Dos acontecimientos recientes muestran la importancia de la toma de decisiones en el campo cultural. Una fiesta religiosa y unas ferias del libro callejero tienen en común la necesidad de obtener la aprobación social y la de las autoridades. A una la sostiene el obispo de la diócesis contra las críticas de muchos. A las otras las bloquea el cabildo del gobierno municipal.
Con un caramelo en la boca, el hombre habla de la peregrinación de camioneros y taxistas que cada 14 de agosto ensordece al centro de Aguascalientes. Luego, otras personas dicen que les gusta mucho ver las peregrinaciones que del 1 al 15 del mes culminan en la catedral, dedicada a la Virgen de la Asunción, patrona de la ciudad. El reportaje de Canal 26, de Radio y Televisión de Aguascalientes, registra por segundos el ruido de cláxones y bocinas sonando con los rugidos de los motores, suficientes para tener una idea del aturdimiento que, sumando el humo, se experimenta in situ. Se trata de una fiesta religiosa que data del siglo XVIII y que el obispo Salvador Quezada Limón estableció a principios de la década de 1950 como la actual Romería.
Tradicionalmente, los conductores circulan por la avenida Madero hasta el templo. Alguien, con un gran sentido del espectáculo, decidió que los peregrinos sobre ruedas volvieran al punto de partida por la avenida López Mateos y repitieran el circuito durante un par de horas al menos. Pero mientras unos disfrutan el humo y el ruido, otros claman por bajar a estos peregrinos de sus vehículos o hacer algo para restar toxicidad a las manifestaciones de fe, por no hablar de los impacientes ante las afectaciones del tráfico.
Por otro lado, han dejado de montarse las ferias del libro usado, realizadas desde hacía varios años en calles céntricas de la ciudad. La Asociación de Libreros de Aguascalientes, A. C. (http://librerosdeaguascalientes.blogspot.mx/) y el Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura mantuvieron relaciones de colaboración en 2014-2016, con gobierno de alianza PAN-PRD.
En 2014, por ejemplo, hubo varias actividades: del 15 de febrero al 3 de marzo se montó una exposición y venta con diez libreros en el andador de la Plaza Patria, junto a Palacio de Gobierno; hubo otra participación en la Feria Nacional de San Marcos; una Expo para jóvenes en verano, durante julio; la Feria del Libro durante el aniversario de la ciudad en octubre; y el Día Nacional del Libro, el 12 de noviembre. La colaboración incluyó el kilómetro de plata y visitas a escuelas, siempre orientadas al fomento de la lectura.
La Asociación de Libreros dedica especial atención a la venta de libros usados, que ofrecen obras agotadas en las librerías de marca. Sus catálogos incluyen obras antiguas y ediciones únicas, para coleccionistas. No obstante, atienden con el mismo afán al estudiante en busca de una edición inasequible y al lector especializado en un autor o un género determinados. Su historia tiene momentos particulares, como la transformación de la librería Rayuela en un centro cultural alternativo, en marzo de 2010. Ahí llegaron a impartirse talleres de alebrijes, ajedrez, historieta y fotografía; hubo ciclos de cine independiente y de arte. Su idea principal consistía en atender necesidades excluidas del sistema cultural oficial. En esa medida se consideraba alterno a los canales oficiales.
Actualmente, sin embargo, oscuros intereses mueven al cabildo del municipio capitalino a bloquear las propuestas que den continuidad a lo realizado antes. Oponiéndose incluso al IMAC, dirigido nuevamente por Alejandro Vázquez Zúñiga, con quien ya colaboraron los libreros en el trienio anterior. Por su parte, las opiniones contrarias a la Romería se anulan previsiblemente contra la investidura eclesiástica. En cuanto a la aprobación social, muy probablemente los lectores que visitan ferias del libro coincidan más con estos detractores que con quienes siguen las tradiciones nomás porque los carros traen globos y flores de papel y avientan dulces a la gente. Así, la forma en que se toman las decisiones les da la victoria a los peregrinos y pierden los lectores.