Poema de César Pérez González

Indolencia

A Monserrat Reséndiz

Primero un halo invisible,

sin forma,

un soplo duro de calor diamante

entregado al sabor

podrido del lodo,

sediento del crisma tornasol

que nos hace hombres.

Así debió ser.

Vino el aire a reclamar

su encomienda por el bien nacido,

hoz redentora que sacia este cuerpo

con el paso natural del polvo

que unge de gritos los caminos.

Tarde lo vimos sujetarnos

uno al otro —todos—

hermanados en una misma

piel y sombra

con la fe limpia de sangre:

fue tarde —sí—

cuando tendidos en la maleza

sólo la muerte nos dejó

sufrir en silencio.

Así debió ser.

Buscar a tientas un adiós sin causa

y ceñirse con fuerza

al orgullo metálico de la boca,

caer en la gracia

de un —tal vez— agónico

surgido del más violento

signo de la noche.

Apenas oigo el paso ínfimo del agua.

Todo lo cubre con su andar lento,

como el vacío verde osco

donde logran fundirse

raíces y hojas muertas.

Así debió ser.

Azotó la lluvia sobre nosotros

con tal fuerza quebrando

—de tajo—

huesos rotos y piel lacerada

igual que un abrazo doliente

en franca huida.

Fue salvaje en su rito

tejiendo redes de carne apilada

entre árboles que sepultaron

la barbarie.

Nada se mantuvo en pie:


Semblanza:

César Pérez González (Puebla, México, 1984).Cursó estudios de Lingüística y Literatura Hispánica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Ha sido corrector de estilo, editor y responsable de Información en periódicos locales. Desde 2006 a la fecha escribe la columna literaria “Rúbrica Legible”, la cual aparece en medios digitales. Se especializa en difundir la obra del grupo de escritores mexicanos denominado “Contemporáneos”, especialmente el poeta Xavier Villaurrutia. Actualmente estudia la Maestría en Literatura Hispanoamericana en la BUAP.