguiente enlace, queridos lectores, pueden leer esa primera parte con poemas titulados: “Nostalgia/Nostalgia”, “Esperanza/Hope”, “Confinamiento/Confinement”, “Un cardenal/A Cardinal”, “Cada cuerpo/ Each and Every Body”, “Con poesía/With Poetry” y “Corazón de agua/Heart of Water”: https://labloga.blogspot.com/2020/04/poesia-durante-el-confinamiento-por.html

Hoy, presento una nueva serie de poemas en español para la Revista Literaria Monolito, los títulos son: “Efecto dominó”, “Prestos a la vida”, “Punto de fuga”, “En la pantalla”, “El origen de mi sangre”, “En la rama” y “Cuervo”. Ojalá y los disfruten. ¡Que la poesía nos salve!

Efecto dominó

Con la fuerza del efecto

dominó celebramos:

a los que cultivan

nuestros alimentos,

a quienes nos organizan

la mañana,

a nuestros médicos y enfermeras

en el frente de batalla,

a quienes recogen la basura

con estoicos movimientos

y al sol que nos inyecta

dorados sentimientos.

Prestos a la vida

La fuerza es interna:

solo esa nos mantendrá

prestos a la vida.

Nada más que proyectar

pensamientos positivos

dejar la negatividad evaporarse.

Llenar de color los ojos,

para que brillen ante esta oscuridad,

dominar la mañana gris que nos acecha.

Al salir el sol por mi ventana

lo decoro con dorados besos

y manos de refulgente plata.

Punto de fuga

Reencontramos la vida

en las alacenas y closets.

En las gavetas donde

están los recuerdos olvidados.

Tropezamos con un amor perdido.

Una nota borrada por el tiempo.

Una caricia que se enciende

al invocarla.

Pieles de pasadas dimensiones.

Punto de fuga en la distancia.

Viento que electrifica

la memoria.

No somos más que estatuas

de bronce que este mal

no puede penetrar. Seguimos

desempolvando la vida.

Redescubriéndonos entre miradas,

con un abrir y cerrar de cajas oxidadas.

Los años las han enmohecido y seguimos

siendo nosotros en la eternidad.

En la pantalla

Solo escribir para justificar

la mañana, el día, la vida,

para dejar fluir la energía vital.

Delicados aleteos como hojas

de papel caen al vacío,

no son sino el aliento de minúsculas

criaturas que se esconden

de nuestros pensamientos.

Diminutos suspiros, lo que

hemos perdido: aliento y esperanza:

sonidos traducidos a caracteres,

con los que escribimos

canciones tristes.

Desde la tinta brotan los rizomas

que llevan la esencia de nuestra

existencia.

En zig-zag vuelan las ideas

en la pantalla de luz artificial.

El origen de mi sangre

Mi centro es el medio oeste

donde los pies descansan

hace ya varias décadas.

Donde respiro las ilimitadas

llanuras y praderas.

Mas el corazón está enterrado

en el exuberante follaje

de los bosques de niebla.

Donde el agua

flota en la atmósfera.

Palpita el origen de mi sangre,

se forman surcos en la piel

al deslizarse las lágrimas negras.

Duele más la distancia con

esta inesperada pandemia.

En la rama

Copos de nieve sorprenden

la primaveral mañana,

forzada realidad.

Confinada estoy entre

recuerdos y albahaca fresca

que busca el sol.

Me entrego a la nacarada página.

Un blanco silencio

cubre la terraza de

personales trazos.

Mientras un petirrojo

se posa en la rama

donde apenas brota vida.

Cuervo

Digitalmente me visita cuervo

para contarme la historia

del origen y destrucción

del universo.

Cómo se transformó en

uno negro al haber sido

expuesto al fuego por engañar

a la humanidad.

Las moras en flor crecen en el jardín.

Blancas, como el primer cuervo, con

el tiempo serán delicias de obsidiana.

Pienso en los que viajan en los metros

cada día, sin máscaras, sin distancia

entre ellos sin saber en lo que

se transformarán.